El narcomenudeo es la usina de la violencia extrema que se vive en Rosario desde hace al menos una década. Sin embargo no hay una sóla estadística con la que se pueda enmarcar un fenómeno que lleva el nombre de la ciudad a las tapas de los grandes medios y zócalos de la televisión nacionales cuando se habla de Rosario como la peor de todas. “En Rosario es muy alto el consumo de estupefacientes. Hay un movimiento de dinero de unos 30 millones de pesos diarios”. La cifra la aportó Aníbal Pineda, vicepresidente de la Cámara Penal Federal de Rosario, que aglutina los juzgados federales de Rosario, Santa Fe, Venado Tuerto, Rafaela y San Nicolásm (Buenos Aires). El funcionario, quien es camarista federal desde 2017, rompió la normalidad del “silencio estampa” en el que vive sumergida buena parte de la Justicia Federal y desde mediados del año pasadocomenzó con una cruzada que terminó en un proyecto de ley para fortalecer la Justicia Federal de Santa Fe firmado hace 45 días por 15 legisladores de los tres partidos mayoritarios de la ciudad.
¿Existe una solución para Rosario? “Lo prioritario es trabajar reduciendo el consumo, la demanda y la recuperación de adictos”, explicó el camarista, “pero en la ciudad no existen lugares públicos donde se puedan recuperar a los adictos”, dijo en sintonía con La Pastoral Social de la Drogadependencia que junto a otras organizaciones sociales se reunieron este jueves en la plaza Montenegro bajo el lema “Ni un pibe menos por la droga”.
Horas después de que Rosario se viera sacudida por una treintena de allanamientos sobre dos organizaciones criminales que traficaban drogas de laboratorio como éxtasis y LSD, según los investigadores estupefacientes de diseño que van ganando un espacio importante en la región, Pineda brindó su mirada sobre el problema que conmociona a los rosarinos como usina de violencia callejera al mismo nivel que la falta de trabajo o la inflación. “Si bien no hay estadísticas sobre el consumo, estoy en condiciones de asegurar que hay al menos 20 mil usuarios diarios que consumen estupefacientes en el Gran Rosario, con todo lo que eso genera sobre todo en el área de salud y en el flujo de dinero que genera una dosis está en 1500 o 2000 pesos. Es un flujo de 30 millones de pesos diarios. El narcotráfico hay que abordarlo en todos los flancos”, explicó el camarista.
¿Pero cómo se construyó ese número? Pineda explicó que los números surgen a partir de datos parciales suministrados por el Ministerio de Seguridad de la Nación y de Procunar (Procuraduría de Narcocriminalidad) en la que se infiere que “el uno por ciento de la población de las grandes urbes son consumidores diarios de estupefacientes”. El dato es compatible con la valoración que el ministro de Seguridad de Buenos Aires, Sergio Berni, realizó horas después de que se registraran las muertes de al menos 23 adictos en el barrio Puerta 8 del partido de Tres de Febrero, hace cuatro meses por el consumo de cocaína contaminada. “Hay una venta de 200 mil dosis de cocaína todos los días (entre CABA y la provincia de Buenos Aires), suena a número impactante, pero es el piso desde el que se comienza a trabajar”, vociferó el verborrágico ministro.
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“Es mucha la plata que está en juego. Por eso se sigue viendo que las bandas no dejan de moverse ni cuando están encerradas en las cárceles. Hay mucho dinero que las bandas invierten en sicarios, fusiles de asalto o pistolas ametralladoras, corrupción policial y penitenciaria. Por eso me parece que hay que intentar reducir la demanda de estupefacientes. Debemos cambiar el paradigma. Tomar políticas publicas distintas. Hay que perseguir y detener a las integrantes de las bandas. Pero también hay que abordar el problema desde la salud y la educación. En Rosario no hay lugares públicos para internar adictos. No se ve publicidad preventiva sobre adicciones en ningún lugar. Debería pensarse en alguna materia escolar en la que se hable sobre el daño que genera el consumo de drogas. Hay que intentar reducir el consumo”, comentó Pineda.
Un momento complejo
“Estamos en un momento social complicado en el que tenemos que hacer algo distinto para encontrar una salida. Es un momento bisagra del crimen organizado. Si desde el Estado no se le gana la pulseada al narcotráfico vamos a entrar en una fase de consolidación del narco complicadísima e irreversible. Una fase que ya estamos transitando en cuanto a balaceras, extorsiones, cobro de peaje y por protección a los vecinos del barrio y a los comerciantes”, explicó Pineda.
Asimismo, el funcionario dijo que “este es un problema que debe ser mirado en perspectiva y encararlo entre todos. Y cuando digo eso me refiero a la sociedad civil, a los jueces, a los periodistas, a los políticos, comerciantes y empresarios. Si esto se consolida van a cambiar las reglas del juego. Si el crimen organizado se consolida, el próximo paso que darán es pelear por quedarse con negocios lícitos” analizó. “Cuando hablamos de políticas comunes que se deben aplicar, estamos hablando de que sean sostenibles al menos diez años más allá del intendente, gobernador o presidente que haya en el poder. Políticas que trasciendan a los gobiernos”, añadió.
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“Una cuestión importante que surge de las últimas investigaciones es que sigue quedando en evidencia la presencia de una pata policial en las organizaciones criminales. Desgraciadamente tenemos que reconocer que para que estos grupos criminales se mantengan en el tiempo y tengan mucho volumen económico tienen que tener una pata policial en la estructura. Se debe trabajar para rediseñar la policía. Se la debe conducir de otra manera. Esa es otra de las políticas públicas que hay que abordar”, indicó Pineda.
Respecto al proyecto de ley consensuado por 15 legisladores nacionales de las fuerzas políticas mayoritarias de la provincia para presentar un proyecto de ley para “fortalecer la Justicia Federal en Santa Fe”, Pineda lo valoró como “inédito e histórico”. Para el camarista fue valioso “que se haya discutido y consensuado un proyecto de ley por sobre la grieta, por arriba de esta lógica de oficialismo y oposición. Con esto se intenta fijar políticas públicas comunes y concretas. Espero que sea el puntapié para poder avanzar en políticas públicas comunes que son, creo yo, el único camino que nos van a ayudar a salir de esta problemática que tenemos en Rosario y en el país. Se evidenció en el proyecto la necesidad de políticas públicas en la Justicia pero creo que también hay que sumarle políticas comunes para poder abordar la problemática de la policía, de las adicciones, de la prevención del delito, entre otras cuestiones. Es muy positivo que se haya generado esto”, indicó Pineda.