Fue a la hora de los noticieros de la tele, el viernes alrededor de las 20. Diez detonaciones paralizaron a los vecinos de Brandoni y Balcarce, en barrio Las Delicias. Cuando los más osados asomaron las narices, se toparon con el cuerpo de un hombre tirado frente a un portón de chapón con dos cámaras de videovigilancia en casa vértice de la abertura. La víctima fue identificada como Ricardo Emanuel Capoulat, un comerciante de 54 años ligado al rubro panadero en Villa Gobernador Gálvez. Tenía al menos cinco impactos calibre 9 milímetros en el cuerpo y 2900 dólares en su billetera que nadie tocó. Quien lo asesino se llevó su VW Amarok V6, un vehículo que oscila los 40 mil dólares y del que al cierre de esta edición nada se sabía. Este oscuro crimen ocurrió a seis cuadras del Casino City Center. “La hipótesis de un intento de robo no es la más concreta sobre la que se trabaja por el momento”, explicaron a media mañana de este sábado fuentes allegadas a la pesquisa en manos del fiscal de la unidad de homicidios Patricio Saldutti.
El asesinato 121 en las estadísticas de este año en la ciudad de Rosario plantea dos hipótesis bien diferenciadas. Por un lado la de la familia Capoulat que sugiere que el empresario panadero podría haber sido asesinado en el contexto del robo de su onerosa camioneta Amarok V6. Y por otra la versión de los vecinos de barrio Las Delicias, que dieron cuenta de una supuesta actividad de “prestamista o usurero” por parte de la víctima, que lo habría conducido a una emboscada en la que lo terminaron asesinando con al menos cinco disparos la noche del viernes en Brandoni y Dorrego. Habrá que transitar la investigación, hoy en una etapa preliminar, para conocer qué motivó el asesinato del comerciante villagalvense.
“Capu”, como conocían a la víctima que tenía dos hijos, era una persona conocida en Villa Gobernador Gálvez. A media mañana de este sábado en pleno centro de Villa Gobernador Gálvez, todo era dominado por el hermetismo y la desconfianza. A menos de 150 metros de la Plaza a la Madre, están ubicadas la fábrica de pan industrial (donde anteriormente funcionó la panadería familiar) y el centro de estética femenina de la esposa de Capoulat. Los pocos vecinos que residen en la cuadra contaron que “son vecinos de toda la vida”, que Capu primero tuvo una panadería familiar y que con los años comenzó a producir pan industrial que luego se distribuían en sucursales.
Según fuentes cercanas a la investigación, la esposa y el hijo mayor de Capoulat contaron que buena parte del viernes trabajó en la reparación de una máquina panificadora. Que alrededor de las 18.45 dijo que iba a hacer un trámite y se fue en su Amarok V6 color negra sin decir dónde iba ni en que consistía la diligencia. Los familiares relataron que Capu podría haber ido a cobrar por la venta en cuotas de una Dodge Ram de un cuñado en la que él actuaba como intermediario. Por eso, según sus parientes, llevaba 2.900 dólares.
Dijeron que trataron de comunicarse mediante mensajes WhatsApp pero Capoulat no respondió. Alrededor de las 3 de la mañana, cuando era público que había ocurrido un homicidio en inmediaciones del Casino, buscaron información en una de las comisarías de Villa Gobernador Gálvez y allí les dijeron se dirigieran a la seccional 21ª donde los notificaron del crimen. Capu era legítimo usuario y portador de dos armas de fuego: una pistola calibre 9 milímetros y un arma italiana calibre 300, pero al momento del crimen no portaba ninguna de las dos. Desde hace unos años cambió su lugar de residencia a la localidad de Pueblo Esther.
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El comerciante Ricardo Emanuel Capoulat tenia 54 años y vivía en Villa Gobernador Gálvez.
En barrio Las Delicias
A 50 cuadras de los negocios de la familia Capoulat, en Brandoni al 1900, entre la cortada Turín y Dorrego (altura del 5900) en barrio Las Delicias, la visión del crimen del empresario panadero tenía otros matices. “Esto pasó alrededor de las 20. Yo vi pasar la chata negra muy despacito. Y cuando por acá un auto pasa despacito, te tenés que meter adentro porque se vienen los balazos. Y tal cual. Escuché diez balazos, pero para mi le tiró todo lo que tenía en el cargador. Primero fueron cuatro o cinco y un par de segundos después el resto. Yo ni me quise acercar (al cuerpo), porque con las detonaciones que escuché estaba claro que no se iba a levantar”, explicó un vecino de la zona.
Capoulat quedó tirado boca abajo a las puertas del portón de un empresa que, según los vecinos, realiza tableros eléctricos industriales. “Esto pudo haber sido mucho peor. Los viernes a la noche en ese lugar (por el taller) los empleados se juntan a comer asado. Este viernes suspendieron a última hora”, comentó una doña de la cuadra. El portón exponía una perforación de uno de los balazos. Al menos una de las cámaras de videovigilancia del taller de electricidad industrial enfoca sobre la escena del crimen de Capoulat.
“Lo que se comenta en el barrio, la posta, es que este hombre era prestamista. Usurero que prestaba plata a los que juegan en el casino. Es un tipo de mucha plata de Villa Gobernador Gálvez. Para mí, el que lo mató iba en la chata con él”, conjeturó otro vecino en inmediaciones de la escena del crimen. Fuentes allegadas a la pesquisa que dirige el fiscal Saldutti confirmaron que la “hipótesis de robo corre muy atrás”, que “no hubo testigos presenciales” y que si bien los llamados a la central del 911 dieron cuenta “que Capoulat iba caminando y en la vía pública fue baleado”. Ese dato contrasta con varios testimonios recolectados en la que indicaron que “la víctima iba con otro u otros en la Amarok, que lo hicieron bajar frente al portón y lo ejecutaron”.
“Se ve que era un hombre de plata (por Capoulat) porque tenía buena ropa, mucho oro, como 6 o 7 tarjetas de crédito de diferentes colores y muchos dólares. No le robaron nada. Puede ser el celular. Pero de lo que llevaba encima, nada”, describió una vecina que peina canas. En los minutos posteriores al asesinato de Capu, distintos vecinos de la zona habían indicado la presencia en la escena del crimen una “Amarok negra”, pero se desconocía que rol había cumplido el vehículo en el crimen. Ahora se sabe que la Amarok negra era propiedad de Capoulat.
En la escena del crimen fueron recolectadas 10 vainas calibre 9 milímetros que fueron enviadas a peritar. Hasta el cierre de esta nota, la Amarok V6 de Capoulat no había aparecido. El fiscal Saldutti solicitó, entre otras medidas, el relevamientos de cámaras de videovigilancia en las inmediaciones del lugar del crimen. “Desde que mataron al «Pájaro» Cantero esta zona es un desastre. Esta mal lo que digo. Pero él cuidaba el barrio. No dejaba que robaran. Ellos (por Los Monos) cuidaban el barrio. Hoy todo está en manos de pibitos atrevidos que roban, arrebatan y se te quieren meter en las casas. Hace diez años estábamos mucho mejor”, sentenció una vecina de la zona. La casa de la madre de Claudio “Pájaro” Cantero, Celestina “La Cele” Contreras, está ubicada a unas diez cuadras de la escena del crimen de Capoulat.