Si bien su expansión en el país en notable, Argentina todavía está muy por debajo del nivel de consumo de otros países de Latinoamérica, Europa e incluso de Estados Unidos. “Cuando veíamos los números notábamos que en el país se consumían dos kilos de congelados por año, mientras que en Estados Unidos la media es de 37 kilos por persona y ni hablar en Europa, donde hay países con 45 kilos per cápita", señaló a Negocios Adolfo Rouillon, fundador de la empresa de alimentos congelados Frizata, una de las principales en ventas a nivel nacional.
Quizás el paso más difícil sea romper con los prejuicios de muchos consumidores que, según sostienen desde la industria, asocian los congelados un producto artificial en vez de ver en ellos las bondades que esconden. Pero la posibilidad de sumar nuevos artículos, por fuera de alimentos tradicionales como pizzas, empanadas y hamburguesas, y de jugar en nichos novedosos como lo son las líneas “meat free” (sin carne) y veganas, son los impulsos que encontró el negocio para agrandar el público.
El nacimiento de algo nuevo
Rouillon es licenciado en administración de empresas por la Universidad Austral y fundó Frizata en el 2019 junto a su socio José Robledo, con la idea de expandir los congelados en la ciudad de Rosario. Según precisó, notaban que la asimetría en el consumo de este segmento en Argentina se debía más a un problema de oferta que de elección. Fue entonces que se propusieron probar su hipótesis lanzando una marca propia que ofreciera variedad y preciosos accesibles, la cual logró gran aceptación en poco tiempo.
“José y yo estuvimos trabajando durante más de una década en tecnología hasta que decidimos emprender en el mundo de los alimentos, creando una marca para vender en los canales tradicionales como supermercados y alimenticias, pero este esquema nos costó mucho. El resultado de conocer ambos mundos fue el nacimiento de Frizata hace cuatro años, una marca 100% digital, sin tiendas físicas, que vende a través de una plataforma directo a los consumidores”, señaló el emprendedor.
Como todo proyecto naciente, arrancaron de a poco con 14 productos y fueron sumando nuevas ofertas. Hoy cuentan con un portfolio de 80 alimentos, entre los que aparecen las clásicas opciones de comida rápida como nuggets, palitos de queso y milanesas de soja, hasta categorías más “premium” como langostinos, dumplings y spring rolls, además de su línea sin ingredientes animales, muy solicitada por los clientes. El último lanzamiento comprende una línea dulce con potes de helado de medio kilo y alfajores.
“Logramos un modelo que permite llegar de manera directa a la casa de los compradores, con una logística que se cuida a lo largo de todo el proceso. Estamos atentos a toda la cadena de distribución, con vehículos que controlan en tiempo real las entregas y atendiendo todas consultas sin intermediarios”, destacó Rouillon a la hora de analizar una de las fortalezas de Frizata, que no solo se comercializa en Rosario, sino en otros mercados como Córdoba, Buenos Aires e incluso en Chile, Estados Unidos y en Brasil, donde vienen creciendo con fuerza en la ciudad de San Pablo.
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José Robledo y Adolfo Rouillon, fundadores de Frizata
Foto gentileza Frizata
Al ser fabricantes, la marca tiene la posibilidad de realizar innovaciones constantes, tanto en las recetas que aplica como en los ingredientes que usan y los productos que lanzan a la plataforma. Esto sin dudas es para sus fundadores uno de sus grandes aciertos, aunque consideran que hace falta generar más conciencia sobre los beneficios de los congelados para que otras personas los cuenten como opción. En este sentido, a futuro están evaluando la apertura de una tienda física de Frizata para sumar visibilidad a la marca y captar a personas que todavía no se animan a comprar online.
Logística y distribución
Los congelados son un nicho que hoy no solo atrae a emprendedores de otros rubros, sino también a grandes jugadores que ya tienen experiencia en este segmento y el know how para encargarse de la producción. Un ejemplo es la compañía de heladerías Grido con su línea de congelados Frizio, la cual aprovecha a vender no solo de forma digital, sino en toda su red de sucursales, sirviéndose de la amplia cobertura que tienen a lo largo del país.
Otro ejemplo es la firma Ultracongelados Rosario, que lanzó varios años atrás la cadena de franquicias de confiterías Nuria, famosa por sus medialunas. Su origen se remonta al año 1936, siendo la primera firma de Argentina en elaborar panificados congelados prefermentados con tecnología de punta, para fabricar con alta calidad artesanal y a escala, conservando el sabor de los ingredientes sin alterar las recetas tradicionales.
En el segmento de panaderías otra firma rosarina que dio el paso en este sector es Calzia, que arrancó en el mundo de los alimentos congelados en el año 1987. En diálogo con Negocios, Agustín Martinelli, coordinador general de la empresa que hoy tiene sus instalaciones en Presidente Roca al 3900 y está construyendo una nueva planta en el Park Empresario, en la zona oeste de la ciudad, lo que le permitirá crecer en infraestructura.
En sus inicios, Calzia comercializaba helados a distintas marcas hasta que llega a establecer una alianza estratégica con la cadena de heladería Yomo. “La calidad de lo que hacían desde Yomo era muy buena y de a poco nuestra firma fue diversificando la venta, incorporando nuevos productos como papas congeladas, pescados y vegetales, tercerizando su fabricación”, contó Martinelli sobre lo que fue la expansión que se animaron a dar en este sector.
Sin embargo, el despegue se dio al momento de apostar a los panificados, donde, según el empresario, vieron una oportunidad para crecer y con un alto grado de innovación, lo que les posibilita congelar la levadura en tiempo récord para que quede activa. De esta forma, en palabras del empresario, logran detener el proceso para que este se complete una vez que ingresas todo al horno, conservando las propiedades que hoy brinda un alimento recién preparado. Lo mismo hacen con las papas, donde además logran sacarle toda la humedad que tienen contenida y concentrar su sabor.
“Hablamos de productos que, sin conservantes, pueden tener una vida útil de seis meses y con un conservante natural llegan a durar a dos años, ahí radica una de las principales ventajas de los congelados. Sin embargo, es un negocio costoso en infraestructura, movilizar congelados es caro, tenés que tener generadores y toda una estructura bien formada para garantizar el servicio”, señaló Martinelli.
El fuerte de Calzia hoy radica en vender al canal mayorista, logrando cubrir un radio de 150 km alrededor de Rosario y comprendiendo más de 70 localidades y a 1500 clientes, entre kioskos, casinos y supermercados. Si bien todavía no fabrican, ya venden mercadería bajo el nombre Calzia como estrategia para instalarlo y que los consumidores lo tengan referenciado porque a futuro la idea es abarcar también toda la parte productiva.
“Nosotros brindamos a fabricantes el asesoramiento comercial para hacerlos ingresar al negocio. Sabemos en qué cantidades vender, a qué precio, cómo hacer la presentación y le ofrecemos todo nuestro equipo de ventas a disposición. Todavía no elaboramos nosotros, pero en algún momento lo vamos a hacer porque el segmento de congelados viene en ascenso, creció mucho el rubro en competencia y la gente está cambiando la forma de mirarlos, además hoy hay menos tiempo y uno quiere resolver la comida rápido y estos productos te lo hacen posible”, aseguró Martinelli.
Calzia cuenta con una red de locales bajo la marca “Panadería Boutique”, donde se encargan de llegar directo al consumidor, con medialunas, bizcochos, panes y con pastelería congelada. En total son 18 tiendas las que tienen en la ciudad, contando las nuevas aperturas en calle Suipacha y Córdoba y en el espacio de La Favorita que está pronto a inaugurar. Cuatro son administrados por la propia empresa y los restantes a través de franquiciados.