Como suele ocurrir, cuando Marco Ruben toma la palabra siempre aparecen frases para destacar. Las declaraciones del lunes, después del primer entrenamiento con José Antonio Chamot a cargo del equipo, aún resuenan. Lo que dijo no fue poco. Anunció que está pensando seriamente en ponerle fin a su segundo ciclo en
Central, lo que causó una conmoción importante en el mundo Central. El cuerpo técnico saliente no estaba al tanto. El que ya estaba en funciones mucho menos. Sus compañeros, igual. Y tampoco los dirigentes, quienes se mostraron sorprendidos por las palabras del capitán. No es algo que ya tenga decidido, pero, de darse, podría tomarse como el primer eslabón de una cadena de deserciones que se producirán a partir del próximo semestre, en lo que será una importante renovación de plantel. La particularidad del momento (a una semana del partido ante San Pablo) es también un posible disparador en el análisis, amén de que el protagonista haya hablado de "sinceridad conmigo mismo y con los hinchas".
Está claro que fue el propio Ruben quien puso en duda su continuidad en Central y, se sabe, su nombre no es uno más en el plantel. Por eso la decisión que tome no necesitará consultarla con nadie, más allá de algún que otro arreglo económico que pueda o deba hacerse. Eso sí, la posible salida del capitán sería (en este caso por decisión propia) la primera de una lista no menor de nombres que podrían emigrar en el próximo receso.
Independientemente del entrenador que llegue, hoy en el club hay una postura clara en el sentido de que el grupo necesita una renovación importante. Por supuesto que la palabra del nuevo DT tendrá su peso, pero la idea de cambiar algunos nombres está. Y puede que se haya potenciado tras la derrota contra Defensa y Justicia, que desembocó en la salida de Leo Fernández, pero es algo de lo que se viene hablando desde hace ya un tiempo.
El partido del próximo miércoles en Brasil puede echarle una palada más de tierra a este flaco semestre o bien potenciar en algo las ilusiones de cara al futuro. Pero esta transformación del plantel caminaría de manera independiente.
Más allá de esas cuestiones a futuro, las declaraciones de Ruben provocaron un cimbronazo fuerte. Básicamente por la sorpresa que causó en el plantel, pero sobre todo entre los dirigentes. Después, lo que ocurra con su futuro sólo él lo sabe. A las pocas horas de hablar, el rumor de que el Chacho Coudet lo tentó para que fuera a Racing tomó fuerza, aunque desde el entorno del delantero desmintieron esa información. El propio Ruben dijo en esa conferencia que "el fútbol argentino para mí se termina en Central" y que, como dijo el día en que volvió, que el único lugar donde jugaría en Argentina era en Arroyito.
Por lo pronto, de acuerdo a cuál sea su decisión, la dirigencia intentará recuperar algo de los más de cuatro millones de euros que invirtió en la compra del pase hace poco más de dos años. Pero es un elemento más de esta historia que el propio delantero empezó a escribir en un momento complicado para el club. Porque una cosa hubiese sido contar sus sensaciones después de la revancha contra San Pablo y otra muy distinta hacerlo a escasos días de ese partido que para Ruben no será determinante en la decisión que finalmente tome, pero que para el club puede significar mucho desde lo deportivo e incluso desde lo político.
Ruben encendió una mecha en Arroyito. Nombre y peso le sobra para hablar cuándo quiera y cómo quiera. Las dudas que puso sobre su continuidad no son poca cosa, aunque quizá resulte una pequeña porción de la renovación que se prevé.