No se puede no ganar un partido como este. Menos jugando en Arroyito. Ni hablar cuando el trámite es favorable desde el primero al último minuto. Qué decir jugando con uno más durante treinta y pico de minutos. Encima, ante uno de esos once rivales directos, de los que están en la misma línea en esa durísima pelea por no descender que afronta Central. Si alcanza con mirar el festejo alocado del cuerpo técnico visitante y de los jugadores de Patronato porque se llevaron un 1-1 y no una dura derrota por como mínimo tres goles que debió reflejar el resultado. Pero. Esos "pero" que aparecen de tanto en tanto, le dieron un golpe de atención al canalla, técnico Diego Cocca. Es que primero los auriazules no pudieron lograr que la diferencia en la red fuera la misma que en el trámite de un primer tiempo tranquilísimo, porque los diez minutos que pasaron entre actuar con uno más y la jugada aislada de la igualdad no fue aprovechado por el dueño de casa, porque falló en su mirada sobre lo que podía pasar y lo que Central debía hacer por parte del entrenador auriazul.