Archivada la fiebre del clásico, Central vuelve a ponerse los cortos para salir a escena y lo hará ya con la firme misión de mantenerse en el lote de arriba, una situación que hasta aquí ha sabido sobrellevar de buena forma, pero frente a la cual no debe mostrar ningún tipo de relajación si pretende sostener el protagonismo que supo conseguir. Pero claro, es imposible desatender lo que vivió hace apenas tres días, porque es a partir de eso que, se supone, se sacó de encima el peso emocional de un partido tan trascendente como el clásico. El desafío será este alicaído Independiente, en el Gigante, donde otra vez se verá en la obligación de hacer pesar la localía. De ganar, el canalla se asegurará la coqueta posición de animador del torneo, a tres puntos de la cima, al menos hasta el jueves, cuando River reciba a Gimnasia.
Un triunfo en el clásico le hubiese resultado a este Central el escenario ideal para tirar la casa por la ventana, al menos desde el plano emocional, y afrontar este nuevo compromiso con una pizca más de tranquilidad, pero el empate, que no le cayó para nada mal, igualmente le significó un pequeño empujoncito.
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Ignacio Malcorra es uno de los principales generadores en este Central de Russo. Viene de ser el destacado en el clásico.
Leonardo Vincenti / La Capital
De lo que no hay dudas es que más allá de haber podido sumar en el clásico, el sólo hecho de sortear ya esa situación estresante le da un plus para que la mente funcione en su ritmo habitual. Tendrá la obligación de siempre, pero la afrontará de otra manera.
A partir de ahora Central empieza a jugar otro tipo de torneo, algo así como un desafío consigo mismo frente a esta situación de saberse en condiciones de refrendar todo lo bueno que logró en estas primeras diez fechas de la Liga Profesional.
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Es que hubo un antes y un después en la vida de Central a partir de esa primera victoria que logró en condición de visitante, porque a ese triunfo en cancha de Huracán le siguió la victoria sobre Gimnasia (en Arroyito) y el empate del pasado domingo en el Coloso ante Newell’s. Fueron siete puntos sobre nueve que le dieron el envión suficiente como para mostrar con cierto orgullo el protagonismo que hoy ostenta.
Para esta ocasión cabrá la duda sobre qué determinación tomará Miguel Angel Russo respecto al armado del equipo, pero si hay algo que de lo que el técnico puede sentirse tranquilo en estos últimos partidos es que independientemente de la táctica (y hasta de la estrategia) el equipo le respondió con creces, con algunos aspectos que todavía ameritan correcciones, pero con un comportamiento futbolístico en proceso de consolidación.
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Es difícil pensar que Russo no habrá hablado con sus futbolistas sobre el error que sería pensar que haber sorteado el clásico es motivo de relajación, por eso el foco también en la forma en la que el grupo asimile correctamente el haber soltado cierto lastre emocional.
Esas buenas actuaciones, la de la capacidad goleadora del primer tiempo frente a Huracán; la de la sabiduría para imponer condiciones cuando el trámite se le había complicado (ante Gimnasia) y la sobriedad futbolística y mental para saber sobrellevar el clásico es el gran sostén que tiene hoy Central para sentirse capaz de sortear de manera exitosa el partido contra un Independiente que llega sumergido en una gran crisis institucional, pero sobre todo futbolística (ganó un solo partido en el torneo).
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La última vez que jugó en el Gigante, Central venció a Gimnasia por 3 a 1. El canalla quiere seguir haciéndose fuerte de local.
Virginia Benedetto / La Capital
Pasó el clásico y de inmediato al canalla le llega la hora de pisar con más ganas que nunca el acelerador para que el avance no se detenga. Es Independiente en el Gigante, para que el tránsito continúe con la firmeza de un paso que hasta aquí le está dando muy buenos réditos.