La pesadumbre que aún perdura por lo que fue el enorme tropiezo que se pegó en Junín; la esperanza por el amparo que el equipo está encontrando hasta aquí cuando juega de local. Esto es Central hoy. Con Unión como próximo objetivo, el equipo de Miguel Angel Russo irá por la recuperación, para que el protagonismo que pretende tener en el torneo no pierda demasiado brillo. Pero para ello no le quedará otra que desembarazarse de la mala imagen que dejó hace poco más de una semana.
Quizá sea demasiado pronto como para plantearse objetivos de cierta envergadura, como el hecho de intentar pelear bien arriba, pero esta dualidad que muestra Central, con unos cuantos problemas sobre el lomo, lo tiene ahí, en el primer tercio de la tabla. De hecho, esta fecha se inició con el canalla a tres puntos de la cima. Una cima que tuvo servida en bandeja en Junín, pero que no alcanzó por todas esas falencias que todavía muestra.
No está bueno para Central convivir con esta doble personalidad que tiene impregnada a fuego, ejemplificada en lo numérico. Porque Central no es un equipo que un domingo deslumbra por su buen juego y al siguiente la anemia futbolística lo carcome. Siempre se mantuvo en una línea de juego apenas discreta y aun las veces que logró cantar victoria lo hizo sin sobrarle demasiado.
Ahora, las tres victorias en el Gigante y ese único puntito que robó en condición de visitante es lo que a esta campaña todavía le funciona como escudo protector. Es un mérito que nadie podrá quitarle.
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A cualquiera que se le pregunte en la previa sobre dónde están los verdaderos motivos de la confianza, seguramente responderá que es porque este Central se hace fuerte de local. Las pruebas están a la vista, pero ampararse al simple dato estadístico puede ser pan para hoy y hambre para mañana. Es que no siempre este equipo de Russo va a ganar todo en el Gigante y cuando eso ocurra las obligaciones comenzarán a tejerse fuera de los límites de Rosario. Por eso, lo que tiene que aparecer cuanto antes son esos síntomas de afianzamiento, que permitan fluidez en el juego e inteligencia para manejar determinadas situaciones del partido. Todo ello es lo que, en definitiva, generará confianza de adentro hacia afuera.
La última imagen, la de Junín, golpeó desde lo anímico (en conferencia de prensa Montoya hizo referencia a que durante la semana hubo “un fuerte lavado de cabezas”), pero no dejó tantas secuelas en lo que hace a la decisión que tomó Russo sobre el equipo. La única variante que presentará el canalla es el ingreso de Agustín Toledo por el suspendido Kevin Ortiz.
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Jaminton Campaz es una de las principales cartas en ofensiva que tiene Central. El colombiano volverá a ser titular.
Héctor Rio / La Capital
Unión llega con una pequeña sonrisa después de lo que fue el triunfo ante Estudiantes, pero su andar deja mucho que desear. A tal punto que esa victoria del pasado fin de semana fue la primera que el tatengue logró en el campeonato. Y lo que seguramente propondrá será un partido cerrado, sin tantos espacios y con poco ritmo.
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Pero Central ya tiene con lo suyo como para andar prestando demasiada atención en el rival. Russo y su cuerpo técnico seguro hicieron el estudio pertinente, pero la premisa para Central no será ver cómo frena a Unión, sino de qué manera lo doblega.
Para lo que es el presente de Central, nada mejor que contar con el aval de la localía, pero el momento amerita algo más que eso. Después de aquel golpazo contra Sarmiento, el canalla no tiene nada en mente que no sea volver a ponerse de pie.