Fabián “Calavera” Pelozo, gerente de una organización narcocriminal trasnacional que operaba en las provincias de Salta, Córdoba y Santa Fe, e Ignacio Quintana, uno de sus secuaces, quedaron al borde del juicio luego de que la Fiscalía federal pidiera elevar a juicio su participación, el 24 de septiembre de 2020, en el transporte de 389 kilos de cocaína con destino europeo interceptada por Gendarmería en la autopista a Buenos Aires a la altura de Ramallo luego de haber pasado una noche en Ybarlucea.
Con ese cargamento cayó Adelaida “Reina Titi” Castillo, de 58 años y presunta proveedora del Clan Loza que opera en el noroeste argentino. Para la Justicia Federal, Calavera y Quintana son parte de una banda trasnacional comandada por el narco boliviano Jorge Adalid Granier Ruiz, conocido “Chuleta” y “Nono”, y su hijo, ambos prófugos. También se describe a Pelozo como “el mayorista” de Esteban Alvarado.
Un eslabón de la cadena que une a Granier Ruiz, “Calavera” y Quintana fue Maximiliano Iván “Maxi Rey” Giménez, asesinado el 29 de enero de este año junto con su esposa y su pequeña hija de un año a la salida de un casamiento en lo que se conoció como el triple crimen de Ybarlucea.
Participación
Pelozo y Quintana, detenidos el pasado 8 de marzo, fueron acusados como coautores de transporte de estupefacientes agravado por el número de personas intervinientes por un hecho registrado el 24 de septiembre de 2020 cuando se hallaron trece bultos envueltos en arpillera que contenían 367 paquetes con un total de 389 kilos de cocaína. La carga iba en la caja de una Ford Ranger blanca doble cabina conducida por Castillo y detenida por Gendarmería en el kilómetro 198 de la ruta nacional 9, en la provincia de Buenos Aires.
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Para la acusación, Calavera Pelozo coordinó y planificó con Quintana la entrega de la droga a Reina Titi, que se concretó en una finca rural de 25 de Mayo al 200 de Ybarlucea. Y a Quintana se le atribuyó haberse contactado con Reina Titi en una estación de servicio cercana al peaje de General Lagos y haberla guiado por caminos rurales para tomar la ruta nacional 34 hasta ingresar a Ybarlucea y dirigirse a la finca de calle 25 de Mayo.
Según la acusación allí cargaron la droga en tres camionetas y se retiraron desandando los caminos rurales hasta desembocar a unos pocos kilómetros antes del peaje de General Lagos.
Taxistas
A partir de la caída de Adelaida “Reina Titi” Castillo, parte del clan de Valdemar Loza, el Juzgado Federal 1 de Salta comenzó a recopilar información que fue volcada en al menos ocho causas judiciales que tenían como eje al boliviano Granier Ruiz y en las que figuraba Calavera Pelozo.
Pero el narco boliviano era bastante más que eso. De acuerdo a una extensa investigación de la Policía Federal de Brasil, la DEA y el Servicio Nacional de Investigación Criminal de la Policía de Mozambique (Sernic), el 13 de abril pasado fue detenido Gilberto Aparecido “Fuminho” Dos Santos, uno de los principales referentes y hombre de confianza de Marcos Williams “Marcola” Herbas Camacho, líder del Primer Comando Capital (PCC), detenido en una cárcel federal del estado brasileño de Rondinha.
Durante 21 años Fuminho se manejó con nombres falsos, pero como Dos Santos ingresó a la Argentina al menos dos veces. En 2016 llegó desde Perú el 28 de abril y salió el 20 de junio con destino a Bolivia. Y el 27 de diciembre de 2017 entró desde Bolivia para irse a Alemania el 19 de marzo de 2018. Ambas veces suministró como domicilio válido en la Ciudad de Buenos Aires el mismo que había declarado Granier Ruiz.
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Para los investigadores el narco boliviano es la cabeza de la organización de transporte y distribución tanto nacional como internacional. En la línea de órdenes le seguían Pelozo y Quintana, quienes por el servicio de traslado o “taxi” de la droga cobraban una comisión de unos 300 mil dólares. En general pedían un adelanto salvo a personas como Reina Titi que era una cliente de confianza y habitual.
A partir de la investigación de la caída de Reina Titi aparecieron viejos peces gordos buscados en el noroeste que fueron sumando documentación en al menos ocho expedientes. Así se accedió a información sobre Calavera en su rol de “jefe ejecutivo” de Granier Ruiz y sus actividades en Ybarlucea y Rosario.
Así se dio con dos domicilios en esa localidad: uno en avenida del Rosario al 1500, casa de los suegros de Pelozo, y otro a unas 12 cuadras de allí, en 25 de Mayo al 200. Según la pesquisa en el primero se acopiaba droga para distribuir en puntos de venta de Rosario y la zona. Y el segundo fue donde le entregaron a Castillo los 389 kilos de cocaína con los que fue detenida en Ramallo.
Carpetas varias
El primer expediente fue abierto en el Juzgado Federal 1 de Salta que investigó una banda narco que traficaba droga de Bolivia en vuelos clandestinos a las provincias de Salta, Santiago del Estero y Santa Fe, desde donde era llevada por tierra a la provincia a de Buenos Aires.
En otra carpeta el juzgado salteño investigó el transporte de 1.166 kilos de cocaína incautados en Tapiales, La Matanza, en diciembre de 2017. El principal responsable de la operación fue Valdemar “Tío” Loza, quien días antes se había reunido con Granier Ruiz y su hijo Jean Carlo Alexis Granier Molina.
En el marco de ese proceso el Tribunal Oral Federal 2 de Salta condenó a 15 años de prisión a cuatro personas, entre ellas Valdemar Loza, por el delito de transporte de estupefacientes agravado.
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El tercer expediente sobre Castillo, también del Juzgado Federal 1 de Salta, fue instruido por la regional NOA de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar). En esa causa se deja constancia que Reina Titi era buscada al momento de ser detenida “por sus estrechos vínculos con los integrantes del clan Loza”. En ese marco el pasado 9 de marzo Castillo fue condenada por el TOF 2 de Salta a 13 años de prisión.
La cuarta carpeta judicial fue abierta por la Fiscalía Federal 3 de Rosario que investigó a Pelozo, a Gonzalo Abel Rolón y a los asesinados Maximiliano Giménez y Oscar Alberto Godoy, cuyos respectivos homicidios son investigados por los fiscales Matías Edery y Luis Schiappa Pietra de la Agencia de Criminalidad Organizada y Delitos Complejos del Ministerio Público de la Acusación (MPA).
El quinto expediente se conoce como Causa Coirón y fue abierto por la fiscalía federal de la ciudad bonaerense de Campana. La pesquisa comenzó con una denuncia anónima de junio de 2019 que indicaba que Granier Ruiz y su hijo traficaban cocaína desde Bolivia a los partidos de Escobar y Pilar, en el norte del conurbano bonaerense, pasando por Rosario.
La sexta carpeta judicial fue abierta por el Juzgado Federal 1 de Paraná, Entre Ríos. El expediente investigó la existencia de una presunta organización criminal vinculada con el tráfico de drogas en la ciudad de Victoria. Para la acusación Pelozo sería el proveedor de droga de la banda, aunque hasta el momento no fue citado a indagatoria.
La séptima causa es de la secretaria B del Juzgado Federal de primera instancia 3 de Rosario, como desprendimiento de una de las causas de Salta. Los principales investigados fueron Granier Ruiz y su hijo.
Finalmente el octavo expediente fue desarrollado por la Procunar en el marco del caso Coirón, en el que se investigan las relaciones de Granier Ruiz con personas ligadas a PCC en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.