Carlos Alberto Pairetti, leyenda del automovilismo argentino, falleció a los 86 años en Pergamino y desde ahora se convirtió en leyenda. El santafesino de Clucellas marcó toda una época en el Turismo Carretera y fue el único piloto en consagrarse en el TC con un sport prototipo, el inolvidable Trueno Naranja, en 1968. Será despedido en Arrecifes donde se radicó desde siempre y por eso el Concejo Deliberante de la ciudad tuerca por excelencia declaró ciudadanos ilustres a sus hijos dilectos Carlos Alberto Pairetti, Néstor Jesús García Veiga, y los desaparecidos Rubén Luis Di Palma y Carlos Marincovich, conocidos como el “Póker de Ases” por su trascendencia en el mundo motor.
Partió “Il Matto” (El Loco), como lo bautizaron los italianos cuando fue a correr en la Fórmula 3 a Monza en 1966 por su estilo alocado, audaz y aguerrido para empuñar el volante. Pairetti nació en Clucellas, el 17 de octubre de 1935, pero se transformó en arrecifeño por adopción. Debutó en el TC en la Vuelta de Pergamino, el 25 de marzo de 1962, y ya en la primera carrera mostró que tenía pasta para mezclarse con los grandes de la época como Juan Gálvez y Dante Emiliozzi, entre otros.
El auto fue una coupé Chevrolet que pertenecía a Néstor Marincovich, tío de su amigo Carlos, quien también logró brillar en la categoría más longeva del planeta.
Al año de su debut, le llegó su primer triunfo en La Vuelta de Mar del Plata y también su primer Gran Premio, obtenido en el recorrido Mercedes-Arrecifes.
En 1965 alternó con un Volvo 122 SB y logró el triunfo en Villa Carlos Paz, siendo el primer (y único) del Turismo Carretera de una marca que no fuera ni Chevrolet, ni Dodge, ni Ford, ni Torino. A los 10 días y en el mismo circuito, volvería a tripular su Chevrolet repitiendo la victoria.
En 1967 se adaptó al advenimiento de los evolucionados prototipos del TC. Fue el comienzo del Barracuda Chevrolet que, a juzgar por sus dichos, consistió en el mejor auto que había manejado. Estaba armado con el chasis de una vieja coupé Chrysler, la carrocería del constructor Alain Baudena, y motorizado con un impulsor Chevrolet de 230 pulgadas cúbicas.
El avance de IKA con los Torino, que debutaron en 1967, generó un nuevo dominio en la categoría, aunque Pairetti se las ingenió para hacerle frente a sus adversarios y obtener 3 triunfos entre 1967 y 1968, lo que significó el inicio de su campaña hacia el título.
Decidido a terminar con el poderío de IKA, se contactó con el constructor Horacio Steven para comenzar la creación de un nuevo prototipo fue así que, el 23 de junio de 1968, el modelo de lo que resultó más tarde el mito del Trueno Naranja.
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Un auto inolvidable. El Trueno Naranja, con el que Pairetti alcanzó el título del Turismo Carretera en 1968 desbancando a los incipientes Torino. El único de un sport prototipo.
Con esa máquina, Pairetti se alzaría con 4 triunfos que le fueron suficientes para proclamarse campeón argentino de Turismo Carretera, logrando su objetivo de desbancar a los Torino.
Ese año también incursionó en la Fórmula 1 Mecánica Argentina, en la que consiguió el triunfo en la 500 millas de Rafaela, a bordo de un Destéfano Chevrolet. Estableció un promedio de 217.226 km/h, que por muchos años no fue superado.
En 1970, tras 17 años con Chevrolet, Pairetti se pasó a Ford, decisión reprobada por los fanáticos de ambas marcas. Con el óvalo, debutó en la Fórmula B, instaurada para los Sport Prototipo, y al año siguiente fue contratado por el equipo oficial Ford que competía en la llamada Fórmula A.
Un conflicto con el preparador José Miguel Herceg lo impulsó a emigrar hacia la Fórmula 3 Europea y luego intentó sin éxito clasificarse en las 500 millas de Indianápolis. Volvió al TC en 1977 con una coupé Dodge GTX y un Dodge 1500, que condujo hacia una nueva victoria el 26 de marzo de 1978.
La foja de Pairetti arroja el título del TC en 1968, dos Grandes Premios de TC (1963 y 1966), un victoria en las 500 millas de Rafaela (1968) y 22 triunfos en la categoría más popular del automovilismo argentino. Además fue uno de los fundadores del Club Argentino de Pilotos. Se retiró el 14 de agosto de 1978 a bordo de su coupé Dodge GTX, pero su vínculo con el automovilismo nunca terminó y seguirá para siempre.