Al último partido del campeonato Central arribará con un único objetivo: intentar que la despedida del mismo y ante su gente sea con un triunfo. Central necesita que eso ocurra para descomprimir un poco la situación; Tevez lo necesita para lograr un mayor convencimiento del que ya tiene; los jugadores lo necesitan en la misma proporción que el club y el entrenador. Ahora, para lograrlo será necesario que el equipo dé un salto de calidad en esto de encontrar respuestas cuando se ve en la obligación de asumir el protagonismo. Porque más allá de la efervescencia que provocó el triunfo del pasado domingo en cancha de River, Central carga con la mochila de no poder hacerse fuerte en el Gigante de Arroyito, que es el reducto donde las obligaciones siempre se potencian. Hace cuatro partidos que el equipo de Tevez no logra salir del Gigante con los tres puntos bajo el brazo y es algo que debe corregir el próximo lunes en lo que será la última estación antes del receso.
Hay que ir mucho tiempo atrás para hallar la última victoria de Central en el Gigante. Es necesario retrotraerse a 3 de septiembre, por la 17ª fecha, en el partido contra Talleres. Es que de ahí en más el canalla nunca más pudo hacer pesar la localía. Y eso que todos los rivales que vinieron no fueron de los más pesados del fútbol argentino. Es cierto, Central no perdió, pero tampoco la sonrisa fue plena.
Después de eso por Arroyito pasaron Estudiantes, Platense, Unión y Defensa y Justicia. Todos fueron empates 1 a 1, a excepción del último, contra el Halcón de Florencio Varela, donde no hubo goles.
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Marinelli ya anotó de cabeza frente a Talleres. Fue la última vez que Central pudo sumar de a tres en el Gigante de Arroyito.
Marcelo Bustamante / La Capital
Y eso no hace otra cosa que oficiar de disparador respecto a la idea de que a este Central de Tevez le resultan mucho más incómodos los partidos en los que se ve en la obligación de llevar las riendas del partido. Es cierto que cada partido es una historia aparte y que hay contingencias del juego que varían de un encuentro a otro, pero indudablemente hay un hilo conductor en todo esto que le sucede al equipo.
Más allá de la derrota que sufrió en el final, lo hecho contra Racing, de visitante, fue similar a lo ocurrido en los partidos frente a Atlético Tucumán y River (los tres con protagonismo en la recta final del torneo). En todos ellos la postura futbolística del canalla fue distinta a aquello que suele mostrar cuando juega en Arroyito.
En esos partidos mencionados se vio un Central que tomó recaudos, que no salió a cambiar golpe por golpe de manera alocada, sino que lo que buscó fue estar ordenado en el fondo, para mostrar mayor agresividad a partir de las salidas rápidas desde el fondo. Jugando de esa forma tan mal no le fue, porque, se insiste, lo de Racing pudo haber terminado tranquilamente en triunfo o cuanto menos en empate, en Tucumán pudo también haberlo ganado y lo de River es tan reciente que ni vale la pena recordar de qué manera se gestó el justo triunfo ante el equipo del Muñeco Gallardo.
Desde los resultados no hay una diferencia tan grande, pero sí se nota una distancia sustancial respecto al comportamiento futbolístico. Y todas esas dificultades con las que se fue topando el equipo desembocaron en esto que hoy ya podría tomarse como una cuenta pendiente: ganar de local.
¡GOL del CANALLA! Marinelli aprovechó el REBOTE para el PRIMERO ante la T
Encima el calendario ya no entrega muchas más posibilidades para arreglar esa pata chueca. Porque queda sólo Colón y será la última chance que tendrá este Central de Tevez para romper con el maleficio que lo persigue cuando juega de local.
Son estos 90 minutos y después de eso la continuidad por algunas semanas más en lo que hace a entrenamientos, pero la despedida formal de un campeonato con más espinas que rosas para Central. Un resultado no alterará en absoluto el semblante del socio de cara a las elecciones del 18 de diciembre, pero para algunos actores en particular la chance se torna impostergable, sobre todo para Tevez, quien tendría decidido continuar en Arroyito. Y en el terreno de las obligaciones es el entrenador el principal responsable a la hora de conseguir que su equipo recomponga su imagen en el Gigante.