Dos policías quedaron presos por colaborar con la violenta organización conocida como “La Mafilia”, dirigida por un preso ligado a Los Monos y a la que se le atribuyen atentados a tiros y asesinatos. Uno de ellos es un detective de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) a quien acusaron de acceder a un sistema informático cerrado para brindar información sobre pedidos de captura de vehículos y personas. Al restante le atribuyen haber ayudado a escapar a un supuesto sicario prófugo de la Justicia, a quien ocultó en su anterior domicilio en la localidad de Las Carolinas.
Los dos policías, detenidos la semana pasada, fueron sometidos a una audiencia imputativa que comenzó el viernes y terminó este lunes en el Centro de Justicia Penal . Los fiscales José Luis Caterina y Georgina Pairola imputaron a Leonardo Conde, de 30 años y adscripto a la AIC de San Lorenzo por los delitos de abuso de autoridad, violación de secretos y encubrimiento agravado por su condición de funcionario público y omisión de denuncia.
En tanto que Alan David Balbi, de 29 años, fue acusado encubrimiento por favorecimiento personal, delito agravado por su condición de funcionario. El juez Alejandro Negroni dictó para ambos la prisión preventiva por el plazo de dos años. Los efectivos quedaron incriminados a partir de información hallada en el celular de Osmar “Hormiga” Benítez, un sicario de la organización de Vilches que está imputado por el crimen de Micaela Gómez, ejecutada con un balazo en la cabeza que iba a dirigido a una amiga en su casa de Einstein al 7200.
Vilches, un integrante de la conformación original de Los Monos, fue imputado en julio pasado por dirigir una violenta asociación ilícita dirigida en aquel momento desde su celda en la cárcel federal de Rawson.
Según plantearon los fiscales en la audiencia, Conde se aprovechó de su condición de empleado para acceder a algún sistema informático, que presuntamente sería el llamado “Nosis”, para consultar información sobre pedidos de secuestro de vehículos y pedidos de captura de tres personas, “ayudando de este modo a los nombrados a eludir investigaciones”. Además, a Conde le atribuyeron haber enviado fotos de tarjetas de crédito halladas en un allanamiento en la calle Beruti al 1000 de Fray Luis Beltrán donde actuó como agente “buscador” para que se realizaran compras.
En ese operativo buscaban elementos robados a un hombre a quien le habían sustraído una billetera con documentación y dinero. Fue en un asalto a mano armada que sufrió tras chocar contra un auto, el 9 de julio pasado, en la autopista a Santa Fe. Al enviar las fotos de esas tarjetas por mensajes de WhatsApp, según la imputación, el policía ordenó que se realizaran compras por medios virtuales.
Según la evidencia encontrada en los celulares secuestrados, el pasado 26 de octubre Micaias B. contactó a Conde, amigo de su hermano, para preguntarle si existía un pedido de captura contra él o su padre. Y si había sido requerido el secuestro de una camioneta Ford Ranger. “Trajimos una nueva de Chaco. Quería tirar la patente y preguntarte sobre la bronca porque se ve que nos agarraron las cámaras allá”, le dijo.
En esos días, según la imputación, Conde envió a B. las fotos de los documentos recuperados de la víctima del robo. Y le contestó que no existían requerimientos sobre la camioneta: “Tranqui, ya hablé, no tiene bronca la chata todavía”. Los dos habían acordaron en encontrarse en una estación de servicios Axion de Boedo y Baigorria. Por eso los investigadores solicitaron filmaciones del local y así se detectó la llegada de Conde en su auto Volkswagen Gol gris a las 10 del 27 de octubre.
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Luego llegó de una Ford Ranger de la que descendieron su B. y el padre a reunirse con el policía, quien fue detenido el martes pasado en su casa de Granadero Baigorria. Le secuestraron el arma reglamentaria, su credencial, dos celulares, tres pen drives, una notebook y otra arma de puño que tenía dentro de la casa.
Según los fiscales, en el celular del detenido Osmar Benítez se detectó que tenía entre sus contactos a Micaias B. y al padre. Contactos que también tenía registrados otro acusado de integrar la banda, Alexis Romero, imputado como organizador. Tras la pista del sicario prófugo, luego fue detenido Micaias B. y en su teléfono se encontraron los diálogos que incriminan a Conde.
Alan Balbi, en tanto, fue apresado el mismo día que Conde en su casa de Rosario. Le secuestraron el celular, su credencial de empleado policial con jerarquía de suboficial y otros cuatro celulares que había en el domicilio.
En su caso, fue acusado de haber ayudado a esconderse a un hombre con pedido de captura desde el 11 de agosto pasado. Su accionar, según los fiscales, consistió en resguardar a esta persona en su anterior domicilio en la localidad de Las Carolinas al menos hasta fines de octubre, así como ocultar su auto. Un Chevrolet Onix que también fue conducido por otros acusados de integrar la organización.