La conductora y humorista Lizy Tagliani comanda el ciclo “Got Talent Argentina”, una nueva edición de la franquicia británica de concursos de talentos que se convirtió en uno de los realities más exitosos y reversionados de la TV a nivel global, y que vuelve a la pantalla de Telefe, desde este lunes a las 21.45 con Abel Pintos, Florencia Peña, La Joaqui y el coreógrafo uruguayo Emir Abdul en el jurado.
“Tenemos un despliegue que no tiene nada que envidiarle a otros países, verdaderamente es espectacular, y además, tenemos la pasión. Será porque soy argentina, pero creo que tenemos esa cosa de que nos enojamos, disfrutamos, nos emocionamos... Todo es ardiente y con el corazón que late”, comentó Tagliani en diálogo con Télam sobre la impronta de esta suerte de cuarta temporada y reinicio del ciclo protagonizado por un gran muestrario de música, canto, baile, acrobacia, magia, destrezas inesperadas y otras disciplinas del entretenimiento.
Creado en 2006 por el productor discográfico inglés Simon Cowell, el formato se multiplicó poco después con más de 70 adaptaciones en otras latitudes y llegó a la señal de aire argentina en 2008 como “Talento Argentino”. Con Mariano Peluffo en el rol de conductor y Catherine Fulop, Maximiliano Guerra y Kike Teruel como jueces, se despidió a principios de 2011 luego de tres temporadas.
Trece años después y con un nuevo equipo en el set, Telefe retomó el show que se propone dar con el artista local más destacado sobre el escenario, que se encuentra entre los más de 450 concursantes individuales o en grupo -y sin límite de edad- que la producción reunió tras la serie de audiciones que realizó desde noviembre del año pasado a lo largo y ancho del territorio.
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Florencia Peña, Emir Abdul y Abel Pintos.
En “Got Talent Argentina”, un variado abanico de participantes podrá mostrar sus habilidades y actos, aunque sólo algunos irán pasando a las siguientes rondas que definirán al triunfador del certamen si logran evadir los botones rojos que cada uno de los jurados tiene a disposición para rechazar sus presentaciones y que, si son presionados de forma unánime, los harían abandonar la competencia.
Lizy Tagliani y Abel Pintos, que ya había puesto un pie en este tipo de producciones cuando fue co-coach en la tercera temporada de “La Voz Argentina”, conversaron con esta agencia sobre la propuesta que ya tiene grabados los primeros episodios y que tomará la posta en la franja de otro popular formato de concursos, “MasterChef Argentina”, que el pasado 7 de agosto dio por finalizada su tercera entrega.
Entre los que ya pudieron ver, ¿hubo algún acto que les llamara especialmente la atención?
Abel Pintos: Hay cosas que nunca había visto, a mí me influyeron mucho los artistas drag que se presentaron. Había escuchado un poco sobre el tema, pero nunca había sido testigo ni mucho menos conocido profundamente el concepto artístico. Es una disciplina muy particular, porque se mezcla con el tránsito emocional, el psicológico, el espiritual, y me impactó mucho. Les agradecí mucho a esos participantes, les hice saber abiertamente que estaba aprendiendo, y fueron muy pacientes conmigo.
Y vos Lizy, ¿cómo encaraste tu rol de conductora?
Lizy Tagliani: Me llevo muy bien con esto porque confío plenamente en el jurado que hace su función, no soy invasiva con respecto a sus decisiones, trato de verlo con sus ojos, y otras veces trato de pensarlo por cómo se verá en televisión, porque acá la energía es una y después lo que llega a la casa es otra cosa. Sí me gusta que hayan encontrado la forma de dar devoluciones que son muy constructivas, porque mi miedo es que pueda ser frustrante. Vos venís acá, te presentás porque estás segura, confías y amás lo que hacés, y no sentirte la mejor en este momento y en este lugar puede ser muy frustrante.
En ese sentido, ¿qué contacto generás con los concursantes?
LT: Toda la primera etapa me allanó un poco el camino, porque en los primeros programas de audiciones soy casi como una amiga que les da fuerza para que tengan el coraje de salir a comerse el escenario. Y después, la que los recibe con alegría o con cierta nostalgia, si no pudieron dar lo que querían. Así que en la segunda etapa, la de pararme frente al escenario y en la que ya nada se pueda ocultar, cuando está todo expuesto, ahí estoy más tranquila. Ya pude tener toda la previa y conocerlos, y eso me gusta.
Y vos Abel, ¿cómo te llevás con estar en el jurado?
AP: Es una linda experiencia, muy nutritiva, aprendo mucho de mis compañeros y de los participantes, y hasta de mí mismo, porque me vi envuelto en situaciones en las que tuve que resolver cuestiones que cuando terminaban me decía “ah, esto nunca lo había visto de esta manera”, que un artista me llevara a poder entenderlas de cierta forma. Fue muy interesante haber aceptado este desafío.
¿Con qué criterios te manejaste hasta ahora a la hora de evaluar?
AP: Fue fundamental la primera charla que tuvimos entre los cinco, porque establecimos casi una ley, que teníamos que ser nosotros y solamente nosotros. La producción nos dio carta libre de hacer, decir y pensar lo que querramos, y en este caso nos toca estar frente a las cámaras pero no trabajar para las cámaras. bamos a sentir lo que nos pasa con cada participante y sostener eso. Inmediatamente conectamos en ese lugar, y luego con cada uno los criterios eran distintos, porque muchos artistas vinieron a revalidar su talento después de recorrer un largo camino, pero sin la oportunidad de una ventana popular como esta, así que cuando me daba cuenta de eso me ponía más técnico, iba más a lo fino, porque no eran principiantes y podían hacerlo mejor. En cambio, a los artistas que vinieron a descubrirse los acompañamos más, para darles herramientas y votos de confianza.
”Got Talent” se suma a la oferta televisiva a poco de cierto revival que tuvieron los realities de competencia y concursos. ¿Por qué creen que hay una nueva apuesta en estos formatos?
LT: Yo soy una chica televisión, soy consumidora de los realities, las tiras, todo. La televisión es en parte abrir los ojos, apretar el control y dejar que te acompañe. Y creo que el condimento de los realities es que tienen eso de que a todos nos puede tocar, y eso es lo que alegra, saber que el que está ahí podrías haber sido vos, o alguien más que no está en la industria. Es un poco lo que me pasó a mí, yo no conocía a nadie al principio, arranqué peinando y después tuve una oportunidad, y otra, y otra, y terminé haciendo lo que hago. Me parece que eso es lo lindo, que las personas se ponen contentas como si esos golpes de suerte les pasaran a ellas.