El fútbol es competencia y el resultado no es una cuestión menor. Merece un análisis, siempre que el tiempo de trabajo transcurrido así lo justifique. Dicho esto, Newell’s atravesó el primer tercio de la Copa de la Liga sin levantar vuelo. Del entusiasmo de las dos primeras victorias a dos empates y una derrota, esta última el miércoles contra Racing, reflejan los límites de un equipo del que siempre se espera más. En Avellaneda dejó pasar la oportunidad de compartir, al menos, la primera posición del grupo B. Que la estaba consiguiendo, con el gol de Guillermo May en el tiempo adicional cuando las esperanzas eran pocas. Hasta que una nueva distracción, justo cuando ya no quedaban más minutos para nada, lo condenó a la derrota por 2 a 1. Así se quedó sin invicto, sin la punta y sin arrimarse a Central, último equipo que ingresa a una copa internacional, de quien está a 4 puntos y con quien se encontrará en una semana.
El clásico en el Gigante, con todo lo que representa, es uno de los cuatro enormes desafíos de Newell’s que comenzará a partir de este domingo. Es que al partido en el Parque frente a Estudiantes, necesitado de puntos porque todavía no ganó en el torneo, le seguirán tres compromisos de visitante: Central, San Lorenzo y Tigre. Justamente serán afuera de Rosario, donde tanto le cuesta ganar. Es que en el año fueron apenas dos triunfos por torneos locales: Independiente y Racing.
Este mismo Racing que el miércoles fue superior y le infligió a la lepra una derrota que no admite excusas. Y que tiene explicaciones por dónde se la mire. Hubo apresuramientos, malas resoluciones en ataque, falta de puntería, escasa contención, pérdidas en la marca, toques fallidos, pases errados en la salida y futbolistas cumpliendo roles donde no responden.
Y si pese a todos estas cuestiones negativas tuvo el empate al alcance de la mano fue consecuencia de la postura ofensiva y de seguir intentando, una característica que hace rato asimiló el plantel y que lleva adelante aunque le cueste. Pero que le sirve de poco si sigue cayendo en esa serie de equivocaciones mencionadas.
Que a la lepra se le nubla la vista frente al arco no es novedad. Cristian Ferreira es un caso. En el Cilindro falló un penal en movimiento, rematando a donde estaba ubicado Gabriel Arias. Fue una copia del derechazo que desperdició la fecha anterior contra Unión. Por acciones así, la lepra debió resignarse a un 1-1 ante el tate en el Coloso, siendo que lo dominó. Le pasó algo parecido en el también 1-1, frente a Belgrano en Córdoba.
A este problema de la definición se le agregó otro que exasperó a Heinze durante el partido contra Racing: las desacertadas culminaciones de las acciones ofensivas. En ese aspecto, Brian Aguirre se equivocó en la mayoría. O pateó cuando debía entregarla o la tocó hacia el sector donde la lógica indicaba lo contrario. Además hubo poco juego asociado del equipo, y Jorge Recalde pasó desapercibido.
Con Juan Sforza en una noche para el olvido en la contención, encima el capitán le sumó una extraña imprecisión. Esa que le costó una pérdida cerca de su área y el gol de la apertura de Racing por intermedio de Jonathan Gómez. Lo preocupante fue que no se trató de una excepción. En ocasiones, Lucas Hoyos la entregó mal con el pie, regalándole el balón al rival y dejando a su equipo a contrapierna. La premisa de jugar siempre desde el fondo por el piso llevó a cometer esta clase de riesgos que, a esta altura, parecen por momentos innecesarios.
Y si de fallas se trata, Guillermo Ortiz volvió a cometer una que casi cuesta un gol frente al conjunto de Fernando Gago. La perdió, siendo el último hombre, y Roger Martínez se le escapó para irse mano a mano con Hoyos. No la pudo terminar de la mejor forma e Iván Gómez despejó. Dos fechas atrás, contra Belgrano, una pérdida del zaguero culminó con el tanto pirata. Este tipo de regalos son un hándicap demasiado alto.
Las decisiones de Heinze, incluyendo jugadores en puestos donde no son aptos, resultó aparte contraproducente. Ramiro Sordo, de lateral-volante en Avellaneda, no resultó fructífero. Retrasado, atento a la marca, no pudo desplegar su explosividad en los metros finales. La aparición luego en esa misma posición de Ignacio Schor tampoco resultó beneficiosa. No resultó extraño que haya perdido al lateral volante Gaston Martirena en el tanto que liquidó el encuentro. Alguna vez fue Jherson Mosquera, hoy suspendido por dóping, el que debió ubicarse de stopper y fracasó, siendo que no sobresale en la marca.
La lectura que hace el DT sobre lo que es más conveniente en cuanto a la conformación del equipo no parece siempre lo indicado.
Newell’s está atentando contra sí mismo y la racha de los últimos 16 partidos (ver infografía), con solo tres victorias, es un dato que clarifica este presente.
De regreso, concentrado
El plantel retornó a Rosario en las primeras horas del jueves y se fue directo a Bella Vista donde permaneció concentrado y luego entrenó para lo que será el partido frente a Estudiantes en el Coloso este domingo, a las 17.45. Las entradas se venden en boleteriavip.com.ar. En forma presencial será el domingo, desde las 10.