El ex presidente de la Nación, ex gobernador de San Luis y actual senador nacional por el justicialismo y parlamentario del Mercosur, Adolfo Rodríguez Saá, sostuvo ayer que observa “muy complicado y con demasiados problemas el panorama nacional”.
El ex presidente de la Nación, ex gobernador de San Luis y actual senador nacional por el justicialismo y parlamentario del Mercosur, Adolfo Rodríguez Saá, sostuvo ayer que observa “muy complicado y con demasiados problemas el panorama nacional”.
En un reportaje que concedió a La Capital, el legislador sostuvo que hay “más inseguridad que inflación”, acuso al Frente para la Victoria de estar “disolviendo el Partido Justicialista” y subrayó que “dejar el partido en manos de un juez electoral solo lo pueden concebir los traidores”. Ante esta realidad, se mostró partidario de conformar “un frente electoral que integren diversos partidos políticos y dirigentes sociales, culturales y económico, entre ellos Mauricio Macri”.
—¿Cómo observa el panorama nacional?
—Muy complicado; con demasiados problemas y una falta de diálogo enorme entre el gobierno y la sociedad, algo sumamente imprescindible para construir soluciones y planificar el futuro. Es un país lleno de inseguridad personal, jurídica y económica, y es muy difícil para convocar a inversores de empleo y lograr un crecimiento económico”.
—¿En el marco de las negociaciones paritarias, podrá haber topes en la suba de la escala salarial?
—El gobierno quiere poner topes, pero la inflación es muy alta y los dirigentes tienen la obligación moral de recuperar el salario y el terreno perdido y prever los aumentos del costo de vida en los tiempos que se vienen. El gobierno pretende poner un tope para hacer previsible a la economía, y ahora los dirigentes tienen la obligación de demostrar su liderazgo y una salida para evitar una crisis social.
—¿Cree que la inflación y la inseguridad tienen alguna conexión?
—Lamentablemente tienen una amplia conexión. La inflación hace que la crisis social sea cada día más grande y la inseguridad cada vez mayor. Hay más inseguridad que inflación, porque está ligada a un grave problema que se debe abordar con seriedad y que son los narcotraficantes. Un ejemplo es Rosario, una ciudad que vista desde afuera pareciera que el narcotraficante tiene un inmenso poder. Debemos tomar el tema con carácter de urgente y hacer los esfuerzo para erradicar la perversa y desastrosa fuerza de la droga.
—El gobierno logró mantener el nivel de empleo, pero está en deuda con el nivel salarial. ¿Cuál es su propuesta para lograr un equilibrio?
—Sí, recuperó el nivel de empleo perdido en 2001, pero no logró un país productivo, y para ello tienen un largo camino que recorrer. Debería haber mayores fuentes de trabajo, menor desocupación y no salarios en negro. Hoy se perdió el poder adquisitivo del salario, y esta situación se está convirtiendo en la antesala de una crisis social. Sería sumamente interesante que la señora presidenta compre alimentos en un supermercado y pague la cuenta, y así se dará cuenta del valor de la canasta mínima familiar. Es una situación delicada, que provoca un gran esfuerzo a un trabajador para poder vivir con un poco de dignidad. Se debe recuperar en breve el poder de compra del salario.
—Si esa situación es difícil para un trabajador, ¿cómo es para un jubilado?
—La política jubilatoria es una de las grandes deudas del país. Está demagógicamente muy mal manejada, con jubilaciones de privilegio y mínimas sumamente irritantes. Se debe buscar una solución inmediata en un marco de seriedad, austeridad y honestidad.
—¿Cuál es su propuesta para reducir el déficit de las cajas de jubilaciones?
—Es un problema mundial, y nos toca pensar en si la jubilación no es otorgada en una edad demasiada temprana. La expectativa de vida en el mundo ha cambiado, y hoy el promedio de vida supera los 70 años. Tal vez habrá que revisar el sistema de aportes jubilatorios. Es un problema que debe resolver el gobernante de turno. Han resuelto muchos problemas e incorporaron mucha gente, pero la mínima es muy baja y no alcanza para la supervivencia de quien aportó toda una vida.
—¿Cuál será su aporte como senador en este nuevo período de sesiones?
—Trabajo para lograr bases de consenso ante un panorama difícil que se avecina. Tendremos discusiones paritarias muy complicadas, una situación aún pendiente de resolución sobre aumentos salariales a efectivos policiales, que arrancó en diciembre como un llamado de atención muy preocupante. Tenemos que estar a la altura de las circunstancias y contribuir a las soluciones que se nos plantean.
—¿Cómo observa a dirigentes políticos que practican “saltos de garrocha” para un cambio de bando en materia política?
—Es lamentable, y es el fruto de un país decadente, de pensar que la política se maneja con cajas y que el interés personal está por encima del poder colectivo. La política es servir a la comunidad, y muchos creen que es servirse de la comunidad, y están equivocados. Tenemos que estar al servicio del país y modificar las pautas para lograr una sociedad con mejor calidad de vida.
—¿Cómo marcha la renovación de autoridades en el Senado?
—Yo propongo que sea un peronista.
—¿Cree posible integrar un frente electoral con dirigentes de otros partidos, como Mauricio Macri?
—En el peronismo que milito vemos con mucho agrado la composición de un frente electoral que integren diversos partidos políticos, además de dirigentes sociales, culturales y económico. Y que proyectemos un país para el futuro y no nos hundamos en el debate del pasado, y en ese frente habría que invitarlo a Macri.
—¿Cómo observa la interna del Partido Justicialista?
—El Frente para la Victoria esta disolviendo el partido justicialista, y sus autoridades están prácticamente caducas y se niegan a convocar a alecciones internas y a reunir al congreso partidario. Es de carácter urgente convocar a elecciones internas y que los afiliados decidan el futuro del PJ. Dejar el partido en manos de un juez electoral solo lo pueden concebir los traidores.
Por Claudio Berón
Por Alvaro Torriglia