Hay decisiones erróneas que cuestan muy caro. Pasó con el sistema táctico que planteó Sebastián Méndez el viernes pasado. La consecuencia fue la goleada que sufrió Newell’s frente a Estudiantes por 4 a 1. Una derrota dolorosa, por lo contundente, por el flojo desempeño y por lo inoportuna, porque fue una fecha antes del clásico.
Este golpe anímico, de proporciones, resta confianza y siembra dudas sobre la capacidad del plantel de reponerse de inmediato.
Y, ante todo, abre el interrogante de si el cuerpo técnico, gran responsable de lo sucedido en el Coloso, hace una correcta lectura de lo sucedido y reduce el margen de equivocación para lo que será la presentación del sábado en el Gigante.
El esquema 3-5-2 que ideó Méndez para contrarrestar el funcionamiento del Pincha fue un fracaso. La línea de tres no contuvo a los dos atacantes rivales, Guido Carrillo y Luciano Giménez. Y hubo deficiencias de toda clase.
El dibujo que desdibujó a Newell's
No sería correcto atribuir el mal desempeño a una cuestión individual. El bajísimo nivel de todos obedeció a la táctica. Con futbolistas cumpliendo roles en lo que no rinden, no se adaptan o desconocían hasta este partido. Tan deficiente fue el rendimiento colectivo que el riesgo frente a Central será enorme si se repite el sistema táctico.
Una regla no escrita en el fútbol dice que, ante la necesidad de introducir cambios, hay que mantener lo que mínimamente funciona. El Gallego Méndez hizo lo contrario.
Pensando en el juego de Estudiantes y ante las bajas de Ángelo Martino (suspensión), Ever Banega (contractura muscular) y Armando Méndez (distensión), aparte de llevar al banco a Julián Fernández para preservarlo, modificó el 4-2-3-1 de las tres fechas anteriores por el 3-5-2. Y fue insertando a los jugadores dentro de este nuevo dibujo. Fue un desbarajuste que le dio todas las libertades a Estudiantes.
Si fue un ensayo, salió muy mal
La puesta en escena del Gallego Méndez contra Estudiantes pudo haber sido pensada como una plataforma de ensayo para el encuentro frente a Central, considerando que ambos rivales juegan con dos puntas.
“Ellos jugaban con dos centrodelanteros (Carrillo y Giménez) y por eso decidí poner tres centrales (Velázquez, Salcedo y Vangioni)”, explicó el entrenador. Central también lo hacía (con Russo) con dos puntas, Copetti y Ruben. Pero la experiencia negativa del viernes descarta por completo que la Lepra repita los tres del fondo.
>> Leer más: Nadie se salvó del aplazo contra Estudiantes
Es que no tiene sentido que Velázquez juegue sobre la derecha y quede expuesta su dificultad para desplazarse sobre un costado. O que Saúl Salcedo pierda referencia de que es el último hombre y defienda más adelante que sus compañeros de zaga. O que Leonel Vangioni deba marcar cuerpo a cuerpo al punta contrario.
Aparte, la utilización de los laterales-volantes tampoco funcionó, especialmente por el lado de Fernando Cardozo. Tan mal anduvo que el Gallego Méndez lo terminó reemplazando en el entretiempo. Pretender que el paraguayo defienda fue una pretensión muy ambiciosa. Y lo mismo que el sustituto, Augusto Schott, pase al ataque.
Brian Calderara, lateral-volante izquierdo, tampoco cumplió la función de desdoblarse en defensa y ataque. Y ni Juan Ignacio Méndez ni Tomás Pérez, los volantes centrales, contuvieron el circuito de juego de Estudiantes.
Retrocedió en la faz defensiva
Por todo eso, Newell’s fue endeble defensivamente, retrocediendo en el aspecto del juego donde al menos se había sostenido en las anteriores presentaciones. Es cierto también que ni Barracas Central (1-0), Independiente Rivadavia (0-0) y San Lorenzo (1-1) tienen el potencial de Estudiantes.
El ejemplo de lo que Newell’s no debe reiterar quedó en evidencia frente al Pincha. Porque si llega a darle el mismo margen de maniobra a Central, más allá de que a su clásico rival no le sobra fútbol, le puede ir mal.
Hacerse fuerte desde atrás será básico para afrontar el clásico, que por lo general se trata de un partido de trámite cerrado y que se define por detalles. Después le quedará por corregir el funcionamiento ofensivo, donde tampoco aparecieron las soluciones.
Todo está por mejorarse, pero con un esquema que responda mejor a lo que el Gallego Méndez tiene en el plantel.
El retorno de Banega, Martino y Julián Fernández
En la semana que desembocará en el clásico hay una certeza. En Newell’s volverán tres futbolistas a la formación titular: Ever Banega, Ángelo Martino y Julián Fernández.
Luego, quedará por conocer si lo hacen dentro del sistema táctico que el Gallego Méndez dispuso en los tres primeros partidos de su ciclo, hasta que lo cambió contra Estudiantes.
Este último partido, el entrenador lo planificó pensando también en Central. De otro modo no hubiese mandado al banco de suplentes a Julián Fernández.
El volante central es uno de los futbolistas más regulares del plantel desde la reanudación de la Liga y de los mejores en la reciente visita a San Lorenzo.
Fue clara la intención de preservarlo ante Estudiantes, al margen de que ingresó en el segundo tiempo.
Lo mismo se pensó con Ever Banega, con una sobrecarga muscular. El diez directamente no concentró. Hacerlo jugar hubiese implicado el riesgo de perderlo para el clásico.
Lo de Martino se debió a que cumplió la fecha de suspensión por acumular cinco tarjetas amarillas.