El Ministerio de Justicia de la provincia ofreció ayer una recompensa de un millón de pesos a quien aporte datos sobre Cristian Enrique, un joven de 22 años desaparecido desde el pasado 23 de octubre. Según denunciaron sus familiares, ese día cuatro hombres (al menos dos vestidos como policías) lo subieron a un auto a metros de su casa del barrio Cabín 9 de Pérez y no se supo más de él.
Por medio de la resolución 00255 el Ministerio de Justicia ofreció ayer un millón de pesos a repartir entre "aquellas personas que aporten datos útiles, relevantes y decisivos al esclarecimiento de los hechos o individualizar autores, en el marco de la investigación en la búsqueda de paradero de Cristian Enrique".
Según se indicó desde la cartera de Justicia, la información y los datos relativos a la causa deberán ser aportados en la sede del Centro de Asistencia Judicial de Rosario ubicado en Corrientes 2114.
Según informara este diario el pasado lunes los fiscales a cargo de la pesquisa dan por hecho que Enrique participó del secuestro de Colián Miguel, un comerciante de vehículos de la comunidad gitana. Si bien hay tres hipótesis sobre las que se estructura la búsqueda, no resulta un dato menor que la desaparición se denunció al día siguiente de la detención, en Cabín 9, de siete sospechosos del secuestro, entre ellos familiares de Enrique.
Una de las hipótesis es que la desaparición de Enrique esté ligada a una represalia de allegados a Miguel, lo cual fue rotundamente rechazado por el abogado de esa familia, Federico Carignano: "Es una locura que no sabemos de dónde salió. Ni Colián ni nadie de su familia fue citado a declarar, ni siquiera los llamaron informalmente. Resulta que ahora las víctimas son los sospechosos. No sabemos de dónde salió la versión de que en el entorno de Colián se pudo haber gestado el secuestro de Enrique. Vamos a presentar un escrito en Fiscalía para ponernos a disposición. Es más, hablamos con la Fiscalía Federal, que también investiga el secuestro y no manejan esa hipótesis de ninguna manera".
Colián tiene 80 años y es conocido en la comunidad gitana. "Fue transportista de lácteos y luego se dedicó a vender y comprar camiones. Se sintió muy mal cuando alguien lo intentó ligar al secuestro de Enrique. Colián es pastor evangélico hace 40 años, tanto él como su familia son creyentes y pacíficos, y hace varios años que sostiene un templo", agregó el abogado Carignano.
El día del secuestro de Miguel se informó que se pagó un millón de pesos de rescate, pero su abogado lo desmintió. "Los secuestradores llamaron dos veces, la primera pidieron un millón de dólares y la segunda 150 mil dólares. Pero la negociación la condujo un hijo de Colián y no se pagó nada", afirmó el abogado.
Finalmente Carignano desmintió otra información aportada por los pesquisas que buscan a Enrique. "También se dijo que Mariano Salomón (condenado por ser parte de Los Monos) era sobrino de Miguel y no es así. Se conocen del barrio y nada más. No son parientes", aseguró, para agregar: "No todos los gitanos son iguales".