“Por su movimiento cultural, su bohemia, su música, por su ser portuario, Rosario es un mercado histórico de consumo de drogas”. Así definió a Rosario una fuente perteneciente a las cuatro fuerzas federales que en la actualidad caminan el territorio rosarino y de la provincia Santa Fe investigando la dinámica del mercado de drogas ilegales. El diálogo con tres representantes de las fuerzas federales, que no serán identificados y que dialogaron sin autorización de superiores y de la Justicia Federal, llegará a La Capital hacer una radiografía del mercado fundamentalmente rosarino. Así se pudo trazar que las drogas más consumidas son la cocaína y la marihuana(algo obvio) pero que por detrás le siguen el LSD y el Extasis, dos drogas de laboratorio. Que la cocaína ya casi no se vende por gramo sino por “saque”. Eso llevó a que de un gramo de pasara a la mitad, con suerte, de una antigua dosis. El saque de cocaína puede valer entre 800 pesos y 1.500 pesos. En la calle los pesquisas han llegado a secuestrar cocaína a una calidad inferior al 1 por ciento. Es decir “un saque” compuesto por 99 por ciento de sustancia de estiramiento, con suerte. El cogollo (flores) de marihuana pueden valer el mismo precio, pero se venden por mayor cantidad: 10 gramos.
Los investigadores consultados coincidieron que, guiándose por el resultado de operativos, en Rosario no hay cocinas que fabriquen cocaína. Si hay laboratorios para estirar la cocaína ya elaborada. “El último fue el Viejo Hugo Castagno”, indicó uno de los consultados haciendo referencia al cocinero que la banda de Los Monos tenía en Corrientes al 1900, bajo la órbita de Diego Cuello, y que cayó preso el 28 de noviembre de 2015 en un operativo de más de 40 allanamientos en la ciudad de Rosario y las provincias de Chaco y Corrientes. Cuello llegó a las crónicas policiales a partir de investigación de la causa conocida como la narco chacra de Alvear, en noviembre de 2013. El último laboratorio fue desbaratado hace dos semanas en el marco de la pesquisa en la que fue detenido el financista Gustavo Shanahan, en sociedad con Julio “Peruano” Rodríguez Granthon, y funcionaba en Valparaíso al 2700. En esa causa se decomisaron 34 millones de pesos ; 31 mil dólares; poco más de cuatro kilos de cocaína, un fusil de asalto y pistolas con kit Roni que las hacían simular como subfusiles tácticos.
“En Rosario no es negocio a largo plazo la droga . Todos terminan presos o muertos . Es negocio para pocos, los que manejan los hilos desde la cárcel. Pero para las bases es un sueño que rápidamente se transforma en pesadilla. Rosario es un lugar donde están tan cebados que los nombres y los lugares se repiten en diferentes investigaciones”, explicó otro de los consultados. “Para tener una idea en 2015 el Peruano Rodríguez Granthon movía de a 100 gramos. En marzo de 2013 ya llevaba 3 kilos y en noviembre de ese mismo año movía 8 kilos de cocaína. En 2019, movía 16 kilos cuando lo agarran en la causa Coronas Blancas”, explicó otro investigador. El “Peruano” esta preso desde el 14 de junio de 2019, cuando cayó preso en Fraga y José Ingenieros, mientras transportaba en un auto 3 kilos de cocaína. Esta semana fue condenado a 10 años de prisión en proceso abreviado homologado por el Tribunal Oral Federal 2. Rodríguez Granthon, a quien los investigadores lo colocan en el mundo de las drogas un escalón por arriba de Ariel “Guille” Cantero, está siendo investigado en la pesquisa por el asesinato del ex concejal Eduardo Trasante.
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Las cuatro mas consumidas
El ranking de las drogas más consumidas en la ciudad, según las fuentes consultadas, son la cocaína; la marihuana (en sus modalidades cogollo/flores o prensada); y los estupefacientes LSD y éxtasis. A la hora de establecer un precio de venta a las dos primeras hay que pensar en la ecuación “cantidad; dónde se hace la operación; qué calidad y quién se hace cargo del traslado”. Eso lleva a visualizar el descomunal negocio que hay detrás del mercado de las drogas ilegales. En la frontera con Bolivia se puede conseguir el kilo de cocaína a 3.000 dólares. Colocada en Rosario hay que empezar a hablar desde 6.000 dólares. La transacción se produce en dólar billete, lo explica la connivencia del mundo con cuevas y financieras. Esa droga oscila en una pureza del 70 y 75 por ciento. Y se la puede estirar en volumen tres veces, con una pureza digna, o más, con una sensible baja en la calidad.
