Un joven de 25 años fue acribillado de varios balazos cuando llegaba como pasajero a bordo de un remís trucho al barrio La Lagunita, en la zona sudoeste de la ciudad. El crimen se registró alrededor de las 20.30 del miércoles y, en función de la información preliminar colectada, se presume que la víctima era el destinatario del ataque ya que había sido convocado a esa zona y además todas las balas impactaron en su cuerpo mientras que el chofer del auto de alquiler sólo sufrió algunas lesiones leves. El homicidio es el primero registrado en el mes de julio en el departamento Rosario, donde en lo que va de este año se cuentan 59 hechos.
Si bien transcurrieron varias horas sin que se supiera la identidad de la víctima, pasado el mediodía se supo que se llamaba Gerardo Moreyra y que no era vecino de La Lagunita, pero no mucho más que ello. Ya se sabía, a partir de la declaración del remisero, que sobre las 20 del martes había subido como pasajero a un Peugeot 206 en la esquina de Cavia y Gallardo, en un borde del barrio Parque Casas, en la zona noroeste.
Hasta el momento no trascendió nada sobre algo que haya pasado durante el trayecto pero lo cierto es que al llegar a la zona de pasaje 1818 y Espinoza, en La Lagunita, dos personas que aparecieron a pie aprovecharon que el chofer había bajado la velocidad para sortear un lomo de burro. En ese marco le dispararon a Moreyra, que viajaba en el asiento del acompañante, y huyeron a la carrera. Minutos después llegó personal médico del Sies para asistir al joven, que falleció minutos después.
En la escena del crimen se levantaron una docena de vainas servidas cuyo calibre no trascendió. Una versión periodística señalaba ayer que se habían contado más de 15 orificios de bala en el cuerpo de la víctima, lo que abona la hipótesis principal de una emboscada: el joven había sido convocado a algún lugar de esa zona donde lo estaban esperando para matarlo.
Modalidad
Moreyra es el tercer pasajero de un vehículo de alquiler asesinado a balazos adentro de un auto en lo que va del año. El hecho anterior, muy similar, fue el reciente crimen de Braiton Nicolás Villa, un pibe de 15 años asesinado el pasado 21 de junio en Guatemala al 2300 cuando iba a bordo de un remís cuyo conductor resultó herido en un pie. El adolescente había estado mencionado en el crimen del policía Leoncio Bermúdez, baleado mientras hacía una guardia en el Hospital Provincial, y estaba sindicado como uno de los que habían actuado como campana.
Otro hecho que al parecer se trató de una emboscada fue el doble crimen del taxista José Luis Assale, de 63 años, y un joven de 21 años a quien llevaba como pasajero, Carlos Uriel Acosta. Ambos fueron acribillados la noche del 13 de febrero pasado en Chacabuco y Doctor Riva, en Tablada. Unos día antes, el 25 de enero, habían asesinado a Pablo Bonda, de 34, cuando bajaba de un taxi en Perú al 1900, en el barrio Belgrano Sur.
Si bien no es una novedad esta modalidad de la emboscada mafiosa a personas que llegan citadas a un lugar en vehículos de alquiler, resulta llamativo cómo se está repitiendo en un año como el corriente en el que los homicidios asociados a economías delictivas están atravesando una rotunda disminución.