Helena Costa es portuguesa y tiene 36 años. La semana pasada fue presentada oficialmente como la nueva entrenadora del Clemont Foot francés, un equipo de fútbol masculino de segunda división. Mucho más cerca, y con mucha menos prensa encima, Mónica Santino, de 48 años, también es DT, desde hace una década. Es pareja de Cecilia, madre de dos nenas, de 6 y de un año y medio, hincha de Vélez y ex jugadora de All Boys: patea de zurda. Entrena y dirige fútbol para mujeres. Está al frente del seleccionado nacional femenino de Fútbol Callejero (que compitió en Río de Janeiro y París) y trabaja todos los días en un barrio muy humilde de Villa Martelli (Programa Goles y Metas de la Dirección de la Mujer de Vicente López) y también en la Villa 31, de Retiro, (Ciudad Autónoma de Buenos Aires).
Mónica es periodista deportiva y directora técnica de la AFA y conduce a unas 60 chicas en total, entre adolescentes y adultas: madres, hijas y hermanas, que juegan pero también hablan de la violencia en el fútbol y también de la doméstica, la sexualidad y maternidad adolescente. Una labor que fue seleccionada por Nike como uno de los mejores proyectos sociales deportivos del mundo y que también quedó reflejada en el filme “Mujeres con pelotas”, que se verá en unos días en Rosario. Sí, Helena allá y Mónica acá son sólo dos mujeres que hace tiempo dejaron de ver los partidos desde la tele y detrás de los alambrados.
La prensa deportiva europea asegura que Helena está “sobradamente” formada como DT tras dirigir las selecciones femeninas de Irán y Qatar, trabajar en el cuerpo técnico de Benfica (Lisboa) y ser ojeadora del Celtic, de Glasgow.
“Sé que es un gran paso adelante porque toda mi carrera se ha desarrollado en un mundo de hombres. Esto puede abrir otras puertas o no. Pero estamos en 2014. Entiendo la sorpresa, pero debería ser algo normal”, dijo la mujer en conferencia de prensa.
Y si de abrir puertas se trata eso es lo que hizo Mónica Santino desde su infancia. Jugaba al fútbol siendo hija del médico del barrio, recibía críticas desde todos los ángulos. Pero ella gambeteaba la puerta que le querían cerrar y seguía. Iba a un colegio católico de San Isidro, que no acompañó precisamente la definición de su identidad sexual, pero ella pateó también esa puerta y militó años después en la Comunidad Homosexual Argentina. Y se cansó de que le asignaran el lugar de espectadora de fútbol en los partidos y empujó una vez más la puerta, entró a la cancha y no se fue más.
“El fútbol femenino en este contexto es una militancia. Reivindicar el derecho a jugar, al ocio es un hecho político sobre todo en las clases sociales excluidas. Las chicas de estos equipos están acostumbradas a quedarse en la casa realizando tareas domésticas y cuidando a sus hermanos o hijos para que sus parejas vayan a jugar el picadito, ahora pueden cambiar el puesto: ellas juegan y ellos se quedan con los chicos, en un gesto más equitativo”, analiza Santino en charla con Ovación.
Inmensa y de pelo ondulado; la voz de Mónica no se condice con ese perfil guerrero. Sus frases están llenas de imágenes tiernas. “Espero al Mundial con la misma ansiedad que da abrir una caja de bombones. Es un buen momento para que nos visualisemos las mujeres, que por suerte somos cada vez más, jugando y entrenando. Nos apasionamos con el fútbol, es ridículo y pretencioso quedarnos afuera de un espectáculo que nos emociona e identifica”, sostiene.
Cuando Ovación le pide que elija a un jugador no se conforma y nombra a dos: Riquelme y Tévez, de quien lamenta que no haya sido parte de la selección. Y como buena hincha del Fortín, también cita entre sus preferencias a Mauro Zárate y al Turco Asad. Cuando se le pide un técnico, responde "Bielsa". Elige, Mónica elige y ya nadie le cierra las puertas. Menos las de una cancha de fútbol. Porque para ella ese territorio es como "la vida misma, con leales y desleales, pero también sirve para construir ciudadanía y pelear por los derechos”.
El Homeless World Cup 2014 se juega en Chile
La Homeless World Cup (Copa mundial de fútbol de gente de la calle) o HWC está organizada desde 2003 por Edimburgo (Escocia). Es el único torneo internacional de fútbol anual para sectores indigentes y vulnerables, tanto femeninos como masculinos. Este año se desarrollará en Santiago de Chile, del 19 al 26 octubre. Son unas 64 naciones y más de 500 jugadores los que viajan para mostrar al mundo cómo una pelota les ayudó a cambiar sus vidas. "Cuando dirigí a la selección femenina de la Copa en París, fuimos con las chicas, visitamos lugares que sólo veíamos en libros y manuales", recordó Santino.