En la calle, el modo más popular de venta dejado atrás los tiempos del búnker, la comercialización cada vez se separa más del gramo para llegar al “saque”. ¿La diferencia? Un saque representa entre 0,3 o 0,5 de un gramo. “Se dejaron de ver los tubos Eppendorf (pequeño contenedor de plástico en que se vendía, al menos mediados de 2015, el gramo de cocaína)”, dijo uno de los consultados.
En uno de los tantos operativos callejeros que se realizan en la ciudad una de las fuerzas federales detuvo al un hombre en inmediaciones de 27 de Febrero y Circunvalación con dos bolsitas de cocaína. Dos saques. Cuando midieron la pureza de la dosis les dio de pureza 0.63 por ciento de calidad. Es decir que el 99.4 por ciento de esa dosis eran productos de estiramiento o basura. En el mejor de los casos para estirar se utilizan cafeína, lidocaína, carbohidratos reductores como ser glucosa, sacarosa, fructosa, lactosa y almidón. Y en el peor, vidrio molido, virulana, tiza, polvo de mercurio (metal noble altamente tóxico para la salud contenido en el interior de los tubos fluorescentes), entre otros siniestros componentes. “Me compré dos porque esta mierda no te pega nada”, se excusó el adicto. La mejor cocaína que se puede conseguir en la calle ronda el 20 por ciento de pureza. Ante la falta de calidad los especialistas dijeron que en las sombras comenzó a aparecer el fentanilo, un fuerte analgésico opioide sintético similar a la morfina de uso prácticamente hospitalario, que se le suma a la cocaína en la búsqueda de un efecto más contundente.
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Marihuana
Por el lado de la marihuana, la dinámica a la hora de comprar por cantidad es la misma que la de la cocaína. Las reinas de la fiesta son los cogollos/flores que puede conseguirse en un monto de entre 65 y 70 mil pesos. La prensada, por el momento escasa y mal vista ya que al procesarla se pierde mucha mercadería, ronda los 38 a 40 mil pesos. Claro está que estos precios en Paraguay se pueden conseguir hasta en cinco veces por debajo. Pero después hay que traerla. De las cosechas de marihuana paraguaya el 80 por ciento se distribuye en Brasil (Río y San Pablo, como fenomenales mercados) y el 20 por ciento en Argentina y Chile. “En Rosario hay mucho cultivo indoor y de patio. Mucho autocultivo y de venta para pequeños mercados”. explicaron. Los pesquisas dijeron que los cogollos pueden valer entre 800 y 2000 pesos, y el precio depende de la cantidad y el lugar donde se venda. “Se vende en frascos de 10 gramos en adelante”, indicó uno de los voceros. Un consumidor relató haber pagado por un frasco de mermelada repleta de cogollos hasta 10 y 12 mil pesos.
Los investigadores miran de reojo la reacción que tengan fiscales federales y jueces de instrucción ante la posibilidad anotarse en el Registro del Programa de Cannabis (REPROCANN) reglamentado por el Ministerio de Salud de la Nación para obtener autorización para el autocultivo para fines medicinales. Esta autorización permite, según el anexo II de la resolución, “el cultivo de entre una a nueve plantas florecidas, en hasta seis metros cuadrados en interior (en el exterior no estará permitido cultivar) y se pueden transportar entre 1 y 6 frascos de 30 mililitros o hasta 40 gramos de flores secas.
La tercera y cuarta droga que aparecen por detrás de las clásicas cocaína y la marihuana son el LSD y el éxtasis, que ya cuentan en Rosario con público establecido. Drogas producidas en laboratorio. La droga alucinógena LSD tiene un costo de entre 500 a 700 pesos el trokel de una gota o 1.000 a 1400 por doble gota. Para tener una idea de la portabilidad de este tipo de droga, en una hoja similar a la A4, doblada en cuatro partes, en cada una de ellas caben 700 dosis. Por el lado del Extasis cada “rola”, de fabricación nacional ya que ante la disminución de fiestas electrónicas en tiempos de pandemia no ingresan las importadas, tiene un valor de 700 pesos a 1.000 pesos. Los investigadores dijeron no haber detectado en el mercado metanfetamina, droga que en Estados Unidos se impuso en los últimos años como la droga callejera más destructiva con un nivel de adicción similar al del paco. “Es que para hacer metanfetamina hay que saber de química porque la pifiaste en una cantidad y volaste con el laboratorio completo. En ese es muy grafica y explicativa la serie Breaking Bad”, sentenció una de las fuentes consultadas.
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Desde Bolivia y Paraguay
Distintas investigaciones, algunas cerradas en juicios con condena y otras en curso, permitieron determinar que la cocaína que se consume en Rosario proviene de Bolivia siguiendo una triangulación con Paraguay, para lograr mayor autonomía sobre todo en vuelos hacia pistas clandestinas y el transporte por la hidrovía Paraguay-Paraná. Las rutas terrestres –principalmente las nacionales 34 (Bolivia) y la 11 (Paraguay)– siguen intactas, aunque los narcos exploran todo el tiempo distintas variables por caminos rurales de las distintas provincias. A estas rutas hay que sumarle las de la provincia de Entre Ríos que confluyen en el puente Rosario-Victoria o que les permiten acercarlas a zona de islas para luego ser ingresadas a Rosario por embarcaciones más pequeñas.
Si bien las fuentes consultadas dijeron no contar con un mapeo de pistas clandestinas en conceptos generales dejaron entrever que es muy complejo realizar ese trabajo porque el radar instalado en la provincia de Chaco “funciona intermitentemente”. Así todo queda en manos de un vecino que en algún lugar de la provincia denuncie al ver más de una vez el paso de una avioneta desconocida, o “panza blanca”, como las reconocen en el norte. Vale recordar que una avioneta en zona rurales de la provincia no es un elemento poco común. Si describieron que las avionetas pueden llegar hasta 100 kilómetros de Rosario y lanzar su cargamento a modo “bomdardeo”: lanzar los bultos en vuelo rasante para que en tierra sean pescados por transeros en camionetas. En la reciente investigación que terminó con el secuestro de 391 kilos de cocaína en un galpón de Villa Gobernador Gálvez, pudo conocerse que esa carga se construyó en base a varios “bombardeos”.
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Esa banda había probado trabajar con “bombardeos” realizados en septiembre de 2019 en inmediaciones de la localidad de Larrechea –localidad del departamento San Jerónimo– ubicada a poco más de 100 kilómetros de Rosario y a 13 kilómetros de la ciudad de Coronda. En otro caso, a partir de la aparición de una avioneta en la localidad de San Justo, 100 kilómetros al norte de la ciudad de Santa Fe, que transportaba 200 kilos de marihuana el fiscal Federal Walter Rodríguez (Santa Fe), inició una investigación sobre lavado de activos proveniente del narcotráfico y la constitución de empresas apócrifas que desembocó en una serie de controles por parte de la Inspección General de Justicia (IGJ), órgano estatal que controla las sociedades comerciales.
Ese trabajo derivó en el hallazgo de unas 40 empresas anotadas como Sociedades de Acciones Simplificadas (SAS) que facturaron unos 731 millones de pesos y que deben vincularse con narcos santafesinos, entre ellos la banda de Los Monos. También destacaron que en la provincia de Entre Ríos hubo 3 incidentes con avionetas en los últimos 14 meses. Uno de ellos fue el secuestro, por parte de Gendarmería el pasado el 29 de septiembre, de una avioneta bimotor matrícula uruguaya Beechcraft Baron CX-IBR en un hangar ubicado en las cercanías de la ciudad de Concordia. La operación era una triangulación de tráfico ilegal de drogas mediante vuelos irregulares que transportaban droga desde Paraguay, hasta su destino en Uruguay, utilizando el territorio argentino sólo como base de abastecimiento logístico aéreo.