Maximiliano Rodríguez copó hoy todas las portadas que dieron cuenta del clásico de la ciudad. Y es casi una obviedad: la Fiera fue el artífice del único gol que tuvo la tarde en Arroyito, el que le dio el triunfo a Newell's después de 10 clásicos, el culpable del desahogo leproso y la desazón canalla. Maxi se llevó gran parte de los flashes. Su nombre y su jerarquía se imponen sobre cualquier análisis cuando es tan determinante. Pero ayer... ayer hubo otro hombre que fue parte fundamental, clave en esta historia, el DT Diego Osella. Primero pergeñó una semana durísima, en la que armar el equipo fue más un rompecabezas que un pizarrón táctico, ante todas las bajas que tuvo. Y segundo, fue el gran culpable de que Newell's pueda reponerse incluso dentro de un mismo partido. Cuando parecía que Central se lo iba a llevar puesto, Diego paró la pelota en el entretiempo y repensó la jugada. Le salió bien, supo anular a su archienemigo y encima contó con que Maxi haya aprovechado la única oportunidad neta de gol del conjunto del parque Independencia. Maxi fue figura. Osella también. Y de yapa, como si hubiese sido poco, consiguió lo que es hasta ahora "la máxima alegría de mi carrera". Un logro histórico que el tiempo dimensionará aún más. Sin frases de ocasión, con la simpleza de siempre y sin estridencias, pero más que feliz con la victoria. Así se fue Osella de Arroyito.
—¿Qué significa haber roto esa racha negativa que Newell's arrastraba desde hacía tanto tiempo?
—Es parte de la historia, estos chicos van a quedar en la historia del club. Pero les dije en la previa que uno no se puede hacer cargo de cosas que no vivió. Nosotros como hinchas estábamos dolidos en su momento, pero nos tuvimos que enfocar en la posibilidad que teníamos de poder trabajar para intentar ganar. Ganamos energía en eso, lo hicimos y hoy nos llevamos un partido para nosotros muy importante.
—¿Esta es tu máxima alegría como técnico?
—Sí, sin ninguna duda. Por el sentimiento que me une a la institución, porque nos tocó arrancar un año difícil, por el rival, por lo que significa jugar en la cancha de tu eterno clásico y ganar. Sí, seguramente este es el triunfo más importante en mi carrera, que es bastante corta.
—En la previa dijiste que los clásicos son partidos que se definen en detalles. Central les genera la situación en la última jugada (dándole el córner). ¿Lo ganaron por ese detalle?
—Generalmente los clásicos son así, cerrados. El clásico rosarino es muy efervescente, muy disputado. Nosotros veníamos con la necesidad de hacer un buen partido y estar a la altura. El entretiempo nos sirvió, nos sirvió corregir y lo justificamos en la última jugada.
—¿Por dónde pasaron las claves?
—Por la rigurosidad táctica cuando no tenemos el balón, por la libertad cuando lo tenemos. Hay que entender que el fútbol son momentos. Cuando hay momentos duros y se sufre hay que ponerse el overol y trabajar y tratar de, en los momentos buenos, aprovechar la jerarquía de estos jugadores.
—¿Por qué Newell's se quedó con el clásico?
—Primero porque hicimos lo más importante, controlar a Central, cosa que en el primer tiempo no pudimos. Y después creo que la desesperación de ellos de amontonar delanteros a nosotros nos dio la posibilidad de manejar el balón de mejor manera, sin ser punzantes. Tuvimos la última pelota y la jerarquía de Maxi Rodríguez nos premió por el gran esfuerzo que hicieron todos los chicos.
—¿La gente se puede ilusionar con este equipo?
—Hay que preparar el primer entrenamiento del martes (por mañana) y no otra cosa. Mis objetivos son cortos. Hay que empezar a levantar la intensidad de los jugadores que no están recuperados todavía, caso Matos, Prediger, Sills, Voboril o el mismo Nacho. Y trabajar pensando en el partido complicado que tenemos con San Lorenzo en la fecha que viene.
—Se habló mucho de que no habían tenido rivales de gran nivel en los partidos que ganaron, ¿cómo lo tomás? Están prendidos en el campeonato...
—Esas son especulaciones y he tratado de aclararlas, nosotros no podíamos elegir el rival, es el que te toca en el fixture. Le ganamos a Tigre y no perdió más. Le ganamos a Atlético Tucumán y ganó después en cancha de Independiente. Le ganamos a Gimnasia, y Gimnasia eliminó a Racing. El fútbol es así. No hay rivales fáciles y dimos un paso importante, pero sólo eso.
—¿Habiendo cortado la racha estarán más distendidos?
—No sé si distendidos, porque el fútbol es una locura. Pero sí que la gente está muy contenta porque volvió a ganar después de mucho tiempo en una cancha que era complicada.
—¿Qué fue lo primero que pensaste cuando escuchaste el pitazo final?
—En mis hijos, mi señora, mi mamá, en mi papá que está en el cielo. En la gente que sabe lo que hice para poder trabajar.