En tiempos donde la crueldad y mezquindad atraviesan el entramado social, y el estado nacional recorta políticas, el documental “La sociedad del afecto” propone volver a las ideas fundamentales de María de los Ángeles “Chiqui” González, emblemática funcionaria y gestora cultural de la ciudad y la provincia: la potencia del juego en todo momento de la vida y la potencia de lo público en todos los territorios. Dirigida por Alejandra Marino y Marcela Marcolini, la película tendrá su pre estreno el jueves 1 de agosto, a las 20.30, en Cine El Cairo. También habrá funciones el viernes a las 18, el sábado a las 22.30 y el domingo a las 20.30
“Quienes juegan pueden inventar realidades, y quienes puedan inventar realidades no serán dominados y podrán decidir sobre sus vidas”, fue uno de los principios que guio la construcción del Tríptico de la Infancia, una de las obras más distintivas de la gestión de Chiqui. El documental busca desplegar ese universo conceptual, siempre conmovedor, y su sistemática materialización en proyectos.
Si bien “La sociedad del afecto” pone el foco en las ideas de la Chiqui, necesariamente repasa el recorrido de la persona que encarna ese pensamiento que marcó un antes y un después en las políticas de cultura y educación de la Municipalidad de Rosario y el Gobierno de Santa Fe.
La película muestra a González en toda “su multiplicidad”, además de como funcionaria: abogada que defendió detenidos durante la Dictadura Cívico Militar, creadora de un teatro que revoluciono la escena de Rosario a finales de los ochenta y principios de los noventa (con la Agrupación Filodramática Te quisimos con locura), docente en la FADU, madre y abuela. Sobre todo, la retrata en toda su humanidad, desde los miedos en la infancia que despertaron las primeras inquietudes sobre el juego, y la voluntad política de inaugurar El Jardín de los Niños en plena crisis del 2001.
>> Leer más: Chiqui González será Ciudadana Distinguida de Rosario por su contribución a la cultura
Marcela Marcolini y Alejandra Marino venían de trabajar juntas en el largometraje de ficción “Ojos de arena”, sobre la trata de infancias, estrenado en 2020. “Quedamos muy destruidas después del proceso de esa peli, fue muy duro. Le propuse a Ale, para tener un halo de esperanza, escuchar un poco a la Chiqui González, que ella no la conocía”, contó en diálogo con La Capital Marcolini, que hace años escuchaba hablar de Chiqui a través de su pareja, el actor rosarino Pablo Razuk.
Poco después, en plena pandemia, comenzaron a bocetar un guión. “Estuvimos un año más o menos revisando textos, escuchándola, armando un cuerpo de investigación. Después yo me animé a contactarla, cuando ya estábamos en la pandemia. No fue inmediato el sí. Nos llevó un tiempo pero terminó aceptando porque vio que íbamos detrás de las ideas. Si le decíamos que queríamos hacer un documental sobre su vida, nos decía que no”, aseguró Marcela.
Un documental con el foco en las ideas
Binomios fantásticos, derechos de las infancias, puestas teatrales a cuatro metros de altura, adultas que se acunan en un aula universitaria. El universo creativo y conceptual de Chiqui se extiende en múltiples direcciones. En el documental, ella habla a cámara pero también habla el propio recorrido, sus objetos, el archivo, las personas con las que trabajó, las que la quisieron y las que sostienen todavía hoy muchos de los espacios que gestó.
“Lo más convocante para nosotras, a pesar de que ella en sí es un personaje para una película, son sus ideas excepcionales. ¿Quién te habla hoy del valor de la metáfora en las infancias? Son conceptos que no transmite cualquier persona, como el valor que tiene que jugar desde que sos chico, y no sólo cuando sos chico. El valor del juego como lo que permite inventar siempre otros mundos. Y la Chiqui lo propone todo el tiempo, te deja siempre pensando. Lo más difícil fue reducir este mundo de ideas a una hora y veinte de película”, relató la directora.
Embed - Trailer LA SOCIEDAD DEL AFECTO
En este sentido, apuntó que junto a Alejandra tomaron la decisión activa de “no dejar afuera ninguna idea”, por lo que la película se articula por momentos en torno a una línea narrativa cronológica y otras veces en torno a una línea temática. “La Chiqui construye todo un mundo y nos parecía importante que quien lo recibiera, lo recibiera completo. Que entren todas las ideas, que se arme como un revuelto y que ojalá alguna caiga. Es un documental para ver a lo mejor más de una vez, por esto mismo. Nuestro deseo es que las ideas de la Chiqui lleguen a muchas latitudes”, desarrolló Marcolini.
“La sociedad del afecto” se realizó con el apoyo de Mecenazgo y del INCAA. El rodaje se realizó en 2023, entre el agobiante verano rosarino y las vacaciones de invierno con el Tríptico repleto de infancias. Si bien tienen fecha de estreno en el Gaumont de Buenos Aires para noviembre, quisieron que la película se vea primero en Rosario, y también quieren llevarla a Santa Fe. “Para nosotras estas proyecciones en El Cairo son muy emocionantes, porque era el lugar donde queríamos pasarla, donde la Chiqui tuvo tanto que ver”, apuntó por su parte Alejandra Marino.
“Estamos hablando de afecto en un momento en que la violencia está a la orden del día. Y parece que cuanto más agresivo seas en las redes o en los discursos, el mensaje llega más rápido. Y puede ser que llegue más rápido, pero no es lo que queda. Lo que queda y lo necesario es conectar con las ideas. Y el afecto entendido como tener en cuenta a una persona desde que es chico, es lo que necesitamos”, desarrolló Marcela.
“Creo que cada vez nos damos más cuenta que un Estado presente es lo que la gente necesita para vivir mejor. No te van a proteger los privados, te va a proteger el Estado, así que hay que cuidar ciertas instancias del Estado”, agregó.
Finalmente, las directoras recuperaron los elementos más impactantes del acercamiento y exploración al universo de Chiqui. “Me sorprendió que desde la función pública se puedan realizar las ideas. Se habla de bajar ideas a la realidad, pero es subirlas a la realidad. Arrancar una conferencia con una poesía como hacía Chiqui es maravilloso porque habla de la poética de la política. Y también esa cosa de que todo lugar de la provincia es merecedor de políticas públicas de infancias, no sólo una ciudad grande que ya tiene sus propios recursos”, cerró Marino.
“Me sorprenden las ganas que tiene Chiqui de seguir haciendo cosas. Es alguien que no para, que siempre está haciendo cosas, es alguien a quien hay que cuidar como un tesoro y hay que darle libertad para que siga haciendo. Está buenísimo que en Rosario le hayan dado el reconocimiento de Ciudadana Distinguida porque lo es”, concluyó Marcolini.