Por primera vez en Rosario, hoy se presentará la versión completa de “Fausto”, la principal ópera del romanticismo francés. A las 19, en el teatro El Círculo, debutará la ópera en cinco actos, con música de Charles Gounod, en una una producción de la Asociación Cultural “El Círculo”, en colaboración con la Opera de Rosario. La puesta se repetirá los próximos jueves y sábado.
El elenco está integrado por figuras de trayectoria internacional: el tenor Juan Carlos Valls (Fausto); la soprano Daniela Tabernig (Margarita); el bajo Hernán Iturralde (Mefistófeles); el barítono Luciano Garay (Valentín); y la mezzosoprano Florencia Machado (Siebel), junto a los cantantes rosarinos Angie Cámpora, mezzosoprano, e Ismael Barrile, barítono. Participará el Coro de la Opera de Rosario, que dirige Horacio Castillo; el diseño de vestuario es de Ramiro Sorrequieta, mientras que la puesta en escena y escenografía son de Pablo Maritano. El maestro Carlos Calleja estará al frente de la Orquesta Sinfónica Provincial de Rosario.
Carlos Callejas, el director de esta producción, quien dirigió para la Opera de Rosario, “Madame Butterfly” en 2014 y “El elixir de amor” en 2012, comentó sobre “Fausto”: “La melodía tiene una fuerza enorme, es afectiva y todos nos conmovemos; es cierto que el Fausto de Gounod es ante el Fausto de Goethe, una comedia ligera. Pero es un espectáculo bello, con una orquestación sólida, con momentos memorables. Aquí en Rosario tenemos un grupo de artistas que hacen esto desde el corazón, y en algunos casos la vocación es mas fuerte que la técnica”.
Por otra parte, el bajo Hernán Iturralde, ante la pregunta si era verosímil el pacto fáustico en pleno siglo XXI, señaló que “la tentación es cosa de todos los tiempos. ¿Quién no ha pensado vivir los veinte con la experiencia de los cuarenta, o cómo sería mi vida si no hubiese tomado tal o cual decisión? En el caso de Fausto el problema es que envejece. Y antes de morir quiere sentir.
El tenor Juan Carlos Valls, añadió que “el pacto con el Diablo (tema central de la obra) es una cosa del pasado, para volver a la juventud hoy están los liftings, es decir, la gente cae en cualquier cosa por ser más joven. Pero la idea es buena, Fausto, un sabio que vende su alma por la juventud, pero después del pacto en realidad no hace mucho que justifique haber pagado un precio tan alto”.
Para la soprano Daniela Tabernig, el tema es típico de lo humano: “Muy actual. Es un clásico que vivimos todo el tiempo, a través de libros, de nuestras fantasías, de cada decisión compleja que tomamos o que dejamos de tomar. El bien o el mal, que camino elegir. ¡Por suerte, en la vida, también existen los grises!”.
Para Juan Carlos Valls, el Fausto de esta producción se trata de “una típica ópera romántica; el argumento no se sostiene demasiado, y es para disfrutarla. Después del pacto con el Diablo se transforma en una historia de amor. Pensemos que Verdi estaba componiendo en el mismo año “Un ballo in maschera” obra de un dramatismo concentrado y fuerte, y Wagner concluía nada más y nada menos que «Tristán e Isolda»”.
En este mismo sentido Hernán Iturralde opinó que “la visión de Gounod es un poco conservadora, además las concesiones que se hacían en ese tiempo como por ejemplo en ballet en el cuarto acto, hoy, dramáticamente no tienen sentido, alarga la ópera y le quita dinámica. Por eso, en esta producción prescindimos del ballet”.
Para Daniela Tabernig “los personajes se expresan en función de su tiempo; en este caso, Margarita es una joven inexperta que se encuentra inmersa en un contexto por momentos desolador, de gran inestabilidad, donde se está gestando una guerra. La tentación del peligro por lo desconocido la atraen. Los prejuicios y el posterior rechazo que genera su embarazo de parte de la sociedad y de su hermano Valentin, con el cual tiene una relación enfermiza, son temas muy actuales”.
Iturralde cree que Mefistófeles está bien logrado en general. “La función del Diablo es sarcástica, irónica, en vez del ser aterrador, que pintan otras manifestaciones artísticas”.