San Pablo vive una fase difícil en los últimos años. Acostumbrado a días de gloria, el tricolor no gana una competencia desde 2012, cuando fue campeón de la Copa Sudamericana, contra Tigre. Desde entonces, el club estuvo más cerca de ser rebajado para la serie B del Campeonato Brasileño que de nuevo ser campeón. En 2018, la situación sigue siendo inestable para el equipo del Morumbí, que comenzó la temporada bajo el mando del técnico Dorival Junior, que fue sustituido por Diego Aguirre en marzo, debido a los malos resultados. Desde entonces, San Pablo tuvo altibajos. El mejor juego del equipo tal vez fue exactamente contra Rosario Central, en el primer enfrentamiento en el Gigante de Arroyito. Sin embargo, después de actuar bien contra Central, el nivel de actuación de San Pablo volvió a caer. Por eso, el equipo acabó eliminado en la Copa de Brasil, derrotado por el Atlético Paranaense, y ganó sólo uno de sus cuatro partidos en el Campeonato Brasileño. Pero, del otro lado, Central tampoco vive una gran fase. El equipo canalla también cambió de técnico y no está bien en la Superliga. Además, Central viene de una derrota dura contra Arsenal y tampoco está haciendo una gran temporada. Es por esto que se espera que el duelo sea nuevamente bastante equilibrado. Si Central viene con una formación bien entrenada tácticamente, armada para contragolpes con velocidad, tiene la oportunidad de volver a Argentina con la clasificación a la segunda fase de la Copa Sudamericana. San Pablo debe apostar a un equipo ligero, atacando bastante por los laterales, con los alas Regis y Reinaldo, además de la experiencia y calidad de los mediocampistas Nené y Diego Souza. Es difícil saber cuál de los dos equipos va a clasificarse, pero si fuera para apostar, apostaría por San Pablo porque va a jugar en su estadio, con el apoyo de su hinchada, y presionado para conseguir un buen resultado.