Dos mujeres fueron condenadas a tres años de prisión condicional por ser parte de una organización criminal comandada desde la prisión por Brandon Bay, grupo que se dedicaba principalmente a la venta de drogas y actividades violentas para sostener ese negocio. Fue mediante un procedimiento abreviado en el cual también se condenó a un policía que, si bien no fue considerado parte del grupo, recibió una condena de tres años de prisión por encubrimiento y otros delitos.
La investigación fue llevada a cabo por el fiscal Pablo Socca y expuso que el funcionamiento de la banda continuó luego de las sucesivas caídas en prisión de Brandon Bay, detenido por primera vez en 2015 cuando tenía 20 años. A su vez, mostró que los principales hilos del grupo continuaban manejándose desde la cárcel pero que a su vez tenía su conducción en la calle principalmente con un entorno familiar. La madre de Bay, Erica Altamirano, está imputada como jefa junto a su hijo, rol desde el cual se encargaba de controlar y supervisar la venta de drogas en toda su línea productiva.
Una de las condenadas este martes es Giuliana Bay, de 26 años y hermana de Brandon. El fiscal Socca le atribuyó haber realizado las tareas que su hermano y su madre le indicaban "colaborando de cualquier manera con las actividades ilícitas de la organización". En algunas ocasiones, describieron desde la fiscalía, ocupaba el rol de "cadete" de la banda, retirando y trasladando dinero y drogas a los búnkeres que la banda tenía en Rosario, principalmente en barrio Tiro Suizo, y en San Lorenzo. También indicaron que mediante las visitas periódicas a su hermano en prisión recibió información y directivas. Estos hechos, según la acusación, fueron entre junio de 2020 y diciembre de 2021.
En cuanto a la otra condenada, Mabel Aranda, de 39 años, se le atribuyó haber acopiado en su casa de Lamadrid al 1600 la droga para vender en ese lugar, que funcionaba como búnker, así como también hacía las veces de depósito desde el cual se le entregaba a otros vendedores que la comercializaban en otros puntos. Esa vivienda fue allanada el 15 de septiembre de 2021, operativo en el cual se secuestró parte de la droga que administraba la banda.
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Ambas mujeres fueron consideradas parte de la asociación ilícita "dedicada a cometer delitos contra las personas, contra la vida, contra la propiedad y contra la administración pública". Para los investigadores la banda intentó ocupar sectores de Rosario y de San Lorenzo mediante la disputa con otras bandas, lo que comprende el despliegue de los métodos violentos de estos grupos: homicidios, balaceras, robos de vehículos, amenazas con la venta de drogas como telón de fondo.
Este martes el juez de Primera Instancia Mariano Alaiu resolvió homologar el procedimiento abreviado presentado por el fiscal Socca. Giuliana Bay y Mabel Aranda fueron condenadas a 3 años de prisión efectiva.
Un policía a la cárcel
Si bien no fue considerada parte de la organización, como ocurrió en otras causas en las que las asociaciones ilícitas investigadas cuentan con una pata policial para su funcionamiento, también fue condenado un funcionario de la policía provincial. Se trata del policía Axel Federico Téliz, de 30 años y quien cumplía funciones en la comisaría 32ª. Sobre él recayó una condena a 3 años de prisión efectiva, una multa de 100 mil pesos e inhabilitación para ejercer cargos públicos durante 6 años por los delitos de cohecho pasivo, encubrimiento agravado por ánimo de lucro y por ser funcionario público, incumplimiento de los deberes de funcionario público y falsedad ideológica en grado de tentativa y consumado.
Téliz recibió 50 mil pesos como parte de una coima de Erica Altamirano a fin de que Flavia B. y Luis S. recuperaran la libertad de manera fraudulenta. Fue el 9 de septiembre de 2021, luego de que estas dos personas fueran detenidas en un procedimiento policial en el cual se determinó que circulaban en un auto con pedido de secuestro activo. A cambio de esa suma de dinero, Téliz introdujo en las actuaciones policiales un boleto de compraventa firmado por el supuesto vendedor del auto con el fin de lograr la libertad de los detenidos.
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Esa documentación además no había sido secuestrada en el operativo del Comando Radioeléctrico en el cual Flavia B. y Luis S. habían sido detenidos. Simularon que había sido de esa manera para que, al momento de que el fiscal analizara la situación de los aprehendidos, decidiera dejarlos en libertad bajo la premisa de que se había tratado de un error.
Lo que confirmó la investigación es que esa maniobra se efectuó minutos después de la detención con un llamado que Luis S. hizo a Erica Altamirano desde su celular, el cual había sido secuestrado en el operativo. Es decir que dentro de la comisaría 32 el detenido accedió a su celular, que estaba en poder de los policías, para acordar la entrega de dinero. Por esas maniobras están imputados otros dos policías.
Todo esto ocurrió durante la madrugada, horas en las que Erica Altamirano llegó a la comisaría y entregó personalmente los 50 mil pesos al policía Téliz. Una vez consumado el pago, Téliz se comunico con el fiscal de turno en la unidad de Flagrancia. Entonces le indicó que los detenidos tenían un boleto de compraventa automotor. A su vez, Téliz introdujo esa información en un acta de cadena de custodia, pero una subinspectora de la policía advirtió la maniobra, se negó a firmar el documento y lo entregó en la fiscalía.