Prueba. Falla. Vuelve a intentar. Pifia de nuevo. Cristian González no logra obtener una pieza óptima para amalgamarla con el jugador más técnico que tiene Central: Emiliano Vecchio. El entrenador tampoco puede darle regularidad al mediocampo. Eso atenta contra la evolución colectiva auriazul. El Kily sigue, entre otros puntos a mejorar, sin darle un socio al exquisito capitán, quien en los últimos partidos quedó demasiado expuesto y solitario a la hora de frotar el botín derecho. El 10 necesita un ladero acorde a sus finas características para imprimirle claridad y desequilibrio al equipo de manera frecuente.
Emiliano Vecchio se erigió rápidamente en un gran referente. Sea dentro como fuera de una cancha. A eso hay que agregarle que el experimentado volante le hace honor con su juego al número que lleva sobre sus espaldas.
El 10 auriazul tuvo varios encuentros en los que se lució. Y logró hacer una gran diferencia en los metros finales y asistir a sus compañeros en materia ofensiva. Pero últimamente se lo ve merodeando y trotando sin rumbo. Corre buscando un compañero que le dé la pelota como es: redonda. No es casual que, con poco, se siga destacando.
Desde que arrancó la competencia, hace cinco jornadas, solo logró tener en todos los encuentros a Rodrigo Villagra a su lado. Después, el DT siempre probó con diferentes compañeros por varios motivos.
La primera fecha marca que fue triunfo de Central por 2 a 1 ante Argentinos Juniors en el Gigante. El Kily González ubicó al capitán en el medio junto a Rodrigo Villagra y Fabián Rinaudo. Más arriba actuaron Diego Zabala y Lucas Gamba con Luca Martínez Dupuy. Parecía una estructura sólida.
Pero para la segunda fecha, Vecchio compartió la mitad del campo en la derrota de 3 a 0 contra River en el Monumental con Villagra y Emmanuel Ojeda, ya que Fito se lesionó. Emiliano volvió a ser lo más regular del equipo.
En el empate 2 a 2 con Godoy Cruz en Arroyito, por la 3ª jornada, el técnico auriazul lo adelantó un poco ya que Villagra y Sangiovani (entró por Ojeda) conformaron el doble cinco. El 10 jugó con Zabala y Gamba detrás de Luca Martínez Dupuy. No pudo asociarse con el uruguayo y el ex Huracán.
Contra Racing, el Kily repitió la formación por primera vez. También los errores colectivos. A Vecchio se lo vio en Avellaneda transitando con impotencia al no recibir balones limpios ni compañeros que se acercaran con claridad para edificar acciones en ofensiva.
Mientras que en el triunfo contra Arsenal jugó por primera vez como lo que es: enganche. Emiliano se movió por delante de Sangiovani, Villagra y Francesco Lo Celso. Generó poco en líneas generales. Aportó más desde lo físico que técnico. Deambuló sin éxito buscando ser la usina del equipo. El escaso aporte que brindó fue por mérito propio más que estratégico o táctico.
Sin dudas, Central está dilapidando un potencial futbolístico. El capitán es el jugador más creativo que tiene el plantel. Ratificó ser determinante varias veces. También que no es un superhéroe.
Pese a todo, con errores y aciertos, el 10 canalla es el único que hasta el momento le imprime claridad y desequilibrio al equipo del Kily. Pero el DT debe buscarle de una vez un compañero que sea claro y punzante. Que comulgue en realidad el mismo idioma en cancha que Vecchio.