La situación de Diego Rodríguez ayer fue tema de trabajo en Central. La no firma del contrato con los canallas fue lo que puso en el tapete el tema, todo debido a una deuda que Independiente mantiene con el futbolista, que debe ser zanjada antes del inicio del campeonato. Lo que sí hubo ayer fue mucho optimismo en Arroyito en relación a que el tema se solucionará y que el arquero podrá ser tenido en cuenta el sábado por Paolo Montero. De todas formas, hubo un hermetismo bastante pronunciado en Arroyito, lo que da a pensar que existe cierto temor de que la situación no se normalice.
Hace más de una semana desde Central habían informado que el Ruso había firmado contrato. Ayer algunas de las fuentes consultadas confirmaron esa versión, mientras que otras dieron cuenta de que lo que se había firmado era un permiso de parte de Independiente para que el jugador pudiera entrenarse con normalidad y además jugar los partidos amistosos. Es que sin eso el Ruso no hubiera podido ni siquiera ponerse bajo las órdenes del entrenador luego de que ambas dirigencias llegaran a un acuerdo por la compra de la mitad de su pase.
La deuda por parte de Independiente está y es lo que traba hoy la habilitación del futbolista. Pero eso sería sólo una parte del inconveniente, aunque complementaria. Porque además de ese dinero que los rojos le deben existe, según apuntaron, una clara postura de enfrentamiento por parte de la dirigencia del club de Avellaneda para con el jugador.
Que algunas voces en Central crean que la firma está y que otras piensen lo contrario no es ni más ni menos que la confirmación de que el inconveniente con Rodríguez está y que debe ser resuelto para que pueda estar presente el sábado en el estadio Brigadier López.
Y el optimismo en Arroyito radica en que el problema no lo tiene Central, sino Independiente. Es que si hay una deuda en el medio el jugador puede reclamar a través de Futbolistas Argentinos Agremiados (FAA) y no sería el Ruso quien no pueda jugar, sino Independiente.
Pero la cautela del lado de Central entrega argumentos de que las cosas no están del todo bien. Y en eso quizá tenga que ver el hecho de que el Ruso Rodríguez esté jugando en Arroyito por intermedio de un recurso de amparo, que es la forma en la que todos los jugadores del Rojo solicitaron permiso para jugar cuando eran transferidos debido a una inhibición que pesó en los últimos años sobre la institución de Avellaneda.
De hecho, el arquero pudo debutar en Central recién en la 8ª fecha del torneo pasado, después de un tira y afloje con la Justicia de por medio, que incluyó: una sentencia desfavorable tras el pedido de libertad de acción que había solicitado, una resolución similar a la apelación que hizo sobre ese fallo y una aclaración (sobre fines de octubre de 2016) de que iba continuar en el club en medio de rumores sobre su desvinculación de Central por ser habilitado. Un par de días después apareció la habilitación y pudo ir al banco, contra Huracán.
Esta nueva historia del Ruso con Independiente en Central la siguen desde afuera. Y la intención ayer fue no meterse para no entorpecer ninguna negociación entre el arquero y el club de Avellaneda.