Universitario, el viejo y querido Uni volvió a Primera en el rugby. El histórico club, fundador de la URR, volvió a ser parte de la elite de la región tras jugar una temporada en Segunda, paradójicamente el mismo año en que festejaba el siglo de vida. Y lo hizo sin dejar dudas, como un verdadero campeón. En la final se impuso a Tilcara por 57-7 pero más allá de eso su campaña lo certifica.
“Llegamos como candidatos por una cuestión de que habíamos bajado el año pasado y éramos el equipo a vencer, pero creo que no dejamos ninguna duda sobre lo que era nuestro objetivo, que era ascender, volver a primera”, destacó Ignacio Rodríguez, hooker y capitán del primer equipo académico.
—¿Dónde estuvieron las claves para ascender?
—Pienso que fue el fruto del trabajo de todo un año. Arrancamos en noviembre del año pasado con un objetivo claro y ya en el torneo fuimos el equipo más regular de la temporada. Todos los chicos que les tocó jugar se pusieron el overol. Todos fueron soldados de los entrenadores y esa fue una de las clave. Nos enfocamos cada uno en nuestro rol, sacrificamos un montón de cosas. Dentro del plantel siempre hubo buena onda y el plan de juego fue claro y conciso, algo que también fue clave para que el equipo funcionara bien todo el año.
—¿Cómo es el torneo de segunda?
—Es un torneo donde todos los equipos son muy competitivos, pero me sorprendió el nivel de contacto que hubo en todos los partidos. En los primeros, que fue cuando teníamos que pisar fuerte, me encontré con un nivel de contacto tremendamente duro, sobre todo en los primeros treinta minutos, cuando hay aire y piernas. Enfrentamos a packs gigantes y eso nos sorprendió bastante. En cuanto al nivel de juego, es más lento que en el Top 9, a las formaciones se tarda un poco más en llegar, es como que es más tranquilo pero el contacto es superlativo. Agarran la pelota y van, van y van y si no tenés la pelota, sos boleta.
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El camino al título de Universitario
—Perdieron un solo partido en el año (ante Universitario de Santa Fe) y por un punto. Exceptuando ese partido, ¿cuál les resultó más complicado?
—Tuvimos un mal partido en la semifinal contra Alma Juniors. Esa era para nosotros una verdadera final porque era mata o muere, el abismo o el cielo, y gracias a Dios pudimos sacarlo adelante. Alma nos jugó muy bien, nos tapó todas las vías que teníamos para jugar. Para nosotros fue un partido de mucha presión, ya que si no lo ganábamos se iba todo el laburo que hicimos en doce meses en apenas ochenta minutos. Claramente fue la primera final, lo sentimos así.
—Y eso les sirvió de lección para encarar distinta la final.
—Sí, fue así... nos sirvió para encarar la final de otra manera. Jugamos más tranquilos... el cuco había pasado. Si nos iba mal sabíamos que teníamos una chance más, que la cosa no terminaba ahí. Por eso jugamos más relajados y en la semana trabajamos muy bien. Las prácticas fueron de mucha intensidad y el sábado no dejamos dudas. Hicimos un partido prácticamente sin errores y arrasamos al rival.
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La final sin fisuras
—¿Cuál fue el mejor partido?
—La final, sin dudas. Tilcara nos había complicado un montón las dos veces que habíamos jugado en la fase regular, pero en la final creo que jugamos un partido excelente, casi no hubo fisuras. El line tuvo casi el cien por ciento de obtención, desde el scrum generamos siete penales e hicimos un try de 20 metros, anduvimos bárbaro. Es el partido que soñás y que no te sale casi nunca, pero esta vez salió y por suerte lo pudimos disfrutar con la gente. Fue el famoso partido ideal.
—¿Cuándo te sentiste campeón?
—El partido venía ya encaminado, pero me marcó una jugada antes de la línea de 22 cuando recuperamos un scrum que nos dio penal a favor. Gorla me preguntó que iba a pedir y pedí nuevamente scrum. Y los llevamos para atrás como quince metros… y try. Miré la gente que estaba enloquecida, y que nos habíamos escapado en resultado... recién ahí me convencí de que no se nos escapaba.
"Sentimos al club de una manera muy especial"
—¿Qué reflexión te deja este campeonato?
—Nosotros, en Uni, sentimos al club de una manera especial. Nunca fuimos muchos, pero los poquitos que somos siempre nos brindamos al ciento por ciento por el club. Después de haber tocado fondo, de haber jugado seis o siete reclasificaciones, el club hizo un cambio estructural, muy desde el corazón. Se cambió la manera de hacer y de pensar en un montón de cosas y eso hizo que nosotros, como jugadores, nos enfocáramos más en el juego y podamos disfrutar más los partidos. Eso, a su vez, nos llevó a ser regulares en la temporada y después justos merecedores del campeonato. El cambio que hizo el club, fue muy grande y muy positivo... los resultados están a la vista.
—¿Cómo ves a Uni en 2026?
—Lo veo bien, con ganas. Hay que aprovechar éste envión para sumar gente, creo que si ampliamos la base vamos a andar bien. No te digo que vamos a salir campeón, sería mentirte, pero sí que vamos a ser muy competitivos. Ya sabemos que los primeros partidos van a ser complicados, el nivel es muy duro y es otro ritmo del que estábamos acostumbrados, pero te repito, al equipo lo veo bien, con ganas y no tengas dudas de que vamos a dar pelea.