“Le agradezco a todos los dioses del mundo que mi hijo esté vivo porque solo un milagro evitó que lo mataran”. Fue lo primero que pudo decir Jorge Fanos Abdelmalek, cónsul honorario de Siria en Rosario y reconocido comerciante de la ciudad, momentos antes de que su hijo Damián, de 42 años, sea llevado a la sala de cirugía de un sanatorio privado para ser sometido a una intervención después de que un asaltante lo baleara en un robo ocurrido a las 14.40 de ayer en la esquina de San Juan y Oroño. El ladrón, según testigos, escapó con un cómplice a bordo de una moto llevándose una mochila con una importante suma de dinero que algunas fuentes estimaron en 450 mil pesos.
El cónsul, quien admitió que solo pudo hablar con su hijo unos pocos minutos por autorización de los médicos que lo asisten, dijo que “no pudo contarme realmente todo lo que pasó con detalles, pero sí que le robaron una bolsa con dinero que tenía para pagarle a algunos operarios que están trabajando en un par de locales que él está por abrir y para abonarle a proveedores de mercaderías”. Y agregó: “Sé que estuvo haciendo algunas operaciones bancarias, que estuvo cambiando dólares para hacer frente a esos pagos, pero no sé qué cantidad de dinero llevaba, se lo digo sinceramente”.
Abdelmalek manifestó a La Capital que “es realmente una locura que algo como lo que le pasó a mi hijo ocurra en pleno centro de la ciudad y a plena luz del día, pero si de algo no tengo dudas es que ésto fue una batida. Alguien sabía que mi hijo trasladaba dinero, que tenía que hacer esos pagos y lo siguieron hasta que lo tuvieron a tiro. Pero le repito, gracias a todos los dioses él lo podrá contar”.
Quien fue testigo directo del hecho y ayer a la tarde no superaba el shock vivido fue el periodista de espectáculos Carlos Bermejo, el primero en asistir a Damián tras el ataque armado y el robo que sufrió. “Estaba estacionado al volante de mi auto sobre calle San Juan esperando que mi hija y mi nieto bajaran de su departamento para ir a mi casa cuando sentí una explosión que asustó a todos los que estábamos allí”, contó el creador de los premios Magazine.
“Pensé que había reventado el neumático de un auto, pero cuando miré a mi izquierda vi que un auto se me venía encima, que me iba a chocar”, recordó Bermejo. Ese vehículo era el Renault Capture blanco, dominio AD 032 WU que conducía Damián Abdelmalek. “Lo primero que atiné a hacer fue tirar mi celular al piso y dar marcha atrás, pero ví que en el medio de la calle había un muchacho con una gorra negra, sin barbijo y a cara descubierta que tenía un arma en la mano y que se subió a una moto roja. Enseguida esa moto arrancó a toda velocidad y cruzó Oroño con el semáforo en rojo como si nada hubiera ocurrido, una locura. Pero realmente no recuerdo si tenía una bolsa o una mochila en la mano, realmente no lo ví, estaba en shock y no recuerdo eso”.
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Fueron dos o tres tiros, según coinciden los testigos. Algunas fuentes aseguran que Abdelmalek esperaba con su auto en marcha sobre calle San Juan que la luz verde del semáforo le diera paso cuando una moto se paró a su izquierda. Enseguida, quien iba como acompañante en el rodado bajó, efectuó un disparo que rompió la ventanilla trasera izquierda del comerciante y atravesó el interior del vehículo saliendo por la ventanilla delantera derecha. Otro de los disparos impactó en el muslo derecho de Abdelmalek provocándole una fractura y uno más perforó la carrocería del auto.
“Fue tal el lío de tránsito que se armó que tuve que subir mi auto a la vereda de una empresa de ART que hay en la esquina y enseguida bajé para acercarme a asistir al muchacho al que habían atacado”, contó Carlos Bermejo. “Estaba en shock, gritaba y traté de calmarlo, de decirle que no tenía nada grave, que estaba bien y que la gente que se había acercado, porque empezaron a salir de los edificios, de la oficina que está en la esquina, ya había llamado a una ambulancia y a la policía que, te digo en serio, demoraron unos tres o cuatro minutos en llegar”, agregó el periodista.
Bermejo también dijo que más tarde, cuando llegó a su casa, hizo “como un flashback” y se dio cuenta que “todo lo que pasó podría haber sido más grave, que podrían haber matado a cualquiera de las personas que estaban allí, incluso a mí, a mi hija o a mi nieto. Fue una locura, eran las dos y media de la tarde y la calle estaba repleta de autos, de gente....”.
Y en su cuenta de Twitter, el reconocido periodista descargó toda su bronca por lo vivido en primera persona: “Así no se puede seguir...POLÍTICOS!!!! Qué van a seguir diciendo...BASTA!!!! nos están masacrando a todos...Rosari nunca fue el far west...HAGAN ALGO. Además de cobrar los sueldos que cobran ocupensé de nosotros, la gente, salgan de la zona de confort....piensen en nosotros, no nos merecemos tanta mierda”.