Se puede decir que en el estadio de los Trabajadores de Beijing, repletos de chinos alentando por la selección, Argentina empezó realmente la era posMundial. Luego de aquellos dos partidos amistosos en casa que sirvieron para que los jugadores celebraran con su público, ante Panamá y Curazao, Australia dio la talla de oponente importante como para ir imaginando la selección que se viene. La que aún sigue teniendo a Lionel Messi como estandarte y en la que empiezan a asomar los nuevos valores, como Alejandro Garnacho, que tuvo su debut absoluto. Fue 2 a 0, con aquel golazo de Leo al minuto de juego, y el de Germán Pezzella promediando el complemento. Pero el saldo más importante es que el equipo de Lionel Scaloni revalidó su impronta ganadora, de buen juego, su hambre de seguir en el máximo nivel y ante un rival que lo complicó en los octavos de final de la inolvidable Copa del Mundo de Qatar.
Por supuesto, no hay que olvidar que los jugadores entraron en vacaciones luego de disputar una intensa temporada y que por eso mismo algunos se mostraron en un ritmo menor, o regulando por momentos. Pero pese a eso, el amistoso en Beijing se tomó con la máxima seriedad. Se notó el contraste con aquellas presentaciones en Buenos Aires y Santiago del Estero. Había conciencia que, después, lo que empezarán serán las eliminatorias y el foco en la Copa América. Todo en un contexto además donde la posibilidad de que Messi, o Di María, no sigan mucho más allá, sea más que una probabilidad.
Pero eso será para más adelante. Así lo mostró el 10 eterno como para que quede claro. Al minuto y 23 segundos de iniciado el partido, Lionel Messi les regaló un golazo a la multitud de chinos que fueron a alentarlo. Argentina empezó a ganarle a Australia 1 a 0 apenas empezó a moverse la pelota, jugó en modo Mundial hasta cerca de los veinte minutos y después bajó un cambio. Por eso el primer tiempo se fue con esa exigua diferencia. Aunque las mejores chances estuvieron del lado de la selección de Scaloni, los aussies emparejaron y tuvieron también sus oportunidades.
Recién habían movido, cuando Argentina mostró toda su hambre de seguir por la senda triunfal que le marcó el Mundial de Qatar. Una gran recuperación de Enzo Fernández derivó en la primera acción de peligro y Messi no perdonó. La recibió en la medialuna y la clavó en el ángulo superior izquierdo del arco australiano. No hubo ni tiempo de acomodarse, que ya Argentina vencía a Australia.
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Sobre los 5 minutos, Argentina tuvo el segundo pero el disparo de Alexis Mac Allister se fue apenas por arriba del travesaño.
El equipo de Scaloni mantuvo el dominio y la agresividad en su juego, como si se tratara de un partido oficial en ese comienzo. No hubo dudas de que este encuentro ante Australia se tomó de muy diferente manera a los que resultaron de los festejos ante Panamá y Curazao. Por eso no extraño que otra vez Messi levantara a la tribuna. Casi replica el primer gol pero lo taparon. Ahí combinó con Di María y su compinche se la devolvió para que defina. Pero le quedó para la derecha y remató afuera.
Recién sobre los 20 minutos Australia le empezó a disputar más el balón y a los 27' tuvo la primera ocasión para empatar pero el Dibu Martínez, en una gran reacción, se lo evitó. De un centro desde la izquierda llegó el pase a la red de Mitchel Duke y el arquero la sacó hacia su izquierda, la pelota dio en el palo y le volvió a las manos.
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Recién a los 37' pudo responder la selección de Scaloni. Di María le metió un pase bárbaro a Messi y, mano a mano con el arquero, se la tiró por arriba de derecha pero se perdió por arriba del travesaño. El primer tiempo se fue con un juego más parejo y con cierto cansancio que se notó en los jugadores.
Para el complemento empezaron a llegar los cambios, como el de Germán Pezzella por Nicolás Otamendi, con hielo en su rodilla izquierda tras un choque en un córner. Y Argentina intentó iniciar como al principio del partido, y tuvo la de Di María, pero ya no con la misma intensidad.
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Pero poco a poco Australia volvió a emparejar el trámite. Fue ahí cuando entraron Julián Alvarez por Alexis Mac Allister y Gio Lo Celso por Di María.
En ese contexto entonces, de dominio de pelota un poco más repartido, Argentina igual nunca resignó la búsqueda del segundo y lo encontró en un cabezazo de Pezzella, el reemplazante de Otamendi.
Después de un gran tiro libre de Messi que se desvió en la barrera y fue al córner, Leo y De Paul combinaron bárbaro por la izquierda y el centro del volante encontró el ingreso solitario de Pezzella, que estampó su cabezazo lejos de Ryan.
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Al toque, Julián Alvarez pudo marcar el segundo tras una gran asistencia de Messi, pero el arquero se la sacó bárbaro sobre la derecha. Fue el prólogo al ingreso de Alejandro Garnacho, el jugador de Manchester United de 18 años que tuvo su debut en la selección al entrar por Nico González, al tiempo que Leandro Paredes hacía lo propio por Enzo Fernández sobre los 28 minutos del complemento. La primera pelota de Garnacho por la izquierda fue, claro, para Messi. Enseguida, Scaloni metió el último cambio e hizo ingresar a Guido Rodríguez por Rodrigo De Paul.
No hubo espacio para mucho más. Algunas buenas corridas de Garnacho, que quería mostrarse, contrastaba un poco con el cansancio general a esa altura. Mientras Lo Celso trataba de compartir conducción con Messi, que inventó una apilada monumental en mitad de cancha para el pase al mismo juvenil, aunque no pasaría de ahí. El final inexorable se selló con un 2 a 0 que alimenta la ilusión de que todo está como era entonces. El lunes ante Indonesia, con otros intérpretes, seguirá esta historia que nadie quiere que tenga final.