Como sucede a menudo, Central llega a un partido envuelto en un clima raro, de tensiones. En esta ocasión por todo lo vivido con la frustrada transferencia de Facundo Buonanotte al fútbol inglés, aunque, vaya paradoja, el final que tuvo la historia fue lo mejor, futbolísticamente hablando, que le pudo pasar a este equipo de Carlos Tevez, que tiene en la figura de ese chico de 17 años a una de las principales armas para lograr que la maquinaria funcione. Es cierto, el tema afectó pura y exclusivamente al jugador y quizá en menor medida al cuerpo técnico, pero la convulsión de estos últimos días fue tal que todo lo demás quedó reducido a un segundo plano, excepto el aspecto político, que, dicho sea de paso, y justamente por este tema, empezó a tomar temperatura. Pero ahora, con las aguas ya bastante más calmas al canalla no le queda otra que meter la cabeza donde debe, que es en el partido de esta noche ante Talleres de Córdoba (a las 21.30 y con arbitraje de Fernando Rapallini), en el que el desafío será el nuevo intento de dar un salto de calidad y buscar darle algo más de valor al punto logrado el pasado sábado en el Nuevo Gasómetro ante San Lorenzo. Lo que necesita Central es una noche de fútbol, de paz. Una buena noche.
Será difícil determinarlo esta misma noche, pero el gran tema a dilucidar en Central es hasta qué punto este manoseo al que fue expuesto Buonanotte, como si se tratara de una mercancía cualquiera, logró afectarlo. Porque es un chico y como tal es absolutamente normal que dentro de la cancha muestre vaivenes de un partido a otro, pero precisamente por ser tan chico toda esa situación que le tocó atravesar pudo tener más impacto que si le hubiera ocurrido a alguien ya con más experiencia.
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Central viene de sumar un buen punto ante San Lorenzo, al que le daría más valor si vence a Talleres.
Marcelo Bustamante / La Capital
Conjeturas al margen, está claro que este equipo de Tevez necesita de un Buonanotte inspirado en el intento de marcarle algún tipo de diferencia a cualquier equipo. Porque hoy por hoy al canalla no le sobra absolutamente nada, lo que hace que fecha tras fecha sienta que lo que tiene son moneditas y no una bolsa con billetes para guardar en una caja de ahorro.
Hace tiempo que Central se debate entre la obligación de crecer y la impotencia de no poder hacerlo. Porque de a ratos muestra algunos signos de vitalidad que generan un mínimo de ilusión, pero la inconsistencia no le saca los pies de encima. Por eso, lo de esta noche ante Talleres será un nuevo desafío en busca de ese crecimiento.
Otra vez, lo que tiene Central es la posibilidad de ampararse en el último partido para ver si logra tomar otro impulso. Es que no fue de lo mejor lo que hizo en cancha de San Lorenzo, pero sí se le debería servir como sostén. Porque en una cancha en la que históricamente le costó y ante un rival que venía en pleno crecimiento, este Central de Carlos Tevez se plantó con algunos argumentos sólidos y ese punto que se trajo en cierta forma conformó. Pero claro, al mismo se le podía dar más valor todavía si hoy obra en consecuencia contra Talleres.
Y no es antojadizo esto que se menciona sobre los enviones que el equipo no haya sabido aprovechar. Porque hace un par de semanas sucedió algo similar, cuando después del buen partido que hizo en cancha de Boca (allí fue empate sin goles), el canalla entró en un bache futbolístico de manera inmediata y la consecuencia fue la derrota contra Banfield, con un rendimiento de discreto para abajo.
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Los futbolistas de Central celebran tras el gol de tiro libre de Malcorra. El canalla necesita despegar.
Marcelo Bustamante / La Capital
Todo esto es lo que hace pensar que Central es inconsistente desde lo futbolístico y que esas alteraciones en el comportamiento no lo dejan no sólo asentarse, sino tampoco crecer. Talleres será un nuevo examen que rendir.
Pero como Central siempre tiene algo a mano como para desenfocarse en esta ocasión no quiso ser menos y encontró en la novela de Buonanotte una excusa ideal para alterar los ánimos y volver a convulsionar. La marea ya parece haber bajado y las revoluciones bajado, por eso después de días de tensión y frente a la necesidad de afirmar el rumbo futbolístico lo que necesita Central es gozar de una buena noche en el Gigante. Dicho por un italiano, lo que necesita es Central es una buona notte.