El dato estadístico duele a todos los que aman el fútbol rosarino. O por lo menos a la gran mayoría de los que no tienen miedos ni prejuicios de que un resultado desestabilice la estructura de un club ni se vean afectados intereses particulares. Por primera vez en la historia, no se jugará el clásico de Rosario entre Central y Newell’s o entre Newell’s y Central dentro de un año calendario con los dos equipos jugando en la misma división. Hasta hoy, desde que Central y Newell’s practican el fútbol en forma oficial, esta situación se había dado en 18 años distintos pero siempre con la vida de leprosos y canallas yendo por distintos carriles. Y no como en este 2020 donde ambos están participando de la Copa Diego Maradona (ex Copa de la Liga Profesional).
Los años calendarios y los motivos por los que no se pudo jugar un clásico a nivel oficial fueron los siguientes:
Los primeros tres años donde no hubo un cotejo oficial entre Central y Newell’s fue entre 1897 y 1899 inclusive. Durante esos años se disputó en la ciudad la Rosario Association Football League, antecesora de la Liga Rosarina de Football fundada en 1905. Los canallas participaron con su antiguo nombre, Central Argentine Railway Athletic Club, mientras que Newell’s todavía no había sido fundado como club algo que recién se materializó el 3 de noviembre de 1903.
En los comienzos del siglo XX, entre 1900 y 1904, no hubo campeonatos oficiales en Rosario. Recién en 1905 se fundó la Liga Rosarina de Football donde participaron los dos hijos dilectos de la ciudad hasta 1931. Pero en 1913 y en 1921, Central se desafilió de la Liga por lo cual no hubo chances de disputar un clásico oficial.
Entre 1931 y 1938, antes de ingresar en los torneos de liga de la Asociación del Fútbol Argentino, ambos se enfrentaron al menos una vez al año. Y a partir de 1939, cuando ingresaron regularmente en los campeonatos de AFA, lo hicieron en forma oficial todos los años menos en 1942, 1951, 1985, 2011 y 2012 porque Rosario Central estaba en segunda división; y en 1961, 1962 y 1963 por que era Newell’s quien participaba en los campeonatos de segunda división.
Los principales responsables de que Rosario se haya quedado sin su fiesta máxima a nivel deportivo han sido las dirigencias de ambos clubes. Obviamente, en lo que respecta a esta Copa Maradona, estuvieron en sintonía con las otras en que tampoco querían clásicos y por eso no se hicieron interzonales como en los viejos nacionales o metropolitanos que se jugaron en zonas, para darle más atractivo a este campeonato que, por el contexto que se está viviendo y sin clásicos, es el más triste de la historia del fútbol argentino. No hubo audacia para, en este caso, jugar un clásico en el Coloso y otro en el Gigante, que sin dudas a los juveniles es a quienes más les hubiera servido.
Esta situación que no es de ahora, de jugar la menor cantidad de clásicos posibles, se transformó en una constante en los últimos años. A pesar que luego para las cámaras de TV se declare lo contrario, no hubo voluntad de jugarlos. Hay ejemplos. En 2016 cuando se negaron a jugar con titulares la Copa Santa Fe, lo que les hubiese significado un importante ingreso a las arcas de cada club quienes se quedaban con el 70% de la recaudación y prefirieron en esas fechas jugar amistosos informales contra clubes que militaban en el tercer nivel del fútbol argentino. Y el colmo fueron los cuartos de final de la Copa Argentina 2018, cuando el fútbol rosarino se convirtió en la burla de todo un país al terminar jugando a puertas cerradas, un día jueves a las 15.30, en Arsenal, privando a la gran masa que acompaña a Newell’s y a Central de tener una fiesta, ya sea en Córdoba o en Mendoza. Eso sí, el total de los 40 dirigentes y allegados que avalaron esa decisión tuvieron aquella tarde del jueves 1º de diciembre su lugar en Sarandí para ver el partido cómodamente.
El primer lustro de la década del 70 fue, en conjunto, el más glorioso para la historia del fútbol rosarino a punto tal que desde Buenos Aires decían que Rosario era la capital del fútbol. En ese periodo Central fue campeón en el Nacional 1971 y 1973, y subcampeón en los dos torneos que se jugaron en 1974. Mientras que Newell’s llegó a las semifinales del Nacional 1971 y fue campeón en el Metro 1974 en el recordado clásico en Génova y Cordiviola donde se disputó la tercera fecha de la rueda final de ese torneo que finalizó 2 a 2 con un golazo de Mario Zanabria, que se transformó en un ícono de los festejos del pueblo leproso. Y como corolario, ambos equipos participaron en el mismo grupo en la Copa Libertadores 1975, donde llegaron a un desempate que terminó ganando Central 1 a 0 con tanto de Mario Kempes.
Esa grandeza la edificaron jugando. Compitiendo. No es un dato menor que en 982 días (entre el 16 de febrero de 1973 y el 26 de octubre de 1975) se hayan jugado nada menos que 21 clásicos. De los cuales 17 fueron oficiales y cuatro amistosos. Uno de ellos en México, solamente 23 días después de que Newell’s obtuviera el título del Metro 1974. Mientras que en los últimos tres años solamente hubo tres clásicos: dos en la Superliga y uno en Copa Argentina, que ambos hubiesen querido evitar. Incluso no se pudieron jugar dos amistosos que estaban planificados en 2013 y fracasaron las negociaciones para disputar un amistoso en Panamá.
Vale recordar que hace más de 20 años (desde el 27 de enero de 2000 cuando Newell’s ganó por penales en el Gigante la Copa Revancha) que no se juega un clásico amistoso. Y en este mismo período, por citar un ejemplo, Boca y River disputaron 46 partidos amistosos.
Por lo cual es tiempo de barajar y dar de nuevo. Y para que a la hora de ir a pelear más dinero de la TV se los respeten, primero hay que empezar por casa y en la organización de los clásicos. Es en este punto en que la dirigencia rosarina actual debe ponerse a la altura de las circunstancias.