Apuntes para un panfleto de Sergio Chejfec, publicado a fines de 2021 por Gog&Magog, nace a partir del encargo de Ugly Duckling, una editorial independiente de Nueva York que buscaba reunir ciertos textos cuyos núcleos residieran en una fuerte intervención discursiva sobre algún aspecto de la realidad. Si bien para el novelista argentino el pedido editorial fue todo un desafío, la propuesta dispara sin embargo un material que revisita la idea de panfleto amplificando el concepto, haciéndolo dialogar desde su título con la noción de apunte. Y es desde el título mismo donde sucede este movimiento de sentido: Chejfec lo ha afirmado incluso en una entrevista pasada: el título surge buscando una negociación entre el significado tajante, determinante, del término “panfleto” y lo difuso de la palabra “apunte”.
Sergio Chejfec nació en Buenos Aires en 1956. En 1990 se mudó a Venezuela y, tiempo después, decidió radicarse en Estados Unidos. Además de dedicarse a la escritura, actualmente dicta clases en la Maestría de Escritura Creativa de la Universidad de Nueva York, en la Maestría de Literatura Argentina de UNR y en la Maestría en Escritura Creativa de Untref. Es autor, entre otros libros, de Lenta biografía (1990), Moral (1990), El aire (1992), los poemarios Tres poemas y una merced y Gallos y huesos; y los ensayos El punto vacilante y Últimas noticias de la escritura.
Apuntes para un panfleto está dividido en cuatro partes: “Introducción”, “El personaje”, “Apuntes” y “Coda”. Desde las primeras páginas vemos resurgir la figura de Samich, un personaje construido por el autor, que aparece en algunos de sus textos anteriores. “En Samich la memoria constela los recuerdos y la vida, todo en constante deslizamiento” dice el narrador y esa parece ser la premisa de este libro. La idea de “deslizamiento” y también de “disgregación” son puntos neurálgicos de la obra.
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En el apartado “El personaje” puede leerse: “…[Samich] no consideraba esencial la publicación, y en muy pocas ocasiones la escritura. Según su punto de vista, el poeta operaba sobre el entorno por irradiación. […] Le interesaba explorar esas vacilaciones sin incurrir en la escritura, cuyo principal defecto, pensaba, era el de cristalizar lo inestable”. Apuntes para un panfleto juega con esta idea de “irradiación”. Hay ciertos desplazamientos luminosos que parten desde el narrador hacia el personaje, y desde el personaje hacia lo que observa, lo que explora, lo que analiza.
Luego de la presentación de Samich aparecen los apuntes. Asistimos entonces a los pensamientos, reflexiones y digresiones de un personaje que, si bien se afirma que no publica demasiado, va encontrando en la escritura ciertas ilaciones y matices que se revelan por momentos muy imbricados en lo sonoro, en lo táctil. La escritura desvinculada de la grafía mecánica y emparentada más bien con los sentidos y con el cuerpo. “En un momento temprano se hace evidente para Samich la equivalencia entre caminar y escribir. Escribir consiste en una deambulación: por la superficie del papel, por las palabras y frases, por la superficie de la lengua…”.
Samich es un personaje que va deslizándose a través de las páginas y de las calles, un flâneur silencioso que en su andar construye nuevos sentidos con las palabras, con sus “arrebatos de sensibilidad” que irrumpen en momentos de “profunda languidez deambulatoria”. Como buen poeta, Samich insiste y desea abandonar “la torturante esclavitud de lo literal”. Camina e interroga a los objetos con los cuales se topa. En una escena frente a una flor, el narrador escribe: “Samich se inclina hacia la flor. El interior del cuerpo está salpicado de muy sutiles amarillos, y también de unos verdes ligeramente grises […] entonces Samich hace algo impensado. Se dirige hacia la planta para interrogarla en voz baja: quiere saber quién le ha regalado el blanco, de dónde viene. Incluso más: quiere saber quién le ha dado una forma así de delicada y tímida en medio de aquella soledad en cierto modo rústica.”
Se cuenta de Samich, además, que deja los borradores de sus libros en una eterna espera, para “asentarlos”, aunque luego deriva hacia otra cosa y el manuscrito comienza a provocarle dudas o simplemente deja de interesarle. La incerteza, la distracción, el extrañamiento son marcas que tejen a este personaje. Acompañarlo en sus recorridos –internos, externos- es parte de la lectura de este particular libro.
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Fuente: Friedrich Alexander University, Alemania
Apuntes para un panfleto ha sido incluido en los catálogos de narrativa pero emana un fuerte contenido poético y ensayístico, pulverizando la frontera entre los géneros a través de una singular mirada. “Distracción quiere decir atracción por el reverso de este mundo” escribía Octavio Paz. Quizás Samich conozca los versos del poeta mexicano, que parecen latir subrepticiamente en el corazón de este libro.