En un golpe minucioso, cuatro ladrones irrumpieron en el depósito de una
concesionaria de autos, en la zona norte de la ciudad, inmovilizaron al vigilador del lugar y
eligieron los tres vehículos 0 kilómetro que se llevarían. Tres horas después, los intrusos se
marcharon a bordo de tres vehículos flamantes: una Ford F100, una Ford Ranger y un Ford Eco Sport
cargados con diez neumáticos a estrenar, todo por un valor estimado en 400 mil pesos. Antes de
partir, les colocaron patentes para despistar a la policía.
Un detalle del golpe llevó a los investigadores a sospechar que el robo pudo ser
entregado o que, al menos, los asaltantes contaban con información de los movimientos del lugar:
los vehículos que se llevaron eran los únicos del depósito que tenían colocadas las llaves. Hasta
anoche no habían sido localizados.
La policía no tiene registro de un golpe similar en los últimos tiempos: "Hace
años que no se da un hecho como este en Rosario", dijo el jefe de la sección Sustracción de
Automotores, Marcelo Albornoz, quien participa de la pesquisa. Estiman que los vehículos habrían
sido sustraídos para venderlos como autos mellizos en otras provincias.
Otro dato que despertó sospechas en los investigadores es que el custodio del
depósito incurrió en una contradicción al declarar en la comisaría. Según fuentes policiales,
primero dijo que los maleantes forzaron la puerta con una barreta, pero luego sostuvo que les abrió
él mismo al ser amenazado con un arma. Por eso estuvo algunas horas demorado, aunque al no surgir
elementos en su contra recuperó la libertad sin afrontar imputaciones. La policía indicó que el
custodio, Facundo M., de 32 años, trabaja desde hace tres meses en una empresa de seguridad privada
de barrio Martin que fue contratada por la concesionaria.
La aparición. De acuerdo con el relato del vigilador, todo comenzó cerca de las
20.15 del domingo. Cuatro hombres jóvenes y vestidos con ropa informal llegaron al depósito de la
concesionaria de autos Giorgi situada en el pasaje Nelson 630 (a la misma altura de la avenida
Cándido Carballo) y a unos 50 metros del bulevar Avellaneda. A una cuadra de allí, sobre la avenida
Carballo, está emplazada la concesionaria Toyota.
Los recién llegados, dijo en su declaración definitiva, golpearon el portón de
ingreso y él les abrió la abertura. "Creyó que era el supervisor", explicó una fuente policial. Uno
de los maleantes exhibió un arma de fuego y entonces al custodio no le quedó alternativa que
franquearles el paso. Una vez adentro, los malhechores se desempeñaron sin sobresaltos.
Uno de los maleantes obligó al vigilador a subirse a un vehículo y le ató las
manos. El hombre contó que quedó inmovilizado bajo la mirada del asaltante que lo encañonaba con el
arma de fuego. Los otros tres ladrones comenzaron a recorrer el local en búsqueda de los 0
kilómetro. De los 250 vehículos Ford y Toyota que había en el depósito eligieron tres: Una Ford
F100 negra con doble cabina, una Ranger gris y una Eco Sport.
En su sitio. "Los ladrones ni siquiera tuvieron que buscar las llaves porque las
tenían puestas", explicó la jefa de la comisaría 8ª, comisaria Cristina Machado Linares. Eran los
únicos vehículos del depósito que tenían las llaves. Luego, desmontaron diez neumáticos de
camionetas y los cargaron.
Con tranquilidad, comenzaron otra tarea: les colocaron patentes a los vehículos
con la intención de entorpecer la investigación. "El trabajo se va a complicar si circulan con las
patentes que les pusieron y a baja velocidad", comentó Machado Linares. Al mediodía los
investigadores obtuvieron los números de chasis y motor para rastrear los vehículos.
Los asaltantes, según la denuncia, permanecieron tres horas a raíz de que una
tarea engorrosa los demoró: las maniobras para sacar a los rodados de los sitios donde estaban
estacionados. Al lograrlo se marcharon por el portón de ingreso. El vigilador contempló la escena
y, una vez que los ladrones se esfumaron, se contactó por teléfono con el custodio de la
concesionaria Toyota para que diera aviso a la policía.