"Este tipo le agarró odio al pibe mío y lo mató como un animal. Se murió en mis brazos", recordó Osvaldo Blanca tras presenciar la audiencia en la que su vecino Mauricio López reconoció haber matado a cuchillazos a su hijo de 23 años. El crimen fue en Empalme Graneros en febrero de 2016 y ahora el detenido aceptó, mediante un procedimiento abreviado, una pena a 13 años de prisión como autor del homicidio. Como tenía varias condenas previas todas las sentencias se unificaron en una. Por eso tres jueces le impusieron en total 21 años y 4 meses de cárcel y lo declararon reincidente por tercera vez.
Mauricio Sebastián López tiene 40 años y fue condenado el lunes por el homicidio de Luciano Blanca, de 23 años, a quien apuñaló en el pecho en Empalme Graneros. El acusado fue a buscarlo a su casa y lo ejecutó por problemas que el joven tenía con su hijo. "Eran pavadas", dijo Blanca padre al salir de la audiencia en el Centro de Justicia Penal. Fue el único familiar presente en la sala.
"Se hizo un poco de justicia. Ahora me siento un poco más tranquilo. Está claro que a mi hijo no lo tengo más, pero estoy agradecido con la Justicia", reflexionó.
La condena fue dictada por los jueces Pablo Pinto, María Trinidad Chiabrera y Luis María Caterina luego de escuchar la propuesta de juicio abreviado. El fiscal Miguel Moreno solicitó imponerle a López 13 años de prisión como autor de un homicidio simple, un delito que tiene un mínimo de 8 años. Según indicó a este diario el fiscal, al pautar esa alta pena tuvo en cuenta la "reiterancia criminal" del detenido, quien acumulaba tres condenas previas por robo y portación de arma.
El defensor público Daniel Kantor dijo que no estaba de acuerdo con ese monto por considerarlo excesivo y que el abreviado tampoco fue respaldado por el defensor regional Gustavo Franceschetti. Sin embargo, el letrado explicó que siguieron adelante con el trámite ante la insistencia del propio acusado, quien quiso aceptar el acuerdo. "La Defensoría Regional aconsejó no suscribir el acuerdo por el monto excesivo de la pena. Pero los defensores tenemos la obligación de respetar la voluntad del detenido", aclaró.
Así, si bien convalidó el pedido de 13 años de cárcel, Kantor se opuso al requerimiento de declarar reincidente al acusado, lo que restringe beneficios penitenciarios. López había sido condenado por última vez en septiembre de 2011 a un año y 8 meses de prisión por la portación ilegal de un arma de uso civil. Esta pena se unificó con otras anteriores en ocho años y cuatro meses. El defensor pidió que la pena reciente se unifique con la anterior en 17 años de cárcel aplicando un método que se llama composicional. En cambio el fiscal pidió que las penas se sumen y se fije un único monto de 23 años y 4 meses.
Cómputos
El tribunal se inclinó por este criterio. Citó antecedentes en la jurisprudencia y fallos de la Corte nacional según los cuales "por una cuestión de cómputos se respeta el reproche que cada condena supuso".
Luego los jueces preguntaron a López si aceptaba su culpabilidad en el crimen y él respondió que sí en tono firme. Entonces le dictaron la alta condena, lo declararon reincidente y solicitaron que se informe de lo resuelto a familiares de la víctima.
Problemas
Osvaldo Blanca contó al salir de la sala que su hijo lo ayudaba con su trabajo como pintor y albañil. Luciano "estaba por largarse por su cuenta" pero en los últimos dos años había tenido problemas con el hijo menor de López, ligado a una familia del barrio que mantenía hostilidades con la suya. "Lo mató como un animal. El pibe murió en mis brazos, le rompió un conducto sanguíneo cercano al corazón. Me quedó un triste recuerdo", dijo.
El crimen ocurrió el 21 de febrero de 2016 en Urdinarrain al 6900. Según reconstruyó la investigación, ese día a las 14.30 López llegó con su hijo menor en una moto Suzuki blanca de cien centímetros cúbicos. Bajó, entró al pasillo donde vivía Luciano y lo acuchilló. Una cuñada del joven lo vio salir corriendo con una cuchilla de carnicero en la mano. También lo identificaron los vecinos.
El padre del muchacho, que tiene otros tres hijos, declaró en ese momento ante el fiscal que estaba almorzando cerca de allí con su madre cuando escuchó los gritos. Entonces se acercó al pasillo y encontró al joven sobre un charco de sangre. Contó que Luciano era amigo del hijo menor de López pero una pelea los había distanciado y tenían problemas desde entonces. Incluso habían denunciado incidentes un par de semanas antes. "Desde entonces no hubo más problemas", dijo Osvaldo al retirarse solo del Centro Penal, el lunes al mediodía. Dijo que se sentía agradecido y "un poco más tranquilo".