Mientras Maximiliano Pullaro tiene casi definido su once inicial, Pablo Javkin mantiene en stand by el armado del gabinete para su segundo mandato como intendente de Rosario.
Por Mariano D'Arrigo
Mientras Maximiliano Pullaro tiene casi definido su once inicial, Pablo Javkin mantiene en stand by el armado del gabinete para su segundo mandato como intendente de Rosario.
En la ronda de conversaciones con sus aliados en la ciudad, Javkin ya avisó que serán los últimos que completarán el organigrama. Aparecen dos grandes diferencias en la situación del futuro gobernador y el alcalde: los roles y la escala.
En tránsito desde la zona de oposición hacia el oficialismo, Pullaro debe ensamblar un equipo mayor para desembarcar en la Casa Gris, pero cuenta con la ventaja de que no gobierna.
Javkin, en cambio, busca que los rumores de cambios no resientan la gestión en el final de su primer tiempo. “Cuando en un área suenan nombres, se paraliza”, dice un integrante de la mesa chica del alcalde.
Es lógico: si un funcionario sabe que el 10 de diciembre próximo cesa en su cargo, es probable que preste más atención a tener actualizado su perfil de LinkedIn que al detalle de la administración.
Pero, además, juegan cuestiones de nivel. Al igual que las listas, los casilleros del gobierno se ordenan de arriba hacia abajo.
En las conversaciones informales que tuvieron Pullaro y Javkin, el jefe del Palacio de los Leones le propuso nombres para las áreas que pretende para Rosario en el futuro gobierno provincial.
En particular, al intendente le interesan las áreas vinculadas a lo territorial, como las políticas de urbanización, una herramienta clave para bajar los niveles de violencia, además de la actuación de las fuerzas de seguridad.
Consciente de que cuenta con una manta corta y que los recursos humanos son finitos, el intendente no quiere sacarle el cuerpo a la gestión provincial. Pero tampoco descuidar el pago chico.
Pullaro tiene prácticamente definido su gabinete. Se reserva ocho de los once ministerios y cede la cabeza de dos al socialismo y uno al PRO. Lejos de un gabinete loteado, el jefe de la coalición no peronista piensa en un gobierno donde los distintos sectores tengan funcionarios en las distintas carteras.
Más allá de que no quiere oficializar los nombres para no exponer a los futuros ministros a un desgaste prematuro, puertas adentro el esquema —al menos, la primera línea— está acordado.
“Una vez que eso esté allanado, vamos a acelerar la secuencia”, dicen en el Palacio de los Leones, donde piensan la oficialización del equipo local para mediados de noviembre. Y, después, encarar una suerte de transición interna.
Mientras tanto, Javkin busca cómo materializar su idea de armar un gabinete más compacto y, a la vez, abierto, plural, con aliados y funcionarios sub40, una apuesta que lo obliga a un equilibrio complejo.
“Tenés que ampliar para integrar al frente y que sea lo más paritario posible, no es sencillo”, reconoce un integrante del círculo más próximo al intendente.
El marco normativo local da menos margen para desplegar la creatividad político-administrativa. A diferencia de la provincia, donde existen los ministerios, las secretarías de Estado y las secretarías, en el municipio sólo existen dos niveles políticos: secretarías y subsecretarías.
Una fórmula que exploran en el laboratorio del intendente es armar gabinetes sectoriales para coordinar entre diferentes áreas. En su primer gobierno, Javkin concentró las definiciones, una situación que da más control político pero ralentiza la puesta en marcha de las iniciativas. “Queremos más operatividad en la toma de decisiones”, señalan cerca del alcalde.
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En el Ejecutivo local apuntan a una “renovación parcial” del staff político. La oxigenación del gabinete implica tanto enroques internos como el ingreso de nuevos jugadores. Puertas adentro del palacio municipal admiten que los puestos políticos “son exigentes y no todos se bancan cuatro años”.
Sin nombres en danza por ahora, es casi seguro que el actual secretario de Desarrollo Económico y Empleo, Sebastián Chale, asumirá mayor protagonismo en el nuevo esquema. El jefe de campaña de Javkin e integrante del sector radical de María Eugenia Schmuck y Franco Bartolacci se ubicó en la primera línea de combate en la pelea contra Juan Monteverde por la Intendencia.
Después de acompañar al referente de Creo en el balotaje de hecho contra el referente de Ciudad Futura y aliado del peronismo, el radicalismo, el socialismo, el PRO y el sector de Miguel Tessandori buscan ser recompensados en el futuro gobierno. Según cuentan en la cocina del javkinismo, por ahora las pretensiones de los socios "son razonables".