Para eso necesitará de Norberto (Javier Parisi), quién luce igual al beatle, pero se niega a tremenda farsa. Sin embargo, Canelón logra que acepte alegando que el show será a beneficio del orfanato donde ambos crecieron. En el medio, Vanucci, conductor de TV y fanático de Lennon (Luciano Cáceres, en un personaje inspirado en Juan Alberto Badía), descubre el engaño y planea desenmascararlo. Ese es el argumento central de la película de José Cicala (“Sola”, “La sombra del gato”), que llega a los cines el jueves 5 de octubre, con un elenco estelar en el que, además de los citados, se destacan Malena Guinzburg, Pachu Peña, Betiana Blum y Griselda Sánchez.
Es un delirazo la película. Pero, en realidad tiene que ver con cómo tomás el delirio. O te sumás y no lo juzgás, o te bajás. Si yo me subo al delirio, digo “bueno, vamos”. Pero también hay que situarlo en contexto, esta fue literalmente la primera película que se hizo pospandemia. Veníamos de un delirio real, de un delirio bizarro, de un año y medio de encierro, de gente sin poder respirar, hablar, salir a la calle, de no poder ir a comprar ni un pañal. Y aparecía esta película que traía un guión absolutamente delirante, absolutamente bizarro, con un personaje protagónico que cuando empiezo a leer la segunda página yo digo «¿cómo hago para hablar todo con la letra ese, en todas las palabras?». Bueno, no lo voy a juzgar, voy a jugar, me dije. Y el personaje también es así, no juzga, va para adelante, se le ocurre una idea, se le ocurre un delirio que es traer a un falso Lennon a la Argentina, va para adelante. Entonces digo, si mi personaje no juzga, yo tampoco, y era difícil porque uno siempre necesita dentro de un relato tener algunos mojones. Y acá no solo era un delirio el guión, sino que además iba sufriendo modificaciones y agregados de José Cicala; porque decía “ahora vamos a agregar a David Lebón, y ahora también a Nito Mestre”. Entonces vos decís, “bueno, vayamos para adelante”.
La película también linkea con el cine de Néstor Montalbano (“Soy tu aventura”, “Pájaros volando”) o Santiago Segura (“Torrente”).
Tiene eso, claro, yo creo que es delirante y bizarro, pero al lado de la pandemia de la que veníamos es un juego de niños. Y a la vez dentro de una estructura dramática o un relato artístico era difícil de seguir, pero dentro de la situación nosotros nos reímos mucho, al verlo a Machín o Betiana (Blum) riéndose, es cuando decís, bueno, vamos. Y había algo de juego, algo lúdico, que es algo que me dije todo el tiempo. Así como mi personaje iba para adelante, bueno vamos a jugar así.
Hay guiños a Los Beatles, al cine de los 80, al libro de Juan Alberto Badía “El día que John Lennon vino a la Argentina” y hasta a la película “Nueve Reinas”, que vos fuiste uno de los protagonistas.
Sí, de hecho el personaje de Luciano Cáceres se llamaba Juan Alberto Vanucci, ¡porque es Badía!, un enamorado de los Beatles. Y hay códigos a varias, hay un código con Batman, un chistecito sobre “Nueve Reinas”, aparece Elton John. En realidad son vicios de Cicala, metió de todo. De hecho el primer corte de la película duraba cuatro horas, porque era tanto lo que había metido, que estaban Robert De Niro, Bruce Willis, Hannibal Lecter, estaban todos, era imposible, eran tres películas, pero era parte de ese juego del que hablo. Pero con todo, a la hora del disfrute, fue la película que más disfruté. Porque me dije “voy a jugar sin ningún tipo de filtro”, y hablo del niño de la primera infancia, cuando no especulás con nada, ni pensás qué vas a decir. Es como un chico de 3 años que arma una casa con Mis Ladrillos y no le importa si gana o pierde, juega. Y si la torre queda chueca no importa, el juego no era si queda bien o no, es “hacé lo que te salga”, ¿viste?
De todos modos, es inevitable no asociar a tu personaje al inolvidable Juan Perugia, de “Todos contra Juan”.
Bueno, José Cicala era muy fanático de “Todos contra Juan”, y hay algo en los dos personajes que tienen un punto de contacto. Porque Juan es un tipo que va para adelante y quiere recuperar el éxito perdido; y acá, Canelón, de “Lennons”, está buscando el éxito, está buscando cómo pegarla y salvarse. Y ninguno de los dos tenía demasiados juicios de valor, porque ni Juan Perugia ni Canelón tenían juicios en su accionar: iban para adelante a como dé lugar
.
Y en esa actitud hay mucho de argentinidad, ¿no te parece?
Sí, bueno, mirá, tristemente el otro día fui a una proyección de “Nueve Reinas”, porque se va a reestrenar, e incluso fue al Festival de Cine de San Sebastián. Y cuando la vi, 23 años después del rodaje, me decía “qué tristemente actual que es”. Lo de la gente cagándose uno con otro es actual y lo de un banco que cierra y deja cuatro mil personas en la calle también puede ocurrir mientras vos y yo estamos hablando. Por ahí están cerrando ahora un banco y alguien se fugó del país con toda la guita. Son cosas que tristemente pueden ocurrir en cualquier momento en este país. Y esta “peli” “Lennons” también tiene esto del argentino que se quiere salvar como sea y si para eso tiene que incurrir en algo no tan sancto, bueno, hay que bancar una mentira y vamos para adelante.
Venís de hacer “Seres libres”, sobre casos de adicciones; de convertirte en un hincha de fútbol denso en la serie “Barrabrava” y ahora hacés una comedia delirante como “Lennons”. ¿Te sentís cómodo para vestir cualquier traje actoral?
Creo que el que más cómodo me hace sentir es el traje general de ir probando cosas distintas. Por un lado está “Seres libres”, que son entrevistas a gente que padeció o padece adicciones, es muy difícil decir que eso lo disfruto pero sí me gusta hacerlo y siento que también es un servicio. Y también hay dos proyectos muy distintos, como “Barrabrava”, donde todos la padecen y ese relato me emociona hacerlo; y por otro lado está “Lennons”, una comedia en la que no se hacen este tipo de análisis, porque lo que cuenta es “vamos a exorcizar la mierda de un año y media de pandemia”. Me gusta ir saltando de uno a otro para que no se enquiste nada, seguimos en movimiento.
Tenés varios proyectos en camino y uno es con el director rosarino Gustavo Postiglione.
Sí, con Gustavo tenemos un proyecto que se llama “Vengo del futuro”, que es un guión que lo escribimos los dos, y que ojalá podamos hacer esa película basada en una historia sobre viajes en el tiempo. Me encantaría hacerlo. Y además escribí dos guiones más: uno es sobre la vida del Padre Mugica, que está empezando a ver la luz, lo escribí hace doce años y parece que va la cosa finalmente. Ahí estoy trabajando en el proyecto, sería una especie de productor general. Y tengo otro guión escrito, que se llama “El año del dragón”, que me gustaría dirigirlo y actuarlo, y ya hay dos productoras que están interesadas en llevarlo a la pantalla.
O sea que seguís en el juego, actuar, escribir, dirigir...
Absolutamente, y si no jugás, a esta altura...en un mundo que si no jugás un poco la cosa está un poco difícil. Así que poder jugar y seguir buscando es todo un premio.