Un chico de 18 años fue asesinado a balazos al anochecer del miércoles en una plaza del barrio Santa Lucía ubicada en calle 1746 al 2100. La víctima, identificada como Gustavo Medina, había cruzado desde su casa para fumar un cigarrillo cuando le dispararon desde una moto. En agosto pasado hubo otro homicidio en la misma cuadra y los vecinos indican que la zona está desprotegida desde hace unos años, cuando se retiró el destacamento policial que se había instalado en el ingreso del barrio.
Cerca de las 20 del jueves la abuela de Gustavo Daniel Esteban Medina escuchó una ráfaga de disparos muy cerca de su casa. La mujer sabía que su nieto había salido minutos atrás, por lo cual se asomó a la calle. Entonces alcanzó a ver a su nieto desplomado en la plaza ubicada frente a su casa de calle 1746 al 2100. El chico apenas pudo decirle a su abuela que lo habían baleado desde una moto.
Asistido por los vecinos, Gustavo fue trasladado al Policlínico San Martín, desde donde fue derivado al Hospital Clemente Álvarez. Allí le diagnosticaron varias heridas de arma de fuego muy graves, por lo cual de inmediato lo enviaron al quirófano para operarlo de urgencia. Tenía lesiones en los intestinos, un pulmón y un brazo, además de una hemorragia interna que en un principio pudo ser contenida por los médicos. Pero pasada la medianoche desde el hospital informaron que el chico había fallecido.
La investigación quedó a cargo del fiscal Gastón Ávila, de la Unidad de Homicidios, quien dispuso una serie de tareas que la brigada de Homicidios de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) realizó en el lugar del hecho. Por lo pronto pudo conocerse que la víctima había tenido anotaciones policiales en junio de 2019, cuando era menor de edad, por una tentativa de robo calificado y un secuestro de arma de fuego.
La zona donde asesinaron a Medina podría definirse como el sector más cuidado del barrio Santa Lucía. La calle 1746 al 2100, donde el chico vivía con su abuela, está ubicada frente a una plaza que hace algunos años era un baldío con apenas dos arcos. Hoy tiene dos canchas de fútbol de césped muy cuidado y un playón con una cancha de cemento que también tiene aros de básquet.
Cautela entre vecinos
Este jueves por la mañana una cuadrilla de limpieza trabajaba en la zona, mientras algunos vecinos hacían mandados, baldeaban la vereda o esperaban al 153, el único colectivo que junto a la Línea Enlace ingresa al barrio. En el diálogo con La Capital se destacaron dos aspectos: por un lado, el disgusto por el crimen reciente y por otro un reclamo por un problema de tensión eléctrica que en el último tiempo ocasionó pérdidas materiales a los habitantes de la cuadra.
En relación al asesinato de Gustavo Medina los vecinos dijeron no conocer algún posible trasfondo. Mencionaron que el chico vivía con su abuela, a quien le decía "mamá" porque ella lo había criado desde pequeño. Aunque también tenía relación con su madre biológica, que vive en la misma cuadra. "Son gente laburante, trabajan en el Mercado de Fisherton, él era un pibe bueno y educado. No sabemos qué pudo pasar. Es muy triste", contó una mujer.
"No tengo idea por qué lo mataron a él. Lo que sí se sabe es que acá hay mucha venta de drogas y que no se puede hablar de eso", agregó otra vecina. En ese marco, los comentarios en el barrio ubicaron un búnker del otro lado de la plaza, "sobre las vías". Ese contexto, al menos en principio, no está vinculado directamente al homicidio de Medina pero sí configura la situación que viven los vecinos de Santa Lucía, para quienes se ha vuelto habitual escuchar disparos de armas de fuego.
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En la cuadra también está presente el asesinato de Alejandro Uriel Cantero, de 21 años, un crimen con tintes de traición ocurrido el 13 de agosto de 2022. Por el hecho hay dos personas imputadas, entre ellas una amiga del joven que estuvo con él minutos antes de que lo mataran y fue acusada como partícipe primaria bajo sospecha de haber entregado a Cantero.
Historias violentas
Hace un tiempo solía verse un destacamento policial instalado bajo el puente de Circunvalación, sobre calle Misiones, a unos 300 metros de donde este jueves fue asesinado Medina. Los vecinos aseguran que los hechos de violencia en la zona comenzaron a ocurrir con mayor frecuencia desde que lo retiraron. Según recuerdan, había sido instalado entre 2015 y 2016, años en los que Santa Lucía quedó en medio de una fuerte disputa entre bandas del barrio dedicadas al narcomenudeo que había generado una seguidilla de homicidios.
Las estadísticas ofrecen un panorama que acompaña el recuerdo de los vecinos. En los últimos diez años se registran en el barrio al menos 25 crímenes. El primero fue en marzo de 2013, cuando un hombre de 32 años fue asesinado a tiros en el marco de una gresca familiar. Ese año también fue asesinado un chico de 14 años, que trabajaba en un búnker de drogas y fue baleado, mutilado y prendido fuego. Pero fue recién en enero de 2015 que estalló una disputa entre bandas con el homicidio de Mario Daniel Brest, de 15 años, al que le continuaron otros hechos. Ese año fueron 7 las personas asesinadas en el barrio.
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A partir de entonces Santa Lucía fue considerado uno de lo barrios más afectados por la violencia urbana y fue en ese marco que se inauguró un destacamento policial en el ingreso al barrio. Desde entonces, y hasta septiembre de 2020, hubo dos homicidios. Uno fue el asesinato de Mónica Ortíz, una mujer trans de 53 años a quien en junio de 2016 mataron a puñaladas dentro de una vivienda que luego fue incendiada. En mayo de 2017, en tanto, fue asesinado Alan Emanuel Fernández en una presunta venganza por un robo previo.
Las broncas vinculadas al narcomenudeo, al menos con resultados fatales, estuvieron ausentes hasta septiembre de 2020, cuando fue asesinado Mauricio López, de 32 años. Cuatro días después murió Jésica Duarte, de 33 años, según vecinos al quedar en medio de un ataque dirigido a un punto de venta de drogas. Entre 2021 y 2022 hubo seis crímenes más en la zona, la mayoría relacionados al menos en un principio a broncas ligadas al narcomenudeo.
En esta última etapa, en varios de esos hechos apareció el nombre de Claudio "Morocho" Mansilla, conocido luego de haberse fugado de la cárcel de Piñero en junio de 2021. En Santa Lucía, en cambio, hace tiempo lo conocen como uno de los administradores del narcomenudeo en la zona. "Acá nadie vende si antes no tiene el permiso del Morocho", había dicho, por ejemplo, una vecina luego del crimen de Soraya Rubiolo, de 16 años, asesinada a balazos en octubre pasado. En lo que va de 2023, incluyendo el asesinato de Gustavo Medina, ya son 5 los homicidios en Santa Lucía.