"Ella solo quiere que le baile al sol de su corazón", reza el verso de uno de los primeros temas que Soledad Pastorutti estrenó en tiempos de pandemia. La historia de aquella canción se actualizó este lunes, pero el tono del mensaje es totalmente diferente ante la muerte de Valeria Zacchino, su abuela materna.
La partida de la mujer de 92 años fue un duro golpe para una de las principales artistas de la música popular de Argentina. A la hora de darles la noticia a sus seguidores en redes sociales, la estrella oriunda de Arequito comentó: "En este breve adiós agradezco con el alma haberte tenido, deseando volver a encontrarte algún día. Sé que así será".
"La Valeria" fue una figura tan importante en la vida de la "Sole" que se ganó un lugar en "Parte de mí", el álbum editado en 2020. Además, protagonizó el videoclip rodado con el resto de su familia durante los primeros meses de la cuarentena por COVID-19.
"Nadie podrá reemplazarte nunca. De ahora en más, serás mi abuela eterna, la que me marcó a fuego con amor infinito", escribió la cantante. El adiós en su cuenta oficial de Instagram generó miles de comentarios con mensajes de apoyo.
Embed - Soledad - La Valeria (Official Video)
La intérprete y compositora musical no se quedó en las palabras con su despedida. También compartió videos y fotos de diferentes momentos de su vida, incluyendo un simpático baile de Omar Pastorutti, papá y yerno.
El homenaje de Soledad a su abuela Valeria Zacchino
Hace más de cuatro años, la "Sole" no sólo le dedicó una canción a su abuela materna. También grabaron videos publicados en su canal oficial de YouTube, donde su hermana Natalia fue la segunda interlocutora en una serie de charlas sobre los secretos de la familia.
Valeria tenía 87 años entonces y demostró que la buena onda es parte de la genética de la cantante. Allí recordó parte de la historia de su casamiento con Pascual Zacchino, cuyo hermano menor se casó con Angelina, la hermana mayor de su esposa.
¿Quién era la Valeria en la familia de Soledad Pastorutti?
La abuela de la artista no sólo repasó anécdotas de la juventud. El rodaje le permitió compartir la mesa de la cocina con sus bisnietas y las recetas de las pastas que cautivaron a varias generaciones de la familia.
El camino de ambos matrimonios comenzó en Casilda, pero luego se fueron a vivir al campo. Así comenzó la historia de la casa de Los Molinos, un lugar que Soledad conoce de memoria luego de incalculables viajes en bicicleta desde su hogar en Arequito. Si bien la vida de la nonna se apagó, los recuerdos y el afecto siguen intactos y al alcance de todos los que quieren a su nieta más famosa.