Primero fueron las palomas, ahora las plazas del macrocentro sufren los efectos de otra ave que deja a las veredas y paseos casi intransitables. Se trata del estornino, un ave “territorial” que hizo base en Rosario proveniente de la provincia de Buenos Aires y que en su capital, La Plata, es considerada plaga. Una de los sectores más copados por el estornino es la plaza Sarmiento, a metros del Normal Nº 1, en Mendoza y San Juan.
La invasión es tal que el municipio tuvo que diseñar un dispositivo especial de higiene y reforzar las tareas de hidrolavado, ya que el olor del excremento resulta insoportable. Incluso ya se evalúa una acción con repelentes para regular la población en la ciudad. Su llegada es un reflejo del desmonte de bosques nativos y su perfil invasor puede desplazar a los gorriones de las plazas.
En la actualidad, estas aves son un dolor de cabeza para los platenses, también invadieron Mar del Plata y ahora Rosario parece ser el lugar elegido para que las poblaciones de estorninos se establezcan en parques y plazas.
El Sturnus Vulgaris o estornino común llegó a la Argentina dentro del mercado de aves exóticas en la década del 80 proveniente de Estados Unidos. Originario de Europa y Asia, algunos de sus ejemplares, al ser liberados, comenzaron su desembarco en el país en la zona de Bernal, provincia de Buenos Aires. La especie fue introducida en Australia, Nueva Zelanda, América del Norte, Argentina y Sudáfrica.
Ahora, expandido su territorio, se presenta como una verdadera amenaza. Pueden anidar 5 huevos dos veces al año y así, sin predadores naturales, duplicar su población en una temporada.
Esto lo hace de un potencial alarmante, además de la fuerte competencia y exclusión que aplican sobre las aves autóctonas.
Oloroso e invasor
Una característica es su adaptabilidad y la ingesta de una variada serie de alimentos: insectos, basura, frutas, granos, alimento balanceado. Su rasgo invasor también es por los lugares para hacer los nidos. Algunos especialistas sugieren controlar la población al instante en que se ven bandadas porque se convierten en plaga en poco tiempo. Y su excremento blanquecino es mucho más oloroso que las heces de las palomas. A medida que avanzan, los gorriones por ejemplo van en retroceso.
En Córdoba han detectado al estornino pinto (el más invasor) pero también otra subespecie: el crestado. Ahora bien, ¿son los estorninos las nuevas palomas que son plaga en Rosario?
El director de Control de Vectores de la Municipalidad, Carlos Tasinato, dio las primeras claves. “Es una bandada de una especie no autóctona, es invasora, vienen a dormir a la arboleda frente al Normal Nº 1 y luego se van de día para alimentarse en algún lugar. Se está evaluando cómo intervenir, si se coloca repelente para alejar esta población. ¿Razones? Hay muchas, pero una es el aumento de la frontera agropecuaria, con la disminución de bosques nativos. Los pájaros no aumentaron en cantidad sino que ha variado su distribución, en una ciudad que encuentra condiciones propicias, arbolado extenso, alimentación, refugio, no tienen depredadores y se sienten cómodos. A esto hay que agregarle grupos pequeños o bandadas chicas, por ejemplo en la plaza de Rioja y Balcarce, entre otros puntos. Nuestra preocupación es que desalojan especies locales, reemplazan sus huevos por los propios y son muy prolíficos. Y el ruido es insoportable, al igual que el olor, que es fuerte”, resaltó.
Refuerzo en limpieza
El director de Higiene Urbana, Luciano Marelli, también se refirió al impacto que produce el excremento en la zona. “Desde hace unos días reforzamos la limpieza, sobre todo con hidrolavadora, pero iremos evaluando igualmente porque el agua empieza a perjudicar en cuanto al olor. De la plaza Sarmiento, en realidad, el sector que identificamos como más poblado es la plaza Santa Rosa, ubicada junto al Normal Nº 1. Y dentro de ella el sector que da a calle Corrientes”, apuntó el funcionario.
Los operarios de estas brigadas reforzaron el operativo, sobre todo con hidrolavado, y se hace prácticamente todos los días de la semana, atendiendo veredas y mobiliario urbano. “Con respecto al hidrolavado, iremos evaluando la conveniencia ya que la contra es que genera una reacción química que hace un poco más invasivo el olor. Experiencia similar tuvimos con las golondrinas hace unos años en plaza Pringles”, recordó Marelli para agregar: “Estamos en contacto con funcionarios de otras localidades que ya vienen trabajando con el tema del estornino pinto para ver alternativas. Igualmente vamos a estar probando un repelente orgánico para evitar que se asienten, ya que usan estos árboles para dormir”.
Además de alterar el equilibrio ecológico, los estorninos están corriendo a gorriones, torcazas, horneros, venteveos, mirlos y cardenales. “Un montón de aves propias de la ciudad que una vez más sufren la expansión de la agricultura . Ahora hay que ver cómo se controla, porque va a originar lo mismo que ocurrió con las palomas . Es una especie bastante agresiva no con los humanos y se mueven en bandadas”, destacó, en tanto, Tasinato.