La fiebre del cobre parece bajar de temperatura. Desde que en febrero provincia y municipio acordaron trabajar las inspecciones a chatarrerías y la detección de material de dudosa procedencia, ya se contabilizaron unas 24 clausuras de chatarrerías y locales del rubro en la ciudad, se detuvieron a 14 personas y en total el gobierno santafesino decomisó 400 toneladas de materiales no ferrosos que habían sido robados. En esta "radiografía" en la ruta del cobre se desprenden algunas curiosidades. El día de mayor cantidad de sustracción en la vía pública de cableado de la Empresa Provincial de la Energía (EPE), alumbrado público y telefonía son los jueves, mientras que los domingos se incrementa el robo-rapiña en los domicilios con la perdida de picaportes y ornamentos en manos de los delincuentes. En el accionar, se detectó que entre febrero y abril las denuncias por estos delitos predatorios al 911 disminuyeron casi un 60 por ciento. El trabajo de control en las chatarrerías se incrementó a partir de febrero, cuando los Estados municipales y provinciales firmaron un convenio marco de colaboración para desarrollar tareas de manera mancomunada y coordinada para seguir la ruta del cobre y materiales ferrosos además de automotores.
A fines de marzo pasado, Gendarmería interceptó en Corrientes un camión con 28 toneladas de cobre que era llevado simulando ser una carga de chatarra. El transporte interceptado provenía de Rosario y tenía como destino final la ciudad misionera de Puerto Iguazú. El valor de la carga superaba los 788 millones de pesos. Por eso para cortar de plano con el negocio a gran escala resultó fundamental coordinar acciones en la ciudad.
Robo de cobre
De diciembre a la fecha, se concretaron más de 42 inspecciones en chatarrerías. Todas las intervenciones se realizaron en conjunto con personal policial y de éste, 24 fueron clausuradas, principalmente por no poseer el certificado de habilitación o por cuestiones de seguridad. Y al menos en 12 de estos casos se trataron de violaciones de clausura. Locales que reabrieron o trabajaron a puerta cerrada pero que no regularizaron su situación con la Intendencia, lo que justificó una serie de denuncias penales contra los titulares de estos negocios.
Hasta el día de la fecha, se detuvieron a 14 individuos en estos 6 meses de trabajo y se secuestraron 2 armas de fuego.
Datos de la Secretaría de Gestión de Registros, dependiente del Ministerio de Innovación reflejan un marcado descenso en los llamados por el faltante de cables y elementos con cobre que llegan vía telefónica al 911.
Descenso
En febrero fueron 926 , para marzo llegaron a 690, y en abril descendieron a 387. Esto significó que el robo y las denuncias disminuyeron un 58,2 por ciento.
En Rosario, entre febrero y abril se registraron 10.309 llamadas relacionadas directamente con hurtos o tentativas. De esas llamadas, 2.003 se referían a la sustracción de cables y otros elementos de metal, lo que representa el 19 por ciento del total de comunicaciones en esa ciudad.
En este sentido, las estadísticas indican que la mayoría de las denuncias apuntan a robos de cables: 1.441 llamados, lo que significa el 72 por ciento del total de elementos, que incluyen dos categorías: cables y metales.
Y en lo que va de este mismo periodo, las zonas de mayores clausuras fueron el sur y luego le siguió el oeste, que coinciden con los sectores con mayor incidencia en la compra y venta de materiales no ferrosos.
Los jueves fueron los días de más denuncias registradas en su inmensa mayoría casos de denuncia de cables de vía pública (tendido de la EPE, alumbrado público, telefonía, internet) ,mientras que la mayoría de los robos de metales en fachadas de viviendas familiares son los domingos, el objeto más sustraído: picaportes.
Además, en los distintos allanamientos los agentes de Control y la policía encontraron placas de cementerio profanadas y listas para su venta, material de la EPE como cables de cobre, transformadores y otros elementos, de Aguas Santafesinas como los medidores de agua que contienen una rosca de cobre, y de empresas de telefonía.
Como resultado de estas inspecciones, se incautaron 400 toneladas de material. De ese total, están en proceso de compactación 300 toneladas en Venado Tuerto, producto de un predio completo del cual la justicia ordenó que la provincia tome posesión de ese material que no se podía corroborar su procedencia.
Registro
En estos meses se realizaron más de 35 inspecciones, allanamientos y clausuras en la provincia. Del total de esos procedimientos, unos 24 se hicieron en Rosario. Ante la repitencia y la eficacia en los controles, algunos comerciantes optaron por ir al Registro de Desarmaderos que depende de la provincia para regularizar su situación.
El descenso de los llamados para denunciar este tipo de delitos a la línea 911, da cuenta asimismo de los buenos resultados de las tareas que se vienen realizando.
A comienzos de mes, seis personas que se habían hecho pasar por empleados de Personal Flow fueron descubiertos y detenidos en Buenos Aires y avenida Arijón. Uno de ellos resultó ser un trabajador de la empresa y cómplice del robo. En su poder se encontraron 69 tramos de cables de aproximadamente 1,50 metros de largo cada uno. El ardid fue sencillo. Habían ploteado vehículos con el logo de la empresa, pero un llamado alertando sobre la situación los detectó in fraganti.
Epicentro
A mediados del 2022, Telecom participó de una audiencia pública en la Cámara de Diputados de Santa Fe para expresar su opinión en relación al robo de cobre que afecta el patrimonio de la empresa y por ende el servicio a sus clientes. Hasta aquel entonces, se llevaban contabilizados más de 150 mil kilos de cobre sustraídos en en toda la provincia.
“Lamentablemente, Rosario es el epicentro nacional del robo de cables de cobre en Argentina”, alertó Alejandro Saavedra, representante de la empresa en la Cámara baja provincial para apuntar que “si bien hay en otros lugares del país creciente índices de robo de cables, Rosario tiene el peor indicador”.
Sólo entre enero y septiembre del año pasado, la Municipalidad registró más de 21 kilómetros de cableado en todo el mapa rosarino que habían sido robados, lo que equivale a una distancia entre el Monumento a la Bandera y el centro de Funes.