El señalado como el asesino Marcos Guenchul, un entrenador baleado en la cabeza el 23 de julio de 2019 luego de salir de su trabajo en un gimnasio de la zona oeste, continuará preso hasta el 25 noviembre de 2022. Es que la Justicia dispuso este jueves que siga preso un año más a la espera del juicio oral. Se trata de Maximiliano Panero, quien fue detenido el 19 de diciembre de 2019.
Tras el pedido de la Fiscalía de la prórroga extraordinaria, la jueza María Trinidad Chiabrera ordenó la prórroga excepcional de la prisión preventiva de Panero hasta el 25 de noviembre de 2022 a las 12.
El asesinato de Guenchul será debatido en un juicio oral en el que Panero, Caio Santiago Soso y Priscila Vanesa Denoya están acusados. Los tres imputados son considerados por los fiscales de Homicidios, Adrián Spelta y Gisela Paolicelli, como “coautores funcionales” de un plan urdido para terminar con la vida del preparador físico a raíz del conflicto que éste mantenía con su ex pareja, Denoya, con quien tenía una hija en común.
Guenchul fue asesinado minutos antes de las 22 del martes 23 de julio de 2019. El entrenador, de 32 años, había salido de su trabajo en el gimnasio Progress Fitness de Mendoza al 4900 y caminaba hacia la parada de un colectivo que pensaba tomar para ir a la casa de su novia. Sin embargo antes fue abordado por un hombre que a punta de pistola lo forzó a doblar por calle Sucre y caminar unos 30 metros antes de efectuarle dos disparos, uno mortal a la cabeza, sustraerle una mochila y escapar.
La hipótesis inicial del homicidio en ocasión de robo mutó a partir de las imágenes que habían sido captadas por cámaras de vigilancia de la zona. Así entró en escena un auto Peugeot 208 que había estado 40 minutos estacionado en una esquina hasta que Guenchul salió del gimnasio. De ese vehículo no sólo bajó el hombre que encañonó y terminó asesinando al entrenador sino que además pudo verse cómo el rodado iba avanzando a la par del homicida y su víctima mientras éstos caminaban por Sucre.
>> Leer más: Caso Guenchul: reformularon las imputaciones a dos de los acusados
Esa primera pista que aportó la presencia del auto condujo a Soso. El vehículo fue hallado en una cochera de los padres de este técnico en seguridad e higiene que fue detenido días después del crimen en el aeropuerto de Ezeiza a punto de tomar un vuelo con destino a Líbano. Una evidencia importante contra el hombre de 34 años fue que su celular se había activado en una antena cercana a la escena del crimen a la hora en que se cometió.
Tras dos meses detenido, Soso pidió declarar. Dijo que su cómplice había sido Panero, el ex maquinista vial de 40 años acusado como sicario. En esa ocasión Soso argumentó que no había intención de matar a Guenchul sino hablar con él “para que entendiera y no molestara más a Priscila”. Para entonces ya se sabía que la víctima y Denoya mantenían un conflicto por el régimen de visitas de Tiziana, la hija de entonces 3 años que tenían en común.
>> Leer más: Las claves del esclarecimiento del asesinato del personal trainer Marcos Guenchul
La mujer de 34 años también terminó involucrada cuando el fiscal consideró que, según las evidencia que había colectado, había actuado como instigadora. Con una hija de 27 días fruto de su relación con Soso, le dictaron prisión preventiva efectiva y quedó tras las rejas imputada como instigadora de un crimen triplemente calificado por el vínculo, la promesa remuneratoria y el concurso premeditado de dos o más personas. Desde entonces sigue en la cárcel, luego de que la Cámara Penal rechazara un pedido de prisión domiciliaria para que pudiera seguir cuidando a sus dos hijas.
Crimen de Marcos Guenchul, personal trainer baleado en Rosario