Los fiscales que investigan el reciente atentado al Centro de Justicia Penal (CJP) ordenaron buscar cualquier tipo de dispositivo digital en la celda que Ariel “Guille” Cantero, condenado como jede de Los Monos, ocupa en la cárcel federal de Marcos Paz. Pero lo que se encontró allí fue un teléfono fijo en funcionamiento, suministrado en forma oficial, que resultó secuestrado. La existencia del aparato no constituye una irregularidad porque había sido habilitado en ese y otros pabellones, aunque en el caso de Guille estaba colocado en su celda al parecer para uso exclusivo. Por esto, el Ministerio Público de la Acusación requirió informes al Servicio Penitenciario, a la cárcel y al Ministerio de Justicia de la Nación sobre cuál es la “normativa legal aplicable que autoriza a que el interno posea acceso ilimitado a un teléfono a disposición suya las 24 horas del día”.
El hallazgo ocurrió mientras, en el mismo edificio baleado la noche del miércoles pasado en Rosario, se reanudaba el juicio que tiene a Guille y a otras seis personas acusadas de atentados a catorce objetivos judiciales cometidos en el año 2018. En la audiencia de ayer trascendió un llamado de ese año al centro de denuncias del 911 en el que una voz anónima exigía: “A Los Monos suéltenlos porque lo vamos a agarrar al juez, le vamos a reventar toda la casa y lo matamos”. Un día antes, dos balaceras a la casa de un juez que condenó a la banda habían inaugurado la saga ahora en debate.
Guille Cantero, quien siguió por videoconferencia la apertura del juicio, estuvo ausente en la segunda jornada porque era día de visitas en Marcos Paz. Aún así, se convirtió en protagonista con el hallazgo de una línea de teléfono fijo en el pabellón que ocupa en el Complejo Penitenciario Federal III, adonde fue trasladado a partir de la causa federal por narcotráfico llamada “Los Patrones” que terminó con condenas para la organización. A la fecha Cantero acumula condenas que, sumadas en forma aritmética, arrojan 62 años de prisión.
El viernes los fiscales Miguel Moreno, Matías Edery, Gastón Avila y Aníbal Vescovo solicitaron 24 años de prisión para Guille, de 32 años, como instigador de siete ataques de 2018 a edificios del Poder Judicial y a viviendas de funcionarios que intervinieron en trámites vinculados a la banda. Todos hechos cometidos tras la condena al grupo en abril de ese año y que incluyeron el propio CJP, domicilios de jueces y policías, la sede fiscal de Montevideo 1968 y la ex Policía de Investigaciones.
Fue la jornada en que, apenas iniciada, Guille hizo una inesperada declaración cuando la jueza Hebe Marcogliese le preguntó a qué se dedicaba y él respondió realizar oficios “varios” y contratar “sicarios para tirar tiros a jueces judiciales”. La audiencia de apertura fue precedida por el ataque a tiros que, 36 horas antes, había perforado uno de los vidrios del CJP sobre Sarmiento. Fue el miércoles cerca de la medianoche, cuando dos personas desde una moto lanzaron siete balazos 9 milímetros a la fachada.
La mañana siguiente, los fiscales Federico Rébola y Franco Carbone ordenaron allanar los pabellones 7 y 8 de la cárcel de Piñero en busca de aparatos de comunicación. Asimismo, en un exhorto enviado al juzgado de la localidad bonaerense de Mercedes por la jueza Luciana Prunotto solicitaron que se allanara la celda de Guille en Marcos Paz. Si bien no existen indicios que liguen al jefe de Los Monos con el ataque, se trató de una medida fundada en una inferencia lógica: está en juicio por numerosas balaceras similares a la del miércoles en el CJP.
Reglas de uso
La jueza de garantías de Mercedes María Teresa Bomaggio le dio curso a la medida y el allanamiento se realizó ayer a la mañana. Estuvo a cargo de cuatro efectivos de la Dirección de Investigaciones de Luján. Según el acta de secuestro, ingresaron a las 8.30 de la mañana en compañía de un testigo a la celda del pabellón 7 donde Cantero se encontraba solo.
“En el interior del calabozo no se hallan más personas pernoctando”, detalla el acta del secuestro. La medida fue filmada. Dentro de la celda solo se observó “un aparato telefónico de línea con tubo de comunicación y cable de conexión color negro, marca Intelbras, el cual pertenece al Servicio Penitenciario”.
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El teléfono que encontraron en la celda del jefe de la banda de Los Monos. Foto vía Twitter: @RodrigoMiro76
De acuerdo con el parte policial, desde ese teléfono Cantero solo tenía permitido realizar llamadas salientes pero no recibirlas. A los encargados de la requisa, el Servicio Penitenciario Federal les informó entonces que “dicho aparato lo utiliza el interno cargando una tarjeta, solo pudiendo realizar llamadas en cualquier momento del día” a dos líneas habilitadas.
Tras el hallazgo, los fiscales requirieron al Servicio Penitenciario Federal, al complejo penitenciario y al Ministerio de Justicia y Derechos Humanos que informen cuál es la fecha de conexión de la línea y detallen la “normativa legal aplicable que autoriza a que el interno posea acceso ilimitado a un teléfono a disposición suya las 24 horas del día”, así como el número de línea y la empresa prestataria. Por último, los fiscales solicitaron las filmaciones del sector del último mes.
Precedentes
Se trata de una línea que al parecer no podía ser objeto de intervenciones telefónicas, cuyas conversaciones no quedaban registradas y que habría estado solo a disposición de Guille, quien ha contado con ese medio de comunicación en ocasiones anteriores en cárceles santafesinas.
En septiembre de 2017, cuando se encontraba alojado en la cárcel de Coronda, dispuso de un teléfono fijo en su celda desde el que organizó un secuestro extorsivo. En 2018, durante el juicio federal por narcotráfico un sargento de policía declaró que en el allanamiento a una celda que a fines de 2015 compartían Guille Cantero y Jorge Emanuel “Ema” Chamorro en la cárcel de Piñero había en esa celda un aparato de telefonía fija con un cable blanco que atravesaba varias celdas hasta llegar hasta la sala de los celadores del Servicio Penitenciario.
Si bien el teléfono estaba habilitado, la noticia generó conmoción ante la cantidad de episodios de asesinatos y balaceras –como los catorce que se juzgan– que son ordenados desde la cárcel. “Lo cuestionable es darle un teléfono exclusivo al capo narco más importante cuando sabés que está mandando a hacer balaceras todos los días”, consideró una fuente judicial. Se pedirá el listado de llamadas entrantes y salientes a la Dirección de Asistencia Judicial en Delitos Complejos y Crimen Organizado (Dajudeco).
Mientras se producía la requisa, en Rosario arrancaba el segundo día de juicio oral a siete personas por los atentados a blancos judiciales. La jornada estuvo dedicada a las declaraciones de policías que participaron en los dos primeros atentados, ocurridos en la noche del 29 de mayo de 2018 en domicilios que habitó el juez Ismael Manfrín.
La nota saliente de la jornada fue la transmisión de un llamado al 911 del día siguiente. “Somos acá la banda de los Cantero. A Los Monos suéltenlos porque lo vamos a agarrar al juez, le vamos a reventar toda la casa y lo matamos, lo vamos a secuestrar”, dijo una persona mientras se escuchaban otras voces de fondo. Luego profundizó su amenaza: “Suelten a todos Los Monos porque los matamos a todos. Te estoy diciendo en serio. No jodan porque los matamos a todos ustedes”.