Newell’s pensó una campaña diferente. Siendo protagonista desde el arranque. Hasta el momento le está costando lograr esa meta precisamente por los altibajos futbolísticos y la falta de regularidad que viene mostrando en las 12 fechas que se llevan disputadas en el campeonato. Algo de lo que hablan los propios protagonistas y reconocen ese déficit. El quid de la cuestión pasa por encontrar una respuesta concreta al juego que proclama el equipo. Y esto se debe, principalmente, al rendimiento dispar de los jugadores, aunque también respecto de la propuesta del cuerpo técnico encabezado por Américo Gallego.
Un tema de constante discusión es el sistema que sostiene el entrenador. Siempre hace alusión y resalta que le gusta el buen fútbol, algo que no debe ingresar en el terreno de la discusión. La cuestión central quizás pasa por el método a utilizar. Sí está claro que entre sus prioridades primero está cerrar filas en el fondo, no regalar espacios para ser cacheteado y después tener que remar en desventaja. El Newell’s del fútbol vistoso quedó atrás y debe ser un tema terminado, porque hay otro ciclo y con otra idea. Los jugadores no son todos los mismos y/o tampoco están en el nivel que supieron alcanzar.
El entrenador habló de los importantes refuerzos que tuvieron los equipos que pelean en los primeros lugares. Un dato a tener en cuenta, aunque Newell’s también concretó el arribo de seis futbolistas que fueron solicitados por él. De todos los que llegaron, Hernán Bernardello fue el que tuvo hasta el momento mayor participación.
Newell’s acomoda sus fichas de acuerdo al rival que le toca enfrentar. Tomando ciertos recaudos cuando juega de visitante, donde aún le cuesta poder sumar puntos e incluso ganar. Tratando de arriesgar un poco más cada vez que le toca actuar en el Coloso.
Si hay algo que le falta al rojinegro es lograr seducir a la gente que fecha tras fecha desborda el estadio con grandes expectativas de festejar. Pudo hacerlo en algunos momentos como en los encuentros frente a Unión y Quilmes, pero muy poco teniendo en cuenta que van 12 fechas y todavía la máquina no arrancó a pleno.
A favor del entrenador hay que resaltar que las lesiones siguen apareciendo y eso le impidió muchas veces mantener una formación fija. A esto hay que sumarle que jugadores de nombre y cotizados no están en el nivel que pueden alcanzar. Eso influye y también frena la levantada futbolística que en ciertos momentos logra ensayar. De todas formas, muchas veces los propios futbolistas dejaron en claro que hay otra idea y con otro estilo de juego que deben aprender. Pero las fechas se van consumiento.
Hay tiempo por delante todavía, es cierto, como para corregir fallas y seguir buscando el estilo. Mientras, Ñuls necesita triunfar para de esa manera ir disimulando las fallas del sistema teniendo en claro que las opiniones de la masa popular van mutando de acuerdo al “señor resultado”. Y, como siempre ocurre, el clásico será la gran prueba de todo. Si corta la racha ante el canalla con una victoria, gran parte de las críticas que hoy recaen sobre el técnico serán disimuladas y habrá una especie de perdón divino. Hoy, mientras tanto, la Lepra está en la misión de levantar la imagen. Para ello debe ganar, como primera medida, y así empezar a encontrar respuestas a su fútbol. El que por ahora parece extraviado.