El gobernador de Santa Fe, Antonio Bonfatti, reconsideró que en un eventual ballottage presidencial no votará al PRO pero tampoco al kirchnerismo, en una vuelta de tuerca de sus propios dichos de días atrás en los que había manifestado su preferencia por el oficialismo nacional. En paralelo, Miguel Lifschitz, candidato a gobernador del Frente Progresista, había disentido con Bonfatti antes de la rectificación al declarar que no estaba alineado con ningún postulante nacional.
“Yo tampoco voto al kirchnerismo”, aseguró ayer el mandatario santafesino al retractarse de una declaración que realizó el pasado lunes, en donde aseguró: “Si llegado el momento tengo que optar entre un representante de la derecha y alguien del oficialismo, no tengo la menor duda que a la derecha no la voto”.
Ahora Bonfatti explicó que no dijo “ningún nombre” sino que expresó que no votará “a la derecha” porque tiene “recuerdos tristes de la década de 1990”. En este sentido, apuntó contra el oficialismo y señaló el Estado “tiene que estar presente, no el hiperestado, ni el Estado empresario que no sirve para nada, sino el Estado como garantía del bien común; de la educación, de la salud, de la vivienda, de la inclusión social y la igualdad de oportunidades”.
Votos cruzados. Los dichos de Bonfatti acicateado la posibilidad de votar a un candidato kirchnerista en la segunda vuelta cayeron como un balazo de agua fría en el Frente Progresista atento a que existen votos cruzados a Mauricio Macri como presidente, Mónica fin intendenta y Miguel Lifschitz gobernador, aunque los representante electorales del PRO sean Miguel Del Sel-Anita Martínez y se lleven la mayoría del voto macrista.
Lifschitz había afirmado a primera hora de ayer que esa fuerza política no respalda a “ningún candidato presidencial. El frente es un proyecto bien santafesino y plural y que como espacio político no está alineado con ningún candidato presidencial”. El postulante socialista explicó: “Nuestro objetivo está en fortalecer esta coalición en la provincia, y preservar nuestra autonomía política”.
“Hoy se observa un escenario nacional muy abierto y nadie puede anticipar con precisión cómo va a quedar la grilla para una eventual segunda vuelta, por ello nuestra mirada está puesta estrictamente en lo provincial, en las generales del próximo 14 de junio”, explicó a su vez Lifschitz.
Según dijo, “a la hora de elegir por uno u otro candidato, cada fuerza (dentro del Frente Progresista) tomará su propia determinación. Lo importante es que el próximo gobierno del Frente Progresista en Santa Fe buscará tener por el bien de los santafesinos una muy buena relación con el futuro presidente, sea cual fuere su sello partidario”.
El socialismo respaldó la precandidatura presidencial de Margarita Stolbizer, pero, aliado a nivel provincial con la UCR y en medio de la campaña electoral busca desligar sus postulaciones locales de las nacionales.
El que primero salió al cruce de Bonfatti desde adentro de la coalición de gobierno fue Mario Barletta, quien dijo el martes que “jamás votaría a un candidato del kirchnerismo” como había propuesto el gobernador en primera instancia y antes de que llegue la rectificación por el revuelo y el rechazo que generaron sus palabras.