Estaría bueno intentar explicarle al hincha de Central cómo es el momento que está viviendo el jugador hoy, a punto de instalarse entre los ocho mejores equipos del continente. ¿Qué pasa, por ejemplo, con el futbolista cuando empieza la instancia de los mano a mano en la Libertadores?
—Es muy lindo porque es lo que uno veía cuando era chico. En los 80 hubo mucha participación en Copa Libertadores de Independiente, de River, de Boca. Hasta ese momento Central y Newell's no la jugaban mucho. Entonces cuando te empieza a tocar representar a tu equipo a nivel internacional y en estos partidos que implican mucha tensión y mucha presión, porque 15 minutos malos te dejan afuera, la responsabilidad es muy grande. Lo que pasa es que a la edad a la que uno juega esos torneos es un poco inconsciente y entonces no tiene una real dimensión de lo que está pasando.
—¿Hoy te pondrías nervioso?
—Sí, seguro. La experiencia, el hecho de ser más grande y mucho más consciente... Para darte un ejemplo. Uno no le tiene miedo a la muerte a los 18, le tiene miedo a los 50. Por eso se empieza a hacerse estudios y todas esas cosas. Son sensaciones parecidas.
Pablo Andrés Sánchez, más conocido como Vitamina, integró el plantel de Central que más lejos llegó en su historia en la Copa Libertadores de América: semifinales en 2001. En 1975 la entidad de Arroyito jugó la etapa semifinal en una zona de 3 junto a Independiente y Cruzeiro, pero lo de 2001 fue mucho más directo: mano a mano, el sistema actual.
Vitamina, que también integró el plantel campeón de la Conmebol en 1995, jugó un puñado de partidos aquella vez porque había perdido el puesto con el Gallego Iván Moreno y Fabianesi, pero igual recuerda detalles, sensaciones y vivencias que transforman a la Libertadores en una competencia única. Estuvo a punto de jugar la semifinal frente a Cruz Azul de México y un desgarro en un entrenamiento lo dejó sin chances.
"El Patón (Edgardo Bauza, el DT) me había dicho que me tenía en los planes para jugar en México y resulta que al final de una práctica hicimos una definición por penales porque habíamos terminado empatados el picadito. Cuando fui a patear, me desgarrè", rememora con una mueca el ex volante canalla y actual entrenador en reposo temporario.
Aquella vez, Central viajó de Colombia a México sin regresar a la Argentina tras la épica clasificación en Cali con dos goles de Pizzi en el final. El equipo de Bauza le había ganado 1 a 0 en Arroyito a América y perdía 3 a 0 en el Pascual Guerrero. Juan marcó a los 89' y a los 91'. No se consideraba la ley del gol de visitante por lo que fueron a penales: Laureano Tombolini atajó 4.
"A mí me tocó jugar con Central la Mercosur, Sudamericana, Conmebol y Libertadores, todas las copas, y participé de muchas llaves que se definían de esta manera. Era muy lindo, pero llegó un momento que se hizo costumbre jugar copas, te hablo de la década que va de 1995 a 2005 más o menos. Entonces era, dentro de todo, algo normal. Hoy se toma con muchísima euforia porque hacía mucho que no se lograba esto".
Cuando Central perdió aquella semifinal con Cruz Azul en 2001 (0-2 en México y 3-3 en Arroyito), Bauza dijo que la gente, más allá del dolor de la eliminación, tenía que disfrutar el momento porque vaya a saberse cuándo volvería a estar en una instancia similar... "Tal cual, tal cual", interrumpe Vitamina. Vaya si tenía razón el Patón que hasta 3 años en la B Nacional debió soportar Central antes de reinventarse y meterse nuevamente entre los equipos más competitivos de Argentina.
Tras la referencia, Pablo completa su idea. "Pasó un descenso en el medio y hoy Central está con posibilidades concretas porque tiene un muy buen equipo y un cuerpo técnico que ya demostró que está a la altura de las circunstancias. Hay mucha ilusión, pero el fútbol es fútbol y andá a saber cómo termina esta historia... Ojalá que termine bien. Se lo merece este buen proceso de Coudet. Tiene material para pelearla.
—¿Se tiene que ilusionar la gente de Central?
—El hincha ya está ilusionado hace mucho, desde aquella final con Boca de la Copa Argentina y el torneo anterior. El Chacho generó esta nueva ilusión. Vos hablás con la gente y todos le agradecen a él y también a los jugadores y a los dirigentes. En definitiva lo que hacen es agradecerle al conjunto que les permitió volver a creer que se puede competir. Básicamente porque Central es un equipo competitivo. Hoy el hincha de Central va a la cancha con expectativas altas.