Con marcar un gol alcanza, es cierto. Claro, si el rival no convierte. El tema es crear la mayor cantidad de oportunidades para lograr el tanto necesario. Y en esa dirección el
Central de Bauza tiene que encontrar los caminos al arco más veces. Es que no siempre la efectividad acompaña. Lo bueno es que el equipo auriazul arrancó derecho en la Superliga y que en el último partido por la Copa Argentina era suficiente con cerrar los 90’ en cero y tener más puntería en los penales. Entonces, calibrar el juego ofensivo y la mira en los remates al arco se puede realizar sin las exigencias de apuro. No se trata sólo de reflejar que no convirtió ante Talleres ni que tampoco lo había hecho frente a Racing, pero la ausencia de gritos cortó el arranque de tres victorias canallas en fila. Y se viene Defensa y Justicia, el lunes próximo en el Gigante, y está la obligación de volver al gol para ganar.
“Estamos muy felices, contentos porque estamos peleando ahí, pero sabemos que esto recién empieza y el equipo tiene que seguir creciendo”, reconoció el Patón tras la clasificación a octavos de final de la Copa Argentina. Y ese "crecimiento" va de la mano de los goles propios, obviamente a la par de la seguridad defensiva que el equipo ya demostró al cerrar su arco en todos los partidos, excepto el que perdió con Racing.
Y Central tiene poder ofensivo en los nombres de sus jugadores. En el de Fernando Zampedri, que lleva 2 en estos 5 partidos (4 de Superliga y 1 de Copa Argentina) y los 7 del torneo pasado. En el de Marco Ruben, más allá de que viene seco en esta parte del año y que en la Superliga pasada marcó sólo 3. También con la presencia de Germán Herrera, que es la alternativa, autor de 5 goles en el certamen anterior. Y Washington Camacho, otro que llega a posiciones de gol y que gritó uno en la victoria ante San Martín de Tucumán. En estos números no se habla del choque del 6-0 ante Juventud Antoniana de Salta porque evidentemente no fue un cotejo de equivalencias futbolísticas, más allá de que igual muchas veces cuesta convertirles a esos rivales a los que los hombres de punta les hicieron cinco: dos Herrera, Zampedri, Camacho y Ruben, de penal.
Siempre se atiende a lo más cercano, por eso el análisis más fino apunta a los últimos tres partidos del conjunto auriazul. Atrás quedaron el 1-0 del debut ante Banfield en el Gigante, con gol de Caruzzo. También el 1-0 a Talleres, en la 2ª fecha en Córdoba, con grito de Zampedri.
Después llegó el 2-0 a los tucumanos de San Martín, en Arroyito. Fue el último con goles auriazules. El primero marcado por Camacho con un bombazo desde afuera del área (31’) y el segundo por Zampedri, tras pase atrás de Parot (79’).
En ese cotejo, ante un equipo recién ascendido, Central creó 10 situaciones, incluidos los goles, según lo descripto por el propio Twitter oficial auriazul, que se tiene de base para este repaso del juego ofensivo canalla.
El detalle: a los 3’ desborde de Ruben, pase atrás y Zampedri remató desviado. A los 8’ Ruben cabeceó arriba un tiro libre de Gil. A los 25’ el arquero le tapó en dos tiempos un remate a Camacho, tras un lateral. El gol de Camacho (31’). Cabezazo de Zampedri en el palo izquierdo luego de un centro de Parot (35’). El arquero la sacó del ángulo derecho ante un disparo de Camacho (45’). Otra vez el uno tucumano tapó ante un intento de Parot en la puerta del área chica (46’). Otra del chileno que tapó el golero, tras una habilitación de Ortigoza (55’). El segundo grito de gol, marcado por Zampedri (79’) y un remate de media distancia de Lovera que se fue apenas arriba (91’).
Después llegó el partido en Avellaneda y las llegadas auriazules bajaron considerablemente a 4, también basadas en el Twitter oficial.
A los 16’ Ortigoza probó desde afuera y atajó el arquero. A los 35’ un centro pasado de Parot derivó en Carrizo, que la bajó y Zampedri remató desviándose la pelota en un marcador de Racing. En el segundo tiempo un cabezazo de Camacho tras centro de Bettini se fue por arriba (55’), cuando el partido ya estaba 0-1. Y Zampedri cabeceó sin potencia en una jugada derivada de un tiro libre de Gil (66’). Nada más, encima el local marcó el 2-0 a los 83’.
“Después del primer gol hice cambios como para empatarlo, arriesgando más de la cuenta y terminaron convirtiéndonos el segundo”, reconoció entonces el DT auriazul. Y amplió: “Nos costó mucho llegar”.
Central debía enderezar el rumbo tras el traspié, levantarse. Y lo hizo desde el punto del penal en la definición de la Copa Argentina ante la T cordobesa. Claro que desde el juego el equipo de Bauza también creó sólo cuatro jugadas de riesgo.
Una en la primera mitad (23’) tras una buena recuperación de Carrizo, que cambió de frente para Herrera y el Chaqueño enganchó para el medio y remató al arco haciendo lucir al arquero. Zampedri también obligó a una tapada en dos tiempos del uno cordobés al rematar de media distancia (52’). Herrera fue otro que probó desde afuera y la pelota se fue arriba (67’) y la última fue un nuevo remate de Herrera desviado luego de un centro de Lioi (69’).
Poco. Sí, muy poco para desequilibrar. Central tiene con qué hacerlo y Bauza le tendrá que encontrar la vuelta para hacer frente con mayor poder ofensivo a Defensa y Justicia, con la obligación por ser local y seguir parado firme y peleando arriba en esta Superliga que lo tiene en la posición de único escolta.