El resultado abultado del clásico tiene una explicación excluyente. Central salió a ganarlo a partir del manejo de la pelota y la osadía. Y tuvo efectividad para aplicar el libreto al pie de la letra. Newell’s salió a la retranca, intentó abroquelarse atrás para apostar a una contra o a un centro salvador de arriba que nunca llegó. En este escenario el Kily González se devoró en la pizarra al Mono Burgos. Porque desde lo táctico y estratégico el canalla lo pasó por arriba al rojinegro. Lo desnudó futbolísticamente y le propinó una goleada inolvidable, con los gritos del “señor” del clásico Marco Ruben, de la fiera Nicolás Ferreyra que anotó con un taco magistral y del pibe Martínez Dupuy para decorar el 3 a 0 inobjetable. Central armó la fiesta a puro fútbol dentro de la cancha y en un Gigante sin público, pero el festejo se trasladó a las afueras del estadio a pesar de la pandemia y el gran riesgo sanitario. En lo futbolístico el canalla del Kily fue una tromba, vapuleó a Newell’s y ahora va por más en la misión de meterse en la siguiente ronda de la Copa de la Liga Profesional. Todo fue de Central de principio a fin. Un clásico ganado desde el juego, pero también desde la ambición de ir a buscarlo y asumir riegos. Eso tuvo Central. Eso le faltó a Newell’s. Por eso el 3 a 0 que hasta tal vez pudo tener algún gol más a favor de los canallas ante el aturdimiento generalizado de un equipo leproso que terminó perdido en la cancha. Central ya se llevó al vestuario en la etapa inicial la victoria que mereció. Porque el equipo del Kily González fue el que se atrevió a jugar teniendo como prioridad atacar el arco de enfrente. Y porque además lo hizo a partir del manejo prolijo y punzante de la pelota. La clave estuvo en la sabiduría de Emiliano Vecchio para plantarse con autoridad y panorama en el círculo central y desde ahí asumir el rol de titiritero para lanzar y hacer jugar a sus compañeros. Pero el canalla contó con un gambeteador serial como fue Pupi Ferreyra, la gran figura de la noche. Le comió la espalda a Cacciabue y lastimó muchísimo por izquierda. Un partido consagratorio para el Pupi.