Julián Bricco es referente de TyC Sports. Es rosarino y construyó su carrera sin mudarse a Buenos Aires. Porque si bien hoy vive en la localidad vecina de Pueblo Esther, en todo momento se referencia con el orgullo de pertenencia a la ciudad. Más allá de la vida casi nómade que le impone la tarea de viajar a lo largo y ancho del país para narrar los partidos más importantes de la Primera Nacional, Copa Argentina y también del seleccionado. Y pese a que hoy está en su mejor momento profesional, acaba de atravesar "un cimbronazo", como él lo calificó. Porque Boca hace unos días emitió un comunicado cuestionándolo por una broma que hizo durante el relato del partido entre Boca y Agropecuario (amplificado por muchos medios), en el que salió lesionado Exequiel Zeballos por un cruce de Milton Leyendeker. Y trascartón luego fue denunciado al Inadi por un fotógrafo de Córdoba por llamarlo "gordo". A todo esto, el relator no tuvo la posibilidad de contar su parte a través de los medios.
- El Ruso Ramenzoni me dijo hace un año atrás que me preparara porque con tanta exposición se vendrían también cosas complicadas, y en los últimos días recordé eso, porque en su momento no le di bola ya que nunca me creí, ni me creo, importante, porque mi rol es relatar y nada más, tratando de hacerlo de la mejor manera posible y buscando entretener. Pero me pasó, y fue un cimbronazo. Tuve dos episodios consecutivos, uno con un fotógrafo en Córdoba y y el otro con la reacción de Boca, que sacó un comunicado adjudicándome una intencionalidad que no tuve, sólo por hacer una broma tras el partido que jugaron con Agropecuario en ocasión del cruce de Leyendeker que produjo lamentablemente una seria lesión en Zeballos.
- Boca te expuso y los medios porteños lo amplificaron de una manera inconcebible.
- Tal cual. Fui un chivo expiatorio porque se habló de eso, de la patada, y no del resto. Y el periodismo no es una excepción de lo mal que estamos como sociedad. Los periodistas estamos también mal, porque bajo ningún punto de vista se puede calificar a Leyendeker como criminal como lo hicieron. Porque si algo conocemos con estos niveles de violencia con los que convivimos, lo que significa un criminal. Criminal es un narco o tiratiros que mata un pibe, o el que te pega un tiro para robarte, pero no se puede calificar de criminal a un futbolista que pega una patada o se lleva puesto a un rival. Por supuesto que fue una falta fuerte, por eso en un contexto futbolero, cuando sucede la infracción yo digo "Leyendeker andate, que se lo lleve la policía", pero con el tono propio del relato de un partido. Todo esto no fue replicado cuando Boca me acusa, ni tampoco aquellos que publicaron la controversia. Sólo difundieron lo que yo dije cuando terminó el partido, que en la búsqueda de la figura yo digo en broma, lo destacado fue la patada de Leyendeker. Y aclaro que era una broma. Hacen un recorte, nunca aluden a que dije que era broma, y de ahí en más aparezco como culpable y condenado.
- ¿Esta situación te dejó vulnerable?
- Y en el momento sí. Te lleva a revisar varias veces las cosas, a dudar, a pensar, a ratificar tus convicciones y también tus afectos. Fundamentalmente porque quienes me conocen saben que yo relato desde hace muchos años y lo hago habitualmente embromando en determinadas circunstancias, porque para mí es una diversión relatar. Y cuando lo hago trato de entretener al público, de la misma manera que lo hacía cuando hacía el programa radial "La pelota no se pincha" acá en Rosario. Y ojo que nos llevó un tiempo que se comprenda que hacíamos humor desde las cuestiones más controversiales del fútbol, a sabiendas de lo que significaba hacerlo en nuestra ciudad por la forma en la que se vive el fútbol. Pero logramos que muchos oyentes entendieran que el fútbol no le cambia la vida a nadie. Y ahora cuando me junto con mis amigos les digo que tuvo que pasar una pandemia para que terminaran de comprender que el fútbol no es decisivo en la vida de nadie. Es simplemente un juego por el cual estás más triste o más feliz de acuerdo al momento, pero nada más.
- ¿Cuál crees que fue la intencionalidad de Boca con su comunicado?
- La verdad que me resultó sorprendente que Boca emita un comunicado sobre mí. Cuando lo vi por primera vez, pensé que era un chiste, o una fake news como se dice ahora sobre las noticias falsas. Después de la empresa me llaman para avisarme, y ahí lo primero que pensé fue si había sido para tanto. ¿No es demasiado por una broma que recortaron porque la sacaron del contexto? Y después la pasé mal por todo lo que generaron con eso, porque me angustié mucho por el maltrato que recibí en redes y en determinados tratamientos que hicieron algunos, pero mucho más me angustié cuando parte de este bullying también fue destinado a una de mis hijas. Creo que no midieron el daño que pueden provocar con este tipo de acciones desde un club tan masivo, más aún en un país en el que estamos atravesados por grietas, fanatismos y fundamentalismos.
- Cuando hablás del tratamiento que hicieron algunos, ¿te referís a colegas o a un medio en particular?
- Insisto, ninguno me llamó. Ustedes de La Capital y también del programa Al Fondo de la Red son los primeros en preguntarme mi punto de vista. Más allá de TyC Sports, por supuesto. Por eso me refiero al tratamiento fundamentalmente de colegas. Hubo alguien de un diario porteño muy importante, al que no voy a nombrar para no seguir generando idas y vueltas, que puso: "Bricco tiene que pedir disculpas". Maestro, disculpas tienen que pedir los políticos, los funcionarios o los jueces que por no cumplir con sus tareas nos cagan la vida con pobreza, violencia e injusticia de todo tipo. Pero que un colega me exija a través de un diario que tengo que pedir disculpas por una broma es como mínimo insólito.
- ¿Tal vez el problema es que perdimos el humor?
- Sin dudas. Yo me di cuenta de que no nos reímos. ¿Cuántos programas de humor hay hoy en la televisión abierta? Cero.
- ¿Pensás que si el lesionado no hubiese sido de Boca, o en el hipotético caso de River, tu broma no hubiese sido utilizada como lo fue?
- Es muy simple, hay varios ejemplos que así lo demuestran, porque más allá de que Carlitos Tevez hoy esté en Rosario, recordá cuando una acción suya lesionó a Ezequiel Ham, de Argentinos, en 2015, y que sufrió triple fractura. Y después también en un choque con Ezequiel Unsain. Y no digo que fue a propósito, digo que como en este caso el lesionado fue jugador de Boca, el club dimensionó el caso con un comunicado en mi contra. Reitero, creo que fui un chivo expiatorio.
- ¿Qué pasó con el fotógrafo de Córdoba?
- También, hago una broma con Raúl, el fotógrafo de ahí, de Belgrano, a quien todos le dicen de una manera, pero cuando yo jorobo en el relato y le digo "correte gordo dejá patear al Chino Rojas", me hace una denuncia en el Inadi por discriminación. Ahora si yo hubiera dicho, "correte flaco dejá patear", te pregunto: ¿hubiese tenido una denuncia en el Inadi de un flaco? Te juro, todos en Belgrano me dijeron que no saben qué le pasó a Raúl, inclusive el propio Luifa Artime, que es el presidente del club. Pero además de una carta al Inadi también envió una carta documento. Y como si esto fuera poco, después una periodista de La Voz, un diario importante de Córdoba, escribe: El periodista de TyC Sports discrimina. Y ahí dice que yo cometí un acto de discriminación contra el fotógrafo. En esa nota, Raúl cuenta que los amigos le dicen gordo, pero agrega que no va a permitir que desde un micrófono se le diga gordo. Y a todo esto, no entiendo cómo se hace periodismo ahora, porque antes uno llamaba a todas las partes involucradas en un episodio, y a mí esta colega nunca me llamó para preguntarme mi punto de vista.
- ¿Qué enseñanza te dejó todo esto?
- Que fue muy feo pasar por todo esto. Y muy peligroso. Pero entendí que estoy en un medio de comunicación masivo y que tengo mucha exposición, porque cuando uno hace lo que le gusta pierde la perspectiva de esto, aunque parezca una obviedad. Aprendí que el anonimato es lo más maravilloso que hay. Y aprendí que muchas veces la broma puede ser hiriente, aunque la intención haya sido todo lo contrario.