La presidenta de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, pidió la renuncia del ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, por no haber "cuidado a la presidenta (sic)", en alusión a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien este jueves fue víctima de un atentado en el que un hombre gatilló un arma en su cara a poco de llegar a su domicilio en el barrio porteño de Recoleta y saludaba a los militantes reunidos frente a su domicilio.
"Con el derecho que me dan los 45 años de lucha ininterrumpida luchando por defender a la gente que amo, por inepto y descuidado, exijo la renuncia de Aníbal Fernández", dijo en un comunicado Bonafini. Y añadió: "Y ojalá muchos me acompañen para lo mismo, porque no supo cuidar a la presidenta".
Al enojo de la titular de Madres de Plaza de Mayo se sumó el dirigente social Juan Grabois: "La protegió Dios. La policía no. Ahora nos toca a nosotros cuidarla", posteó en su cuenta de Twitter poco después de que trascendiera que Fernando Andrés Sabag Montiel, un brasileño de 35 años, se había acercado a la vicepresidenta y le había gatillado en la cara, momento que quedó registrado por las cámaras de televisión y los celulares de los manifestantes que estaban en el lugar.
Entre los partidarios de Cristina fue creciendo el fastidio con el ministro de Seguridad Aníbal Fernández, responsable de la Policía Federal, que estaba en el momento del ataque a cargo del operativo de custodia de Cristina. Días atrás, se generó una fuerte polémica entre el kirchnerismo y el jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, por las vallas que se montaron en Juncal y Uruguay.
En medio de esa tensión, Aníbal Fernández hizo declaraciones que, ahora, irritan a Cristina y los suyos: “Lo que hicimos fue ampliar la custodia de la vicepresidenta que es parte del Ejecutivo”. Con las cosas que han pasado, no podemos dejar todo librado al azar y resolvimos ampliar esa custodia que tenía hasta ese momento para ampliar la seguridad sobre la casa de la expresidenta”, dijo.
De inmediato, el juez porteño Roberto Gallardo dictó una resolución ordenando sacar las vallas y dijo que se debía extender la custodia personal de Cristina a la vereda y a la esquina de su departamento. La orden del juez cercano al kirchnerismo no fue tenida en cuenta por el Ministerio de Seguridad nacional, en vista de los sucesos. Una orden que el propio Larreta aseguró que iba a apelar y que no iba a cumplir.
El senador nacional Oscar Parrilli, uno de los hombres de confianza de Cristina, reconoció que “tiene que haber un replanteo de toda la manera en la que ella se contactaba con la gente, a ella le hacía muy feliz. Esto pone un interrogante de cómo tiene que seguir. Tiene que haber cambios, desde ya va a tener que traer consecuencias para el futuro y un cambio en muchas de las conductas y maneras en las cuales ella se movía”.
El malestar de los allegados a Cristina creció cuando se supo que a Fernando Andrés Sabag Montiel lo detuvieron los militantes que estaban en las afueras del departamento de la vicepresidenta y no los efectivos de la Policía Federal, que estaban a cargo de la custodia. En las imágenes difundidas por la televisión se ve claramente como los encargados de proteger a la titular del Senado reaccionan tarde.
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