Bien podría haber recibido roja directa, pero luego de los interminables cabildeos del juez Lucas Comesaña, la decisión salomónica de mostrarle una segunda amarilla lo dejó con el resultado que se intuía luego de ese final escandaloso: la expulsión que dejará al capitán Emiliano Vecchio afuera del encuentro ante Banfield. Para colmo, al reanudarse el juego, Lautaro Blanco intentó frenar el avance de Angel Romero extendiendo su brazo, el paraguayo exageró la caída y vio la segunda amonestación y la roja. Un final para el olvido.
No fue nada del otro mundo, Vecchio incidió más en otros partidos, pero quedó en evidencia que su aporte es fundamental cuando en el segundo tiempo fue el único en darle claridad al equipo como para soñar con algo que nunca llegó. Varias veces encaró con decisión y generó muchas faltas, muchas de ellas agarrado de la camiseta e hizo una gran habilitación en la ejecución de una de ellas a Alan Marinelli que no pudo definir.
Pero quedó claro que Diego Dabove hizo especial hincapié en su marca. Siempre fue rodeado por más de un hombre y las faltas lo fueron llenando de impotencia. Algo de eso seguramente le pasó para perder el control en el adicional, tras un sombrero de Romero que no parecía pasar a mayores. Ahí le dio un empujón de atrás a Alexis Sabella y buscó pelea con Gabriel Rojas, para terminar separado por compañeros y rivales. Esa acción desdibujó su imagen como capitán pero fue un claro ejemplo de que necesitó mejores socios para generar fútbol y que Central pudiera llevar peligro al arco azulgrana, que prácticamente no sufrió zozobras tras el 1 a 0.
En ese sentido, y más allá de una fallida actuación de la última línea, en especial de los zagueros centrales, Central no tuvo otros intérpretes como para soñar con el empate. El Pupi Ferreyra se esforzó mucho pero no pudo desequilibrar y mucho menos Diego Zabala, que pasó completamente desapercibido. Mientras que Patricio Cucchi no hizo más que Marinelli, a quien reemplazó. De los que entraron, sólo Lucas Martínez Dupuy fue mejor que su reemplazado, Lucas Gamba, y tuvo la única chance canalla en la mediavuelta cerca del final que contuvo Devechi. La única luz fue prácticamente la de Vecchio. Y terminó apagada